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21 de agosto de 2024

Para tener independencia, autodecisión y autoabastecimiento

Ciencia y tecnología: La lucha es hoy

Una Argentina independiente de toda dominación extranjera debe tener independencia política, económica y científica y una defensa nacional, patriótica y popular. Será producto de una revolución democrático-popular en camino, ininterrumpido y por etapas, al socialismo, lo que implica un Estado de nuevo tipo, de Nueva Democracia, al decir de Mao. Ese es nuestro objetivo estratégico de la etapa. Nuestras tácticas son de aproximación a ese objetivo.

Si estamos decididos a encarar una política de independencia nacional y democracia grande, deberíamos luchar por continuar nuestro desarrollo en áreas estratégicas y analizar algunos ejemplos históricos como el que sigue.

 

La experiencia de los revolucionarios chinos

Transcurría la primera mitad de los años ´60, épocas de la Revolución Cultural China. Mao vivía y China Popular era muy distinta a la actual, que es socialista de palabra e imperialista en los hechos y fascista de tipo hitleriano en el plano interno. Se impulsaba un desarrollo independiente. En el campo y en la ciudad.

En el campo, la Brigada Tachai fue el modelo. En la industria, se buscaba producir petróleo y se organizó la Brigada Taching, parte de la organización en comunas, brigadas y equipos, en ese país y en esa época.

Los partidarios de que China dependiera de la URSS (que ya había dejado de ser socialista), pusieron todo tipo de obstáculos y objeciones. En China no había experiencia en producción de petróleo y los países imperialistas siempre habían dicho que no había petróleo allí.

Sin embargo, el líder de Taching, Wang Chin-Si (llamado “el hombre de hierro”) sostenía: “nuestro país tiene un vasto territorio. No creo que el petróleo se halle sólo en el subsuelo de países extranjeros… Debemos comenzar el trabajo si tenemos las condiciones, y lo haremos, asimismo, creándolas, si no las poseemos”. Dicho sea de paso, por criterios similares Argentina tiene una vacuna contra la Covid, dominando una plataforma que puede servir para otras.

Al final, Taching logró extraer petróleo. A partir de 1949, siguiendo los tres principios de “independencia, autodecisión y autoabastecimiento”, el gobierno de China Popular estableció gradualmente organismos encargados de la investigación y exploración petrolera, además de centros docentes superiores para ese fin. En todos los campos petrolíferos se instalaron institutos, departamentos y laboratorios científicos destinados a servir de apoyo al proceso productivo, conformando un verdadero “triángulo científico-tecnológico” (gobierno, infraestructura científico-tecnológica y aparato productivo) como el que postuló, sin éxito, el tecnólogo desarrollista argentino, Jorge Sábato. Taching pudo hacer realidad ese triángulo porque mantuvo obstinadamente el objetivo de basarse en la fuerza propia y, previamente, había hecho una revolución. No era un desarrollo industrial en condiciones de dependencia como, de fondo, implicaba el concepto original de Sábato. Se apoyaba en el pueblo y la nación movilizados. Sólo de esa manera se pueden enfrentar embates destructivos de gente como Milei.

Había que ser “rojo y experto”, sostenía Mao en un artículo. “La política al mando”, dirían los maoístas, que afirmaban que nada se podría realizar sin el protagonismo del pueblo. Escribe Jacinto Roldán en “Mao Tse Tung: Revolución, arte y cultura”: “… en octubre de 1959 nació en Taching la industria petrolera china. La extracción de petróleo fue un ejemplo de mujeres y hombres muy pobres del campesinado que, con su práctica y tenacidad, revirtieron el diagnóstico de científicos y técnicos que sostenían que no había petróleo en China y, pese al abandono de la ayuda soviética y las dificultades, también pudo desarrollarse la industria atómica”.

 

Milei-Villarruel: dependencia y latifundio hasta el paroxismo

El gobierno de Milei-Villarruel, por el contrario, propone una Argentina sin industrias. Sólo se extraerán materias primas que serán procesadas en otros lugares: petróleo, gas, litio, tierras raras, cereales, carne, cuero, etc. No valdrán el costo interno de extracción más una razonable ganancia. Son commodities: su precio es el internacional, en general superior. Los fabricantes de zapatos nacionales, para el mercado interno y con un nivel tecnológico que puede competir con los mejores estándares del mundo, se extinguirán. El cuero a precio internacional encarecerá sus zapatos. Serán barridos por productos extranjeros. Sus obreros serán desocupados.  Las pymes caerán, los empleados irán a la calle y los pequeños comerciantes que los abastecen se quedarán sin clientes. Se permitirá, con la ley RIGI, que nada quede en el país. Millones de dólares enriquecerán a monopolios y países imperialistas de distinto pelaje.

En el proyecto del gobierno no hay lugar para Sociedades del Estado que han demostrado su capacidad y competencia en petróleo, gas, energía atómica, industria aeroespacial, fabricaciones militares, etc. Tampoco para la educación y el desarrollo científico y tecnológico que tanta lucha costó. Argentina retrocede al siglo XIX, con 94% de pobres y 6% de ricos, modelo de país dependiente. Impulsan que Fabricaciones Militares sea sociedad anónima y que, con capitales yanquis, fabrique materiales para la OTAN, que incluye a los ingleses que usurpan las Malvinas.

 

Es necesario torcerle el brazo a esta política de hambre, entrega y represión

Se destruye lo logrado con años de lucha. Lo anterior no se puede permitir. Como ya se dijo, lo fundamental es el ser humano que opera las máquinas (por eso es necesaria su educación científico-técnica). Nuestra independencia exige dominar todas las etapas, desde la investigación científica al desarrollo tecnológico apropiado y la producción. Si no seremos débiles, vulnerables y más dependientes.

La defensa del desarrollo científico y tecnológico es de interés nacional y popular. Es de interés multisectorial. La lucha es hoy, desde abajo e integrando a todo el pueblo en ella.

Escribe José Vínsus

 hoy N° 2023 21/08/2024