Fue una demostración de fe y de la religiosidad combativa que atesora nuestro pueblo.
Con el agravamiento de la crisis, profundizado en estos meses de gobierno de Milei, el campesinado y los trabajadores del Cordón Hortícola avanzamos en la unidad multisectorial. Esta jornada surge de la formación de una mesa de organizaciones que, a través de la expresión de la fe, buscamos poner en agenda la gravedad de la situación en la región: Alquileres imposibles de pagar, alimentos a precios inalcanzables, abandono de las políticas públicas que protejan al sector productivo, aumento indiscriminado de servicios e insumos. Esto produce más familias arrojadas a la miseria y una juventud al alcance del flagelo de las adicciones.
Participaron de la iniciativa y estuvieron presentes monseñor Alberto Bochatey (obispo de La Plata) y el padre Carlos Gómez de Abasto, que bendijeron la producción, las herramientas, las vírgenes, patronos e imágenes de los peregrinos, como así también la olla popular para el almuerzo compartido. Bochatey destacó la alegría de los participantes y en referencia a las organizaciones sociales y campesinas dijo: “Estamos unidos por lo más importante que son las personas, los que más sufren, que están segregados y despreciados” e instó a seguir caminando juntos.
Entre los presentes estuvo el compañero “Gringo” Castro de los Misioneros del Papa Francisco, que peregrinó desde la salida de 44 y 208. Acompañó con un mensaje el pastor Diego Mendieta de la Pastoral Evangélica y acercaron su saludo miembros de la Pastoral Social de la Iglesia Católica.
Compartimos el comunicado conjunto de las organizaciones
Las organizaciones campesinas y sociales agradecemos el esfuerzo realizado por los compañeros y compañeras que han hecho un gran esfuerzo para sumarse a este Encuentro de la Fe.
Pequeños productores, agricultores familiares, con nuestras herramientas de trabajo, trabajadores rurales, familias de los barrios de la zona, desocupados y jubilados, más allá de las diferentes ideas, nos hemos unimos en esta rogativa, frente a la difícil situación que estamos padeciendo.
Nos unimos por la defensa del cinturón hortícola, que reúne a miles de familias que, con su esfuerzo, producen la mayor cantidad de alimentos frescos del país.
Sin tierras propias, acosados por los aumentos de los arrendamientos y las tarifas imposibles de pagar, castigados por los precios de los insumos dolarizados, y un mercado interno achicado por las dificultades del pueblo para comprar nuestros productos, peligra la continuidad en la actividad que venimos desarrollando desde siempre y es parte de nuestra cultura.
El Papa Francisco insta a considerar «a los pequeños agricultores y a las familias campesinas” como “actores privilegiados», cuyos conocimientos tradicionales “no deben pasarse por alto ni ignorarse” para comprender mejor sus necesidades reales”.
Y propugna por “la transformación cuidadosa y correcta de los sistemas alimentarios”, para que sean «ambientalmente sostenibles y respetuosos con las culturas locales”.
Nos unimos defendiendo un territorio cercado por el avance indiscriminado de la urbanización para la construcción de barrios privados, que aleja aún más nuestros sueños de acceder a ella.
Nos unimos en nuestro ruego, a los movimientos sociales a las familias de los barrios, y organizaciones de trabajadores, porque la destrucción del cinturón hortícola y la concentración de la producción traerá más desocupación más hambre y acrecentará el flagelo de las drogas y la falta de seguridad.
Citamos nuevamente al Papa cuando dice” El hambre en el mundo es un escándalo y un crimen contra los derechos humanos. Y al cardenal García Cuerva que el 25 de mayo de 2024 destacó la importancia de tomarse en serio las parálisis del pueblo y no postergarlas en nombre de un futuro prometedor”.
Nos sumamos a la Iglesia que abrió sus puertas para transformarla en comedores para los necesitados y a los cientos de iglesias y pastores evangelistas que llevan solidaridad y consuelo a miles en los barrios.
Ante la deshumanización de algunos gobernantes que llegan al extremo de castigar con el hambre y la represión a niños y ancianos. El ruego es uno solo: Que sientan en sus corazones nuestros sufrimientos y den soluciones a nuestros reclamos.
Corresponsal
hoy N° 2027 18/09/2024