Desde Liberpueblo, rechazamos enérgicamente las declaraciones de la vicepresidenta Villarruel, quien afirmó que «para que Argentina pueda vivir su aurora y su renacer, todos los montoneros tienen que estar presos respondiendo por ensangrentar nuestra nación». Estas palabras distorsionan la verdad histórica y promueven una discusión peligrosa y falsa.
Es fundamental recordar que quienes fueron considerados «subversivos» por la dictadura, tanto miembros de organizaciones políticas como aquellos sin afiliación, fueron víctimas de un plan sistemático de represión ilegal. Miles de personas fueron secuestradas, torturadas, violadas, sus hijos robados, desaparecidos y, en muchos casos, asesinados en centros clandestinos de detención.
Además, aquellos que sobrevivieron a la dictadura fueron juzgados durante el gobierno de Alfonsín como parte de la teoría de los dos demonios. La realidad es que no hay a quién juzgar hoy.
La dictadura no vino a «terminar con la subversión», como pretende instalarse en el discurso oficial. Su verdadero objetivo fue reprimir al pueblo y a los trabajadores para imponer un modelo neoliberal que destruyó el tejido social y económico del país. Hasta hoy se han identificado 800 centros clandestinos de detención, tortura y exterminio (CCDTyE), donde decenas de miles de personas fueron sometidas a las peores atrocidades, dejando 30.000 desaparecidos y 400 bebés robados.
En el Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas, reafirmamos nuestro compromiso con la verdad, la justicia y la memoria. No permitiremos que discursos que reivindican el genocidio dictatorial desvirtúen la historia.
30.000 compañeros detenidos desaparecidos, presentes, ahora y siempre.
hoy N° 2025 04/09/2024
