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30 de agosto de 2023

Milei quiere terminar con la escuela pública y obligatoria

La educación que necesitamos

Reproducimos extractos de una nota de nuestra camarada del Comité Central del PCR, histórica dirigente docente. Ver completo en www.pcr.org.ar

Es nuestra obligación, como comunistas revolucionarios dar las discusiones que tenemos que dar para que se entienda que Milei no es “lo nuevo”, que Milei no es la “anti casta”, sino que viene con las recetas más duras y desfachatadas del capitalismo disfrazadas de “libertad”.

El 8 de julio de 1884 se promulga la Ley 1420 bajo la presidencia de Julio Argentino Roca (el genocida de la campaña al desierto). Esta ley establecía la educación común, laica, gratuita y obligatoria en todo el territorio nacional. Fue la piedra basal de la educación argentina.

En el año 1905 se aprueba la Ley Láinez. Esta ley permitió al Estado Nacional instalar escuelas primarias en todas las provincias que lo solicitaran. En un contexto de auge inmigratorio, con muchos trabajadores que venían con ideas socialistas y anarquistas, descontento social, huelgas obreras y represión, la escuela era una herramienta necesaria para erradicar el analfabetismo, mejorar las condiciones de vida y crear las condiciones para la paz social. Sus objetivos eran superar los niveles de atraso, combatir la ignorancia y el analfabetismo porque los obreros que necesitaba la industria que estaba naciendo tenían que estar instruidos y preparados.  Ambas leyes sirvieron al modelo de desarrollo de las clases dominantes, conocidas como la generación del 80. La propuesta educativa se basó en la formación del ciudadano desde el Estado que ellos dirigían, bajo un sistema escolar obligatorio y gratuito para la educación primaria.

En 1918 se produce la Reforma Universitaria con una gran lucha del estudiantado que logra la sanción de la Ley Universitaria que establece, como bases centrales, la gratuidad y la autonomía universitaria.

Esas fueron las leyes que rigieron la educación argentina hasta la dictadura militar, que deroga la ley Láinez, pasando esas escuelas a las provincias. La ambición de la dictadura era desligarse completamente del sistema educativo nacional, cosa que no pudo realizar.

Ese trabajo sucio lo hizo Carlos Menem en su primera presidencia, cuando en 1993 se aprueba la Ley Federal de Educación, a pesar de las grandes luchas y marchas multitudinarias protagonizadas en todo el país, con marchas a Plaza de Mayo de 100.000 personas, docentes, padres, alumnos y la Ctera encabezando. Esta reforma produjo una diferenciación perniciosa para los alumnos, que en cada provincia tienen un sistema distinto, un programa educativo distinto, y los docentes carecen de un salario básico unificado, por el cual peleamos durante la larga huelga de 42 días y la Marcha Blanca de 1988. A su vez, esa ley establecía el deber indelegable del estado en la educación, pero al incluir la responsabilidad de los padres y la sociedad, abrió la puerta para la creación de las escuelas “voucher” donde el Estado le da fondos a los padres para que “elijan” la escuela que quieren para sus hijos. Eso produjo, en los pocos países donde se implementó, un sistema despiadado de competencia entre escuelas, para captar clientes, no alumnos, ya que los salarios de los docentes dependían de cuántos “vouchers” recibiera la escuela. Esa Ley desmembró el sistema educativo.

Este es el sistema que propone Milei.

En 2006 se aprueba la Ley Nacional de Educación, que reafirma la gratuidad y obligatoriedad de la enseñanza y extiende a 13 años la obligatoriedad de la educación. Pero no modifica el desguace del sistema educativo en 24 sistemas diferentes ni financia desde el Estado Nacional la educación argentina.

Queda claro que en 139 años de historia la educación argentina ha sido laica, gratuita y obligatoria.

Ahora bien. ¿Estamos conformes con la educación que tenemos? ¿Le estamos brindando a estas nuevas generaciones las mejores herramientas para seguir estudiando? ¿La sociedad les brinda un trabajo al terminar la escuela secundaria que no sea repositor de un supermercado o empleado de un call center?

No. Porque la educación es una variable dependiente de la economía imperante en cada momento político. Y en este país, después de la destrucción de la industria nacional que empezó la dictadura y terminó el menemismo, nunca más se volvieron a crear fábricas e industria nacional de envergadura como para dar cabida a un trabajo permanente o duradero, que permita la planificación de la juventud y su realización como persona y ciudadano. Mantener una familia, comprar o construir una casa, criar sus hijos, disfrutar sus vacaciones, etc.

Este momento político, económico y social que estamos viviendo no prioriza la educación de calidad.

Los niños y adolescentes se vieron apartados de la escuela y de la educación durante la pandemia. El grado de dependencia de nuestro país quedó al desnudo cuando en una familia de 3 o 4 hijos había un solo celular para poder conectarse con la escuela.

La educación es un hecho eminentemente social. Se aprende con el otro. Con los otros. Se intercambian experiencias, conocimientos, se socializa con el resto, se aprenden normas de conjunto, se establecen lazos de amistad, de camaradería, de deseos compartidos. Nuestros alumnos estuvieron privados de ello por 1 año y medio de sus vidas. En algunos casos no lo van a poder recuperar nunca. Y en las esquinas lo que prolifera es la droga y el alcohol que es lo que lleva a jóvenes cada vez más chicos a realizar las atrocidades a los que los empujan las clases dominantes para erradicar la natural rebeldía de la juventud, y después nos muestran por TV las barbaridades que realizan.

Para esos chicos y chicas ¿qué propone Milei? ¿Crear fuentes de trabajo? ¿Alguien escuchó a Milei hablar de trabajo?  ¿Alguien escuchó a Milei decir que las Malvinas son argentinas? ¿O sólo de represión para los “chorros”? ¿Alguien escuchó a la Bullrich proponer la apertura de fábricas o la creación de trabajo para los jóvenes? ¿O sólo balas y cárcel? ¿Pensarán convertir a la Argentina en una cárcel gigante? ¿O “ahogarlos “a todos como hicieron con Santiago Maldonado?

Nosotros defendemos y luchamos por una escuela pública de calidad, inclusiva, con docentes bien pagos, para que puedan tener un solo cargo y dedicar todo su esfuerzo a un grupo de alumnos. Defendemos una escuela al servicio de la comunidad educativa. Trabajando codo a codo con los padres para la mejor educación de sus hijos. Una escuela que tenga edificios cómodos y modernos, con amplios comedores y comida de calidad nutritiva para todos los alumnos.

Una escuela técnica pujante y de alta calidad científico – técnica para preparar los mejores especialistas que nuestras industrias nacionales necesiten.

Luchamos por una educación para la independencia y la soberanía nacional. Luchamos por una educación de calidad, con un presupuesto que permita que todos los chicos y chicas accedan a la educación gratuita, científica, laica, obligatoria, basada en las necesidades del desarrollo de la industria nacional.

Por eso hoy, a 8 semanas de las elecciones de octubre, damos la pelea desde las calles por nuestro derecho a una vida con más derechos, sin inflación, sin inseguridad, con familias que puedan hacer frente a las necesidades de todos sus integrantes, con tierra, techo y trabajo, y desde las urnas votando al Frente Unión por la Patria, cerrando el camino de la derecha fascista que viene a quedarse con todo, con la venganza de las clases dominantes que odian las luchas y las conquistas del movimiento obrero y el pueblo argentino.

Con la firme convicción que tenemos que hacer realidad la frase del General San Martín: “Cuando la patria está en peligro todo está permitido, excepto no defenderla”

Ni amo nuevo, ni amo viejo ¡Ningún amo!

Escribe Lidia Braceras

Hoy N° 1976  30/08/2023