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07 de mayo de 2025

Luciano Álvarez, secretario general de la Juventud Comunista Revolucionaria

“Jacinto nos enseñó con el ejemplo que hay que luchar hasta el final”

Compañeros y compañeras, amigos, familia de Jacinto, camaradas de todo el país.

Es un momento muy duro porque nos toca despedir a uno de los pilares sobre los cuales se asentó la construcción de este Partido en estos 57 años.

Su pérdida es un gran golpe a nuestro Partido porque Jacinto fue un gran hombre. Fue un verdadero comunista que dedicó su vida a la lucha por la revolución y a la construcción del Partido, hasta el último minuto de su vida.

Mao Tsetung, citando a un escritor chino decía: “Aunque la muerte llega a todos, puede tener más peso que la montaña Taishan o menos que una pluma”.  Morir por los intereses del pueblo tiene más peso que la montaña Taishan; servir a los fascistas y morir por los que explotan y oprimen al pueblo tiene menos peso que una pluma. El camarada Jacinto Roldan murió por los intereses del pueblo, y su muerte tiene más peso que una montaña.

El dolor es inmenso, y la tristeza es muy grande. Iremos dimensionando con el tiempo la magnitud de la pérdida del Negro, el agujero que nos deja y lo que lo vamos a extrañar y necesitar todos los días. Nos quedamos con su ejemplo, con las anécdotas y los recuerdos desde los cuales tirar. Va a ser muy difícil.

Nos quedamos con las anécdotas de los viajes a China, que nunca quiso que grabemos para no figurar, para no hablar de él. Quedan en nuestra memoria. Nos quedamos con las anécdotas de cómo los obreros del frigorífico fueron haciendo suyo el Partido, el Partido se fue fundiendo con esos obreros y eso fue haciendo aprender al Partido de esos obreros. O las del Gran Buenos Aires, con Juan Carlos, Mariano y esos cientos de luchadores que se fueron transformando en comunistas, pelea en la que se fue construyendo ese gran movimiento de desocupados de la CCC del que el Negro fue parte fundamental. También jugó un papel clave en la construcción de la Federación Nacional Campesina entre los campesinos pobres.

Nos enseñó con el ejemplo que hay que luchar hasta el final, haciendo un esfuerzo gigantesco no abandonó en ningún momento la actitud militante, el esfuerzo y la entrega por el Partido. Cuando lo dominante en la sociedad es tirar a los viejos por la ventana, y para los viejos solo hay descarte, palos y represión, Jacinto se murió trabajando por el Partido hasta el último momento de su vida.

Jacinto fue uno de los principales protagonistas de uno de los grandes hitos de nuestro Partido. Fue timonel en una de las batallas políticas más grandes que dio el Partido a lo largo de su historia, que fue la lucha antigolpista. Como dijo Otto, la actitud heroica de Enrique Rusconi, y el papel del Comité del Partido de La Plata en ese momento, encabezado por Jacinto, salvaron al Partido.

Hay muchas cosas de la historia de Jacinto que no son suficientemente conocidas por los compañeros y las compañeras, porque si Jacinto tenía una característica es que nunca hablaba de él. Por eso a los jóvenes nos queda el desafío de hacer conocer por las nuevas generaciones el legado de Jacinto, su historia, sus aportes a la lucha revolucionaria y las enseñanzas que nos deja.

En una sociedad donde lo dominante es lo individual, donde está incentivada obscenamente la idea de que lo principal son las personalidades, las figuras, que lo que importa es destacarse individualmente. Siempre decía que jugando al fútbol había aprendido que lo importante de las figuras es que jueguen para el equipo. Una de las enseñanzas principales que Jacinto nos deja es que siempre lo colectivo es superior a lo individual. Y que lo importante es defender una línea que pelee que las masas no deleguen y sean protagonistas. Jacinto detestaba la arrogancia, el arribismo y el afán de figurar, y lo combatía.

Era duro para discutir, nunca se preocupaba por cómo quedaba. Cuando estaba en desacuerdo te discutía a fondo. Pero nunca lo hacía personal, siempre era para defender el Partido y la línea.

Cuando a veces hacíamos cagadas, muchas veces, y nos poníamos por arriba de algo y lo personal se hacía principal, te discutía a fondo, a veces dolía. Pero siempre te ibas pensando. Para Jacinto siempre lo principal fue la pelea por el avance de una línea, que eso sea patrimonio del conjunto, y que las masas la hagan suya. Nunca lo personal. En la batalla entre el tigre y el mono como siempre decía, entre las dos partes que todos tenemos, te ayudaba a combatir al mono para que no se transforme en un orangután que se termine comiendo al gatito.

Jacinto siempre discutía con el objetivo de unir, daba batalla a las ideas incorrectas para unir al Partido. Discutía a fondo y siempre te daba salida, siempre daba lugar a la reflexión y al cambio frente al error.

Siempre peleó porque la referencia del Partido sean los sufrimientos de los más explotados y oprimidos. Para Jacinto la situación de las masas y sus sufrimientos no eran el marco, no era algo más que servía para contextualizar el momento, eso era el centro del trabajo del Partido. Y desde ahí fuimos encontrando las formas y caminos para que el Partido se integre con esas masas explotadas.

El Negro partía siempre de que el problema del Partido era parte de la situación política. De que, si el Partido funcionaba y discutía, podía incidir y ser una herramienta en esa situación política.

En un momento de tantos sufrimientos para nuestro pueblo, no es algo más si somos capaces de construir un Partido que arraigue y tenga esto como punto de referencia.

Desde la muerte de Otto, Jacinto se puso al frente y peleó por la unidad del Partido alrededor de una línea. En estos 6 años el PCR encabezado por Jacinto Roldán jugó un papel clave en las batallas políticas que protagonizamos.

Jugamos un papel en la derrota de Macri en la calle, desde la unidad de los movimientos populares, y también en las elecciones siendo parte del Frente de Todos.

Después Jacinto fue fundamental en la pandemia. Peleando el protagonismo de las masas, cuando dijo que el centro del trabajo del Partido pasaba a estar en los barrios. La línea con la que nos movimos permitió que miles de compañeros y compañeras tomen la política en sus manos en un momento muy difícil.

Fue también Jacinto el que dijo que nosotros éramos parte del Frente de Todos, pero que no éramos parte del gobierno. Eso nos permitió movernos con independencia cuando muchos nos querían embolsar, y nos permitió enfrentar en las calles el acuerdo con el FMI, sin corrernos del golpe principal en el sector más reaccionario del bloque de las clases dominantes.

Después, cuando asumió este gobierno reaccionario con su proyecto fascista, y muchas fuerzas políticas estaban desorientadas, planteó que los íbamos a enfrentar, mientras íbamos viendo el cómo. Eso nos permitió ponernos al frente de la pelea contra el ajuste, la represión y la entrega del gobierno de Milei desde el primer día.

Cuando despedimos a Otto en la Chacarita, Jacinto dijo: “Es muy grande la responsabilidad que tenemos hoy todos los comunistas revolucionarios, los viejos, los no tan viejos y sobre todo los jóvenes ante el legado que nos deja. Garantizar la continuidad histórica de una línea proletaria para la revolución en la Argentina.”

Yo quiero decir, compañeros y compañeras, que esa responsabilidad es hoy aún más grande, la tarea es más complicada, y sin Jacinto eso va a ser mucho más difícil. Pero como diría nuestro querido Negro Jacinto, vale la pena intentarlo.

Por eso decimos que vamos a trabajar sin descanso por la unidad del Partido. Vamos a pelear la continuidad histórica de una línea proletaria para la revolución en la Argentina. Vamos a mantener en alto las banderas del marxismo leninismo maoísmo. ¡Y vamos a defender el legado de Otto Vargas y Jacinto Roldán!

¡Vamos a seguir tu ejemplo con más firmeza que nunca, peleando para que el pueblo argentino tenga en el PCR una herramienta útil en la lucha por la revolución!

¡Te vamos a extrañar mucho Negro Jacinto querido! ¡Hasta la victoria siempre!

¡Viva Jacinto Roldan! ¡Viva el Partido Comunista Revolucionario!

 

hoy N° 2058 07/05/2025