Esta vez le tocó a un amigo, a Luca Mauricio Ovando. La tragedia ocurrió el 11 de abril en Berisso, cuando Luca volvía en bicicleta de jugar al fútbol y fue atropellado por un conductor que estaba totalmente alcoholizado. Esta persona, que nos arrebató a Luca de las manos, ya tenía antecedentes de lesiones de tránsito, y hasta el día de hoy se encuentra en total libertad. Luca era un joven de 16 años, buena persona, solidario con todos, humilde.
Son muchos los jóvenes asesinados, como acaba de ocurrir recientemente con Juan Maldonado, asesinado el domingo 9 por un “patovica” del boliche Alcatraz, que no contaba con la habilitación para funcionar, y donde los “patovicas” tenían armas… ¡pero nadie controló!
Queremos vivir dignamente
La política del gobierno de los Kirchner que descarga la crisis sobre nuestro pueblo, con hambre, sin posibilidad de acceder al trabajo, la educación, el deporte, con la droga en cada esquina, donde ni siquiera podemos salir a divertirnos tranquilos con nuestros amigos… Una política que nos trata como si fuéramos de lo peor, nos hace responsables de nuestros sufrimientos, y ahora nos quiere meter en cana cada vez más chicos… Vemos muchas veces cómo funciona la complicidad política y policial, que en vez de garantizar justicia encubre a los asesinos y nos reprime si nos rebelamos. Así nos responden muchas veces, cuando nos decidimos a salir a luchar por lo que es justo, porque quieren dividirnos, quieren apagar nuestra rebeldía.
¿No sería mucho mejor, para nosotros y para nuestro país, que el gobierno K nos garantice vivir dignamente? Para que no haya más un Luca, un Juan, o los miles de jóvenes anónimos asesinados-muertos como consecuencia de esta política. Por eso, porque queremos vivir dignamente, es que salimos a luchar. Luchar para que no haya un solo chico que se muera de hambre, porque queremos educación, trabajo, deporte, recreación… No queremos la droga. Queremos un futuro para los millones de jóvenes que hoy no lo tenemos. Y también por justicia.
El sábado 15 se realizó la marcha en la que confluyeron las familias y amigos de Luca, de Juan, de Cristian, y de otros jóvenes asesinados o muertos en Berisso por causas que se podrían haber evitado y que hasta hoy siguen buscando justicia.
Porque, como dijo la madre de Luca frente a la casa de su asesino (que era custodiada por un gran vallado y operativo policial)… “a mi hijo no me lo van a devolver, pero sólo con la lucha podemos garantizar que se haga justicia, que paguen todos los responsables de la muerte de mi hijo y de tantos jóvenes…”.