Estamos en días donde tenemos un Milei eufórico que cree haber alcanzado su éxito teórico y económico. Disfruta en medio del pavoroso sufrimiento que está causando.
La derecha liberal fue la que machacó la idea que la inflación crónica que sufrimos es hija del déficit fiscal, en particular del gasto social y de la obra pública ocultando el real origen de nuestra inflación.
Nuestra inflación es hija de la emisión para que el Estado compre dólares para pagar la deuda externa, deuda que tiene un origen: los dólares que se fugan por la renta terrateniente y los que se van por la dependencia industrial. Estas son dos fuentes internas, las dos sangrías por las que el Estado se endeuda permanentemente para facilitar estos dólares y después emite para pagar esa deuda y esos intereses. Esto es lo que se ocultó.
El gasto social dinamiza el mercado interno y la obra pública son pesos que generan nuevos productos y nuevos servicios. Por lo tanto si generan déficit, en todo caso habrá que impulsar el impuesto a las grandes fortunas y destinar los fondos a una obra pública que ayude a superar la dependencia industrial y a dinamizar el mercado interno.
Con esta doctrina, marchamos ahora a un presupuesto en el que lo que se recaude es primero pagar hasta el último centavo de los intereses y con lo que sobre se va a administrar el Estado, para lo cual, como dice Sturzenegger, habrá que ir con motosierra más profunda para sostener este plan. El largo machacar del liberalismo argentino, empieza a chocar con una realidad que es un liberalismo tan extremo, el de Milei, que reivindica ya no sólo la libertad de mercado, sino la excelencia de los monopolios, esta escuela austríaca que reivindica la excelencia de los monopolios termina por lo tanto idolatrando a un Elon Musk, el propietario feudal del gran territorio de la nube, en la que todo el proceso productivo paga renta por su tránsito Y sobre esta base, en realidad se mata cualquier idea del libre mercado que lo originó. En esta contradicción está Milei y empieza a generar inquietudes en una parte del liberalismo argentino.
Y digo esto porque se empiezan a horrorizar con Milei que con el desplazamiento de Mondino, liberal de cuna y de alcurnia, plantea la doctrina de la discriminación de cualquier matiz que difiera con su conducción, intentando una subordinación fascista, totalitaria de cualquier reducto del aparato del Estado y del servicio público.
Milei lanzó ya la campaña electoral en aquel acto en Parque Lezama, en el que empujó a sus seguidores virtuales a actuar como grupos de choque en la calle, y en otro plano busca la subordinación de la derecha que lideraba Macri. Le ofreció a Macri la secretaría de Energía y negocios conexos, pero busca su subordinación política en una fusión política, mientras los alfiles dirigidos por Carina trabajan para hacerle pomada su bastión en la Capital Federal.
Y acá viene cómo se va a acomodar todo el tablero político, porque si esa derecha se mantiene unificada como en el ballotage, aunque haya caído en su apoyo público de aquel 55%, horadada por las luchas populares en la calle y ha descendido unos 10, 12 puntos, sería una fuerza que puede retener la Capital en primer lugar y competir en la provincia de Buenos Aires. Lo cual obliga a la unidad de toda la oposición. Este es el tema que está también condicionando el tablero interno del PJ.
Por eso están eufóricos de algunos datos económicos como la baja de inflación lograda con un desastre social y productivo, el retraso del dólar y la apertura de importaciones. Aunque esto marche a un desastre como la convertibilidad, el dato inmediato de bajar la fiebre inflacionaria desangrando al paciente y llevándolo a la hipotermia de la muerte, les permitiría esa competitividad electoral.
Pero hay otra realidad que emerge y que está oculta.
El 30 de octubre hubo una jornada, que si bien la defección de la UTA trabó de hacerlo como paro total, fue un gran paro de todo el transporte nacional y fue una jornada donde en todas las localidades y pueblos hubo manifestaciones opositoras. Los cortes de ruta y las ollas que se desarrollaron en esa jornada han quedado ocultos en medio de la información pública. Se oculta pero esta oposición popular en la calle es la que va condicionando el tablero. Porque atrás de estas disputas por arriba, el tema de fondo que está es el desgaste que se le va produciendo a la política de Milei, que no es lineal, pero cada vuelta se desgasta un poco más y se van sumando factores y actores en la oposición.
Ya se practicaron los paros generales lo que habilita a repetirlos, si ya están los miércoles de los jubilados, que el veto a la ley no puede frenarlos, si ya está instalada la lucha universitaria y en ese Encuentro Plurinacional de Mujeres y Diversidades que se realizó en Jujuy quedó instalado el movimiento de mujeres y diversidades en todo el país, esto va desgastando a la política del gobierno y va condicionando todo el tablero político que se arma.
Un debate muy agudo se da en el medio de estas luchas y de estas jornadas sobre cuál es la salida. Para algunos se trata de alguna candidatura virtuosa que pueda unir todo, esto necesariamente formará parte, pero el tema de fondo es no abandonar la calle, masificar cada vez más la protesta y encontrar puntos nodales de un programa de salida, que unifique y obligue a la más amplia unidad contra Milei.
Y la salida está impresa en la que es la experiencia práctica de nuestra historia reciente. Cuando el pueblo se levantó en el Argentinazo e impuso la suspensión del pago de esa deuda, vinieron los mejores años de crecimiento de la economía argentina. Este es un tema grueso que está comprobado abona a la salida y a la unidad.
Cuando en medio de la pandemia se impuso el impuesto a las grandes fortunas fue el periodo en que se pudo aumentar el gasto público sin inflación. Y cuando el Estado puso sus inversiones en medidas soberanas, como el gasoducto iniciado con ese impuesto, fue cuando el Estado pudo aflojar la cincha de la dependencia externa y sobre esta base aflojar el drenaje de dólares que se van por una dependencia industrial y una renta terrateniente que nos desangra.
Al contrario de eso, Milei busca salir de la inflación sobre la base de asfixiar al pueblo y todos los servicios públicos, universidad, hospitales, trenes, de matar toda la obra pública y sobre esa base producir esta recesión que frena la inflación en base a la paz de los cementerios, pero que al no atacar las causas de fondo, sólo las reprime para que luego estallen en forma más feroz. De la recesión siempre se llega a un piso y se sale. El tema es cómo se sale. Se sale con más dependencia y se sale con un presupuesto que va a exprimir hasta el último peso para pagar la deuda. Pero nunca alcanza y como nunca alcanza Milei termina en la inconsistencia porque frente al frontón de dólares que tiene que pagar el año que viene de esa deuda no encontró mejor salida que tener que irse a China a renegociar el swap, y ahora Rocca se le ha puesto nervioso al presidente.
Y acá vienen las idas y vueltas y las inconsistencias de esta política, por la cual a cada rato surge un chispazo y el despido de alguno de los funcionarios públicos. Lo último que sucedió fue ya con la ministra de Relaciones Exteriores. Así es como se van desarrollando las inconsistencias de esta teoría que cree que la libertad va a venir de mano de los monopolios que controlan hasta la respiración en los mercados mundiales, esto asfixiará a su propio proyecto y a su propia crisis.