21 de abril de 1904. Masacre de San Javier: “que parezca un malón”
Retumban en la memoria colectiva de San Javier el aullido y los gritos de dolor de decenas de heridos de muerte, rodeados de cadáveres insepultos, masacrados por la barbarie “civilizadora” de las clases dominantes terratenientes y sus socios. El resonar de modernos fusiles de época desde las terrazas y la torre de la Iglesia. Hermanos originarios, hombres, mujeres, viejos, jóvenes y niños, la mayoría caminado sobre la actual calle Alvear siendo masacrados al llegar a la Plaza San Martín.
San Javier fue fundada en 1743 por el teniente de gobernador español Francisco Javier de Echagüe y Andía, como reducción o misión con el fin de evitar los “malones” o incursiones indígenas desde el norte a la ciudad de Santa Fe. Tuvo distintos asentamientos a lo largo de la costa santafesina, hasta establecerse en el lugar definitivo y actual.
Su historia está muy ligada a la Iglesia Católica, primero los jesuitas hasta su expulsión en 1767, luego los mercedarios por poco tiempo, más tarde los franciscanos durante un siglo hasta 1908 y finalmente el clero secular hasta nuestros días.
Los hechos: “Dispararon hasta del campanario de la iglesia… El 21 de abril de 1904 en San Javier (Santa Fe) se perpetró una matanza de un centenar de mocovíes. La historia oficial aseguró que se trató de un furibundo malón repelido por grupos de pioneros. Las víctimas originarias superan el centenar entre muertos y heridos. Hubo fosas comunes y de acuerdo con los relatos, algunos fueron enterrados aún con vida. Los largos tentáculos de la desmemoria de la historia oficial a gusto del paladar de la elite tergiversaron el crimen y las víctimas se transformaron en victimarios. Aunque resulte difícil de creer en 1918 se estrenó una película muda llamada “El último malón” del director Alcides Greca que pretende reflejar lo ocurrido de acuerdo con la versión oficial donde hacen actuar a los sobrevivientes de la matanza de indios maloneros”.
“Se trató de una matanza preventiva buscando disciplinar mano de obra barata como luego ocurrió en 1924 en Napalpí y en 1947 en Rincón Bomba. No hubo malón, ni primer malón ni último malón. Hubo masacre, impunidad y desmemoria. La prensa al servicio del poder habló de “hasta 1.200 indios salvajes que correteaban a caballo con sus chuzas durante horas adueñándose de las calles del pueblo”. Increíble como se puede mentir tanto. No hubo malón, hubo masacre. No hubo malón, solo olvido y desmemoria. Apenas la impunidad de los matadores habituales y los mismos muertos de siempre. Un detalle más, en aquel entonces gobernaba el general Julio Roca”.
No fue un malón, fue una protesta siguiendo la lucha ancestral de nuestros hermanos mocovíes por recuperar la tierra y su dignidad como originarios.
¿Qué pasará con los nuevos gobernantes que triunfaron en las pasadas elecciones provinciales y locales, subordinados a Patricia Bullrich? ¿Seguirán reprimiendo los próximos “malones”?
11 de marzo de 1887, Masacre de San Antonio de Obligado
La reducción se fundó por iniciativa del Coronel Manuel Obligado el 22 de junio de 1884 y contó con la experiencia y dedicación del padre Ermete Constanzi de la orden de los franciscanos, que había tenido una destacada labor en San Javier años antes, y que fuera asesinado tiempo después en la localidad de Las Toscas, por defender a los indígenas y pequeños chacareros de los ataques de los terratenientes y caudillos. Más de 400 indígenas de la cultura qom y mocoví integraron los inicios de la reducción y en solo tres años ascendieron a más de 1.000, convirtiéndose en una de las más importantes del Chaco.
Sin embargo, lo que parecía brillar por sus logros pronto entraría en etapa de tragedias y culminaría con una masacre.
Un primer problema fue el corrimiento de la frontera de la provincia de Santa Fe al paralelo 28, dejando sin efecto los títulos de tierra de los indígenas. Otra injusticia era la desigualdad en el pago de los trabajos, ya que un criollo ganaba tres veces más por el mismo trabajo que realizaba el indígena. De igual manera, el drama mayor anidaba dentro de las filas del propio ejército, donde los milicianos indígenas recibían maltratos y castigos por parte de sus superiores.
Sin embargo, el motivo que detonó la indignación de las comunidades fue el pedido de una niña indígena por parte del Gral. Rudecindo Roca, hermano de Julio Argentino Roca, que era gobernador de Misiones y reclutaba indígenas para que trabajen en el ingenio azucarero del que era dueño.
El secuestro de la niña marcó un punto de inflexión en la historia de los primeros años de la reducción de San Antonio de Obligado.
El 7 de marzo de 1887 se produjo una sublevación del regimiento indígena, provocando una verdadera revuelta en la reducción y ejecutando a su jefe militar sargento mayor Marcos Piedras, llevándose todo el armamento que disponía el ejército.
Esto movilizó a buena parte de las fuerzas militares que acudieron desde Resistencia, Corrientes capital y Bella Vista, y rápidamente emprendieron una persecución, secundados por terratenientes y comerciantes de la zona. Aquí es donde comienzan con la represión.
El 11 de marzo de 1887, 16 indígenas que estaban detenidos y que no habían participado de la sublevación, fueron fusilados por las fuerzas militares. Este hecho quedará en la memoria como el “Día de la Matanza de Indígenas en San Antonio de Obligado”.
Los relatos orales de los descendientes de la etnia qom y mocoví, hablan de cientos de muertos. Justo en el lugar donde se cree que fue la matanza se levantó una cruz, conocida con el nombre de Cruz Alta, que constituye un sitio histórico en la comunidad.
Tanto la Cruz Alta como el 11 de marzo representan un símbolo de un pasado de saqueos y muertes que todavía sangra y pide justicia en el Chaco Santafesino y que resurge en la Argentina en cada conflicto por la tierra de los pueblos originarios y la lucha por sus derechos. (Luciano Sánchez).
Histórico: los antropólogos hallaron restos humanos en la excavación debajo de la Cruz Alta
El 28 de septiembre de 2023, la doctora Cintia Chávez y los antropólogos forenses Juan Nobile y Fernando Pepe confirmaron en conferencia de prensa el hallazgo histórico que se dio en inmediaciones de la Cruz Alta en San Antonio de Obligado.
Allí venían trabajando junto a las comunidades indígenas los historiadores Francisco Mora y Luciano Sánchez, para develar parte de la historia sobre la masacre. Después de recabar muchísima información documental se comenzaron con las excavaciones en el lugar.
El 27/9 la primera excavación dio resultado positivo. A pocos metros de la cruz alta se pudo dar con el primer cuerpo que pertenecería a integrantes de los pueblos originarios.
Juan Nobile, perteneciente al EAAF (Equipo Argentino de Antropología Forense) fue quien confirmó que se trata de un cuerpo humano, y dijo que se detuvo el proceso de excavación hasta tener la orden judicial para la exhumación de estos restos humanos y de los demás que se puedan encontrar. Se abre la posibilidad de un juicio por crímenes de lesa humanidad, que son imprescriptibles.
Un avance muy importante para reconstruir la verdadera historia.
Fuente: Luciano Sánchez. Ley provincial 11078/03 Marcelo Valko. Alejandro Vivas y Sra. Tradición oral, recopilación entre descendientes originarios y criollos.
Escribe Luis Torrieri
Hoy N° 1988 22/11/2023