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10 de agosto de 2022

Otto Vargas

Estamos seguros que nuestra lucha va a triunfar

Extractos de las palabras de Otto Vargas, nuestro querido secretario general del PCR desde su fundación hasta su fallecimiento en 2019, en el acto por el 40 aniversario del Partido, en 2008.

Camaradas: 40 años se han ido como un chasquido de dedos. Cuando fundamos el Partido Comunista Revolucionario (en realidad nosotros nacimos unos meses antes del 6 de enero de 1968), caía asesinado el Che Guevara en Bolivia. La imagen del Che en La Higuera estremeció el corazón de millones de jóvenes en todo el mundo, que se lanzaron a la lucha revolucionaria.

Millones luchaban en Vietnam y a poco andar iban a derrotar al imperialismo yanqui, en lo que sería la derrota más grande de la historia de ese imperialismo. Y también centenares de millones de obreros, campesinos, estudiantes, soldados, participaban en la más grande movilización revolucionaria de la historia de la humanidad, la Gran Revolución Cultural Proletaria, tratando de evitar que en China se restaurara el capitalismo.

Estaba fresca la Revolución Cubana, que había demostrado que la revolución podía triunfar en América Latina.

Después, en mayo del ’68, tuvimos el Mayo Francés. Los estudiantes de Nanterre sacaron a todos los estudiantes a la calle, los estudiantes sacaron a los obreros —cosa que no sucedía desde 1945—, y los obreros sacaron también al campesinado —cosa que sólo había pasado en parte durante la Resistencia antinazi—.

Ardió Europa: tuvimos el Otoño Caliente italiano, las movilizaciones de masas juveniles en Alemania. Hubo grandes manifestaciones en México, en Brasil. Y aquí en la Argentina, este pequeño Partido que se había fundado apenas meses antes, hizo arder el polvorín que había bajo los pies de la dictadura de Onganía. Lo reconoció el propio Onganía en su discurso con motivo del Cordobazo. Dijo: “Trabajaron hasta que estalló el polvorín”. Efectivamente, estalló el polvorín.

También en agosto del ’68 los tanques soviéticos entraron en Checoslovaquia: quedó claro que la Unión Soviética se había transformado de revisionista en capitalista, y de capitalista en imperialista.

Nosotros, igual que otros millones de jóvenes que siguieron otras orientaciones políticas en la Argentina y en otros países, pero que éramos parte de la misma oleada, pensábamos que la revolución estaba a la vuelta de la esquina. Recuerdo que en 1979, estando en China —ya se había restaurado el capitalismo en China, nosotros volvimos y lo dijimos: nadie nos creyó pero lo dijimos—, en una aldea perdida en el centro de China, un viejo campesino nos llamó, nos llevó aparte y nos dijo: “Éramos jóvenes, cambiábamos el arado por el fusil y el fusil por el arado, teníamos el Ejército Rojo y a Mao Tsetung, y creíamos que la revolución era cuestión de ganar algunas batallas”. Pero ahora hemos aprendido que la revolución es algo muy difícil y que va a costar muchos sacrificios. Eso nos dijo ese campesino.

El capitalismo se restauró en China. Ya se había restaurado en los otros países socialistas. El otro día un dirigente italiano, que pasa por “comunista”, dijo que el comunismo es una tendencia cultural, como el ecologismo y el feminismo…

Y se dice que el comunismo “ya fue”. Y en los libros de enseñanza de la primaria y del secundario comparan a la Unión Soviética con la Alemania nazi, Hitler es igual que Stalin, la Unión Soviética igual que la Alemania hitleriana. Regímenes “autoritarios”, dicen. Pero 20 millones de soviéticos murieron para derrotar al nazismo; de cada 100 comunistas que fueron al frente volvieron 4; millones de comunistas murieron en todo el mundo para impedir que el nazismo hiciera un holocausto mundial. Y ahora resulta según ellos que toda esta lucha no sirvió para nada… ¡No, compañeros! Esa lucha no fue en vano.

 

El comunismo está vivo

Pero mientras exista el capitalismo, existirá la clase obrera. Porque ¿qué es el capitalismo? Es el régimen de la servidumbre asalariada. Nos han llenado la cabeza todos estos años —incluso algunos dirigentes de izquierda— diciendo que la clase obrera ya no es el sujeto histórico de la revolución. Y ahora venimos a saber que en estos 15 años el número de obreros en el mundo se ha multiplicado por 4. Mañana, 1º de Mayo, van a manifestar millones de obreros, que están en lucha en los puertos de Estados Unidos sobre el Pacífico, en Inglaterra, en Europa, y que están en lucha en muchos lugares de América Latina.

Muchas veces dieron por muerto al comunismo. Desde el inicio. Porque como dijo Marx, el primer partido comunista verdaderamente activo de la historia fue el movimiento de Babeuf, la conspiración de los “Iguales” en el seno de la Revolución Francesa. Los agarraron a todos y los guillotinaron. La burguesía se quedó tranquila, dijo: “terminamos con el comunismo”. Se escapó uno: Felipe Buonarrotti, emigrado italiano. Volvió a Italia, organizó grupos de “carbonarios”… Y en 1848, cuando Marx y Engels escribieron el Manifiesto Comunista, comienzan diciendo: “un fantasma recorre Europa, el fantasma del comunismo”. No habían podido matar al comunismo.

En 1871, cuando ante la invasión extranjera la burguesía francesa claudicó, se instaló el primer gobierno obrero de la historia: la Comuna de París, que duró 70 días. También, los capitalistas reprimieron sangrientamente. Hay una canción: “Cuando florecieron los cerezos”; florecían los cerezos en Francia, cuando la burguesía fusiló a 70 mil comuneros en lo que se llama el Muro de los Fusilados. Otra vez dijeron: “terminamos con el comunismo”.

Pero los comuneros se desparramaron, incluso algunos vinieron aquí, a la Argentina. Crearon la primera organización adherida a la Asociación Internacional de los Trabajadores.

Y en 1917 triunfó la Revolución Rusa. Un pequeño partido, dirigido por un hombre desconocido que ni se sabía cómo se llamaba: Uliánov, Vladímir Lenin… Al frente de millones de obreros, campesinos y soldados, tomaron el poder: instauraron el poder obrero en Rusia. Fueron agredidos por 14 naciones. De allá volvió Recabarren, fundador del Partido Comunista chileno y argentino. Le preguntaron qué vio. “Vi montañas de cadáveres de muertos de hambre —dijo—, pero también vi que los obreros tienen la sartén por el mango”.

Y cuando la crisis del año ’29 conmovió al mundo capitalista, lo único que se mantuvo incólume fue la Unión Soviética, que en ese entonces comenzaba a ser una potencia.

Después, el capitalismo fue restaurado en la Unión Soviética. Fuimos derrotados. Algunos dicen “fracasó”; no, no fracasó, fuimos derrotados, en una lucha de clases implacable, cruel, que no reconoce límites, como muestran los ejemplos de la Comuna y de Babeuf. Las clases dominantes son capaces de llegar a cualquier cosa para terminar con ese peligro.

Y cuando se restauró el capitalismo en China fue un momento muy difícil. Nosotros quedamos ahí… Algunos decían: “son cachorros guachos”. No creían que íbamos a sobrevivir, que íbamos a seguir manteniendo las banderas del marxismo-leninismo-maoísmo como las sostuvimos, y que íbamos a seguir luchando por la revolución.

Los pueblos siguen enfrentando al imperialismo. Los yanquis están empantanados en Irak y en Afganistán. Crece el comunismo y el maoísmo en todo el mundo, como se ha dicho recién sobre Nepal y sobre Filipinas. Crecen los partidos revolucionarios. Y crecen muchas nuevas fuerzas revolucionarias.

Las nuevas generaciones de combatientes tendrán que buscar y encontrar los caminos propios de cada país para el triunfo de la revolución. No hay una receta. Pero eso sí: mientras tengan como guía el marxismo-leninismo-maoísmo como la brújula que les va permitir, en definitiva, triunfar.

Nosotros estamos seguros de que nuestra lucha va a triunfar. Creemos en lo que dijo Mao: la lógica de los oprimidos es luchar, fracasar, para volver a luchar, volver a fracasar, y así hasta triunfar. Y nosotros, con la misma convicción con que fundamos el Partido Comunista Revolucionario hace 40 años, decimos que habrá nuevas revoluciones triunfantes, que el imperialismo va a ser derrotado, y que en definitiva el comunismo triunfará mundialmente.

Por eso, compañeros, ¡Viva el internacionalismo proletario! ¡Viva el comunismo! ¡Viva el Partido Comunista Revolucionario!

 

Hoy N° 1925 10/08/2022