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07 de mayo de 2025

El compañero Tano, colaborador de Jacinto en la Secretaría Política

“El Negro garantizó la continuidad histórica de una línea”

Camaradas, compañeros: Con profundo dolor hoy despedimos a Jacinto Roldán, secretario general del PCR, el Negro. El Negro nació en la Capital Federal. Vivió su infancia en el Bajo Flores, en la pensión de Doña Lola, junto a su mamá Elba. De muy pequeño repartía leche para ganar dinero y ayudar a su madre. Le gustaba jugar al fútbol. Fue capitán de “Corazón Juvenil”, el equipo de su barrio. De más grande jugó hasta en la reserva de Atlanta. Era hincha de Racing de Avellaneda. Le gustaba el fútbol porque es un deporte colectivo. Él decía que “las figuras son importantes, si juegan para el equipo”.

Trabajó en Aerolíneas Argentinas, en el sector Cargas, y al calor de la lucha se afilió a la Federación Juvenil Comunista. Se alistó para combatir con el Che Guevara en Bolivia, pero la dirección del Partido Comunista traicionó.

Fue parte del contingente que rompió con esa dirección del Partido Comunista, cuando ésta renunció a la lucha por la revolución. Fue uno de los fundadores del partido del proletariado, el PCR, junto a Otto y tantos otros camaradas. Tomó organización en una zona de la Capital Federal, donde trabajó con César Gody Álvarez.

El Partido, Con Otto a la cabeza, en nuestro Tercer Congreso llegó al maoísmo. Pasamos a ser marxistas-leninistas-maoístas, y así tuvimos la posición antigolpista.

Jacinto fue secretario político del Partido en el regional La Plata-Berisso-Ensenada, donde tenía parte de su corazón. Encabezó la lucha antigolpista donde hubo seis asesinatos y más de 50 encarcelados. El Negro siempre habló del papel que jugaba la dirección, no hablaba de él.

Pero fue con él a la cabeza que se enfrentó a la dictadura, se construyó en la Carne y el Partido motorizó la huelga larga del frigorífico Swift en 1979.

Viajó cinco veces a China. Conoció los logros de la revolución, donde 500 millones de personas pasaron a decidir qué se producía, cómo se producía y cómo se distribuía lo que se producía. El Negro fue uno de los que vivió la Revolución Cultural Proletaria China y la lucha contra la restauración del capitalismo.

En una de esas delegaciones de nuestro PCR, los maoístas llevaron a nuestros camaradas a un hospital y les mostraban cómo operaban y utilizaban acupuntura. El Negro dijo “qué carnicería”, y el traductor chino le respondió “carnicería no, ciencia”. Ahí, decía el Negro, aprendí que no hay que hacer comentarios al cohete.

Fue coordinador del Gran Buenos Aires durante 25 años. Jugó un gran papel en la participación de nuestro Partido en las luchas obreras como la toma de Ford, el proceso en el Astillero Río Santiago, en Terrabusi-Kraft, en el trabajo en el campesinado pobre en La Plata. Fue uno de los fundadores de la gloriosa Corriente Clasista y Combativa, y participó en el corte largo de La Matanza, por mencionar algunos hechos.

Luego del 12 Congreso fue el responsable nacional de Organización. Fue siempre donde el Partido lo necesitó. En el 2018, ante la enfermedad de nuestro querido camarada Otto Vargas, Jacinto se puso al hombro el Partido.

En el 2022, después de nuestro 13 Congreso fue elegido secretario general del Partido por unanimidad, en el Comité Central.

Llegamos hasta acá porque el Negro garantizó la continuidad histórica de una línea y esa era su gran preocupación. La continuidad de un Partido y su JCR capaz de sentir los sufrimientos de las masas con el corazón, pensar y hacer con el lomo. Y vos, Negro, diste todo hasta el último minuto.

Siempre decías “nosotros no nacimos para ser izquierda del sistema, nacimos para ser vanguardia reconocida por las amplias masas, para hacer posible la revolución de liberación nacional y social”.

Levantando tu bandera y tu ejemplo seguiremos la lucha por derribar las dos montañas que nos oprimen: el latifundio terrateniente y la dependencia imperialista.

El Negro hablaba de los dos aspectos que tenemos todos. Te hablaba de la dialéctica para que entendiéramos todos. Era un hombre muy sencillo y humilde, tierno y muy terco. Pero sabía escuchar. Como se dice en el barrio, un tipazo.

Con un amor sin igual para la clase obrera y el pueblo, para su Partido. Con un amor profundo para su compañera de vida, Liliana. Se quedaba con momentos hermosos de su vida, como los vividos con el Colorado, Rubén, Nicolás, Manuel, Lucía.

Negro, te vamos a extrañar todos los días. Nos dejaste un legado: hacer un Partido habitable. Preocuparnos más por los demás y discutir todo colectivamente. Dejaste un Partido unido. Estabas preocupado. Tenemos que seguir haciéndolo grande y fuerte.

Vos citabas al poeta Machado, que decía “Hay dos clase de mujeres y hombre, los que viven hablando de sus virtudes y los que se limitan a tenerlas”. Vos, sin duda, fuiste de estos últimos, y el más maoísta de todos nosotros.

Hasta la victoria siempre Negro. Te quiero mucho.

 

hoy N° 2058 07/05/2025