“Se buscan actores ideológicamente de derecha para largometraje”. Tal el encabezado de un reciente llamado a una prueba de actores (los denominados “castings”). El texto aclara más adelante: “… actores orientados ideológicamente con la derecha con el fin de que crean en lo que cuenta la historia”.
Cabe señalar que, ante un reclamo jurídico de la Asociación Argentina de Actores y Actrices, el anuncio fue retirado de la plataforma Alternativa Teatral. Ante todo, esto señala la importancia de contar con sindicatos específicos en cada sector de trabajo.
Dicho esto, que parece una obviedad pero que es preciso destacar en tiempos en que la organización gremial de los trabajadores es estigmatizada con saña por el gobierno y sus socios, podríamos partir del hecho objetivo que establece que es absurdo sostener que la posición ideológica personal determina, per se, idoneidad artística alguna (en este caso, actoral), o que un actor “crea lo que cuenta la historia” por el mero hecho de que coincida ideológicamente (el mencionado actor), con lo que plantea el guion.
Cuesta creer que un llamado a prueba de actores parta de semejante absurdo, tanto desde lo conceptual general como desde lo estrictamente dramatúrgico, precisamente porque se da de bruces con los más elementales principios de la pedagogía teatral.
Sin embargo, sospechamos que de lo que se trata aquí no es de la selección de actores para integrar el elenco de una obra determinada, sino de un nuevo avance de la ultraderecha en el marco de la batalla cultural que pregonan, con más estridencia que argumentos, el presidente Milei y sus seguidores, en línea con su falaz concepto de “libertad”, que no es otra cosa que una manipulación semántica, un pretexto funcional a los intereses de los monopolios imperialistas.
De alguna manera se retoma el “Si pasa, pasa” del macrismo, pero, en este caso, con un desparpajo alevosamente provocador y antidemocrático, habida cuenta de que tal ideario fascista tiene como uno de sus principales objetivos derribar, sin más, el acervo popular, nacional, democrático, científico y antiimperialista de nuestra cultura, vilipendiando las identidades tanto individuales como colectivas.
La publicación de este tipo de comunicados pone de manifiesto que, en aras de la tan vociferada “libertad”, la ultraderecha plantea el “vale todo” (desde luego, un “vale todo» que beneficia a las clases dominantes) y una “libertad” que oprime al pueblo, lo cual va en línea ideológica con la eliminación del Ministerio de Cultura, el desmantelamiento de organismos culturales estatales, el negacionismo de los derechos humanos, la censura, la reivindicación de la dictadura, la destrucción de la industria nacional, la represión, etc.
En este contexto, es objetivo destacar que la cultura popular, golpeada pero a su vez fortalecida, está forjando unidad en un proceso complejo y contradictorio, con avances y retrocesos.
A su vez, la rápida respuesta a cada ataque del gobierno, con actividades de distinto tipo, algunas de ellas con muy amplia repercusión social y mediática, señalan que las reservas combativas y creativas del pueblo están a la orden del día, tal cual fue demostrado con las movilizaciones, los paros generales, la defensa de Aerolíneas Argentinas, de las universidades nacionales, de la enseñanza artística pública, del Museo Haroldo Conti (ex ESMA), de la causa palestina, etc.
Planteada entonces la contradicción entre quienes colaboran con el gobierno y quienes lo enfrentamos, el camino es continuar con la lucha, con audacia, iniciativas y con la mayor amplitud posible, para atacar como un solo puño las políticas antipopulares y fascistas de Milei en todos los ámbitos: las academias, los medios de comunicación, las redes sociales, los foros y, fundamentalmente, las calles.
hoy N° 2042 15/01/2025