“Tiempo de conocer, cual es el rumbo quien el compañero” … esa frase de una canción de Daniel Viglietti sintetizaba a la perfección el sentimiento de muchos jóvenes que en los comienzos de los 70 sentían, que las grandes puebladas, como el Cordobazo, el Correntinazo, el Rosariazo, sólo por nombrar algunas, eran el rumbo para terminar con las dictaduras militares y hacer la revolución. Revolución que se presentaba como el comienzo de un mundo nuevo, una sociedad nueva, un hombre nuevo. Ese es el momento en que Jorge Paladino, casi médico, artesano de profesión, músico y escritor, decide formar parte del PCR. Según él mismo contaba, la caída de Salvador Allende en Chile termina con sus pocas esperanzas en una salida pacífica. Encuentra en el PCR la ideología Marxista-Leninista-Maoísta, que alumbrará su práctica de allí en adelante y a quienes lo acompañarán hasta su partida. Cumpliendo el decir de Viglietti, eligió el rumbo y los compañeros.
A partir del momento en que se incorpora al partido, queda inmerso en el debate, que ponía a foco cuál era el papel que jugaba el arte y la cultura en el camino de la revolución. Había muchas ideas, pero la producción propia, la relación entre la forma y el contenido de clase y la difusión, eran grandes temas en el partido.
Habíamos dado algunos pasos con la «Cantata para el Cordobazo» y Jorge forma con otros compañeros el grupo Canto y Liberación, sumándose no sólo como compositor, también como instrumentista y cantante participando activamente de la lucha política, alternando conciertos en teatros y facultades con la venta del Nueva Hora en la puerta de una empresa de concentración. Fue éste un tiempo en el que Jorge desarrolló una práctica política y cultural muy valiosa.
A medida que se tensó la situación política y se comenzó a vislumbrar el golpe de estado, el grupo se disolvió y pasamos a tomar otras tareas en la lucha antigolpista. Jorge comenzó a trabajar de médico en el viejo Hospital Rawson, donde comienza la lucha contra la dictadura el mismo 24 de marzo. Durante la dictadura sigue trabajando como médico en el Hospital Castex de San Martín, actualmente H.I.G.A Eva Perón. Durante todo este tiempo, Jorge no abandona su pensamiento cultural, es más, lo profundiza. Según su decir y su práctica, veía como cuestión central la producción cultural propia, la puesta en escena de esa producción con equipos culturales propios y los lugares donde esas obras se expusieran debían ser centralmente lugares independientes sostenidos por los artistas que compartieran el contenido de esa producción, sumando además sus propias obras.
Más allá de lo que yo pueda interpretar quedan los hechos, la revista La jabonería de Vieytes, Cimarrón, La caldera, y el estudio de teatro More-Altamirano que aún hoy funciona, fueron creados por él y fueron lugares de difusión de sus obras y de la de muchos artistas. Cabe destacar, que siempre lo hizo como tarea militante y desde el partido. Con otros artistas integró el grupo Canto y Liberación y fue fundador y director del grupo Teatro de las Ollas, con el cual estrenó todas sus obras.
Desde el punto de vista de la creación siempre siguió el mismo camino, ir al lugar de la lucha, hablar con los protagonistas y luego escribir, así nacieron «Teresa se alza con piedras», «El cielo por asalto» (obra de teatro inspirada en la toma de la fábrica Ford, donde fue médico de la fábrica durante la toma), «Kraft», obra de teatro sobre la toma de esa empresa, «Romance a la guerra del Atlántico Sur», conjunto de poemas y canciones dedicados a la gesta de Malvinas, y muchas otras.
Pero su trabajo no terminaba en la creación, terminada la obra integraba actores vocacionales o semi profesionales, formaba el elenco y dirigía, gestionando además dónde presentarla. Una capacidad de trabajo admirable y un método a tener muy en cuenta por todos los que trabajamos en cultura.
Como dramaturgo y director se forma estudiando en la UBA y en forma particular con Juan Carlos Gené. Además, compartió su experiencia enseñando teatro en la Universidad Nacional de General Sarmiento.
Una vida de trabajo cultural admirable que deja muchas enseñanzas en hechos concretos. Jorge llevó una vida sencilla, se mantuvo trabajando en el hospital, en donde era querido y respetado profesionalmente, tanto es así que después de jubilado fue convocado por la Dirección electa del hospital para integrar un comité médico que supervisó la construcción de la nueva guardia y la reforma de la unidad de terapia intensiva en la que había trabajado más de 20 años y donde paradójicamente falleció.
Jorge fue un médico ejemplar, formador de médicos, nunca trató de hacer fortuna con la medicina, jamás tuvo consultorio particular. Todos los que lo conocimos sabemos que siempre estaba dispuesto a ayudar, a los camaradas, a los amigos, a los vecinos y a todo el que lo necesitara.
Jorge fue un comunista, un camarada muy valioso, su partida es una gran pérdida para nuestro partido y para la cultura popular.
Camarada Jorge, hasta la victoria siempre.
Escribe Daniel
Hoy N° 1982 11/10/2023