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28 de mayo de 2025

De un texto de Jacinto Roldán, secretario general del PCR recientemente fallecido

La línea de masas

Extracto del artículo Construir un gran Partido para la Revolución de Jacinto Roldán, secretario general del PCR fallecido el último 30 de abril. Este artículo forma parte del libro Conferencias 2014 y está basado en su exposición en el ciclo de charlas sobre la vigencia del marxismo- leninismo-maoísmo realizado en 2014.

Está en debate qué ponemos en el centro: ¿Nos trazamos una política para ganar al conjunto de la masa o centramos en el activo? ¿Encabezamos la lucha y tenemos en cuenta al último de esa masa, o nos movemos solamente con los que saben, con un núcleo?

Es decir: fundir al Partido con las masas. Como decía Mao Tsetung: ¿Cómo juzgar si un joven es revolucionario? “Es necesario ver si está dispuesto a fundirse, y se funde en la práctica, con las grandes masas obreras y campesinas”. Y si está dispuesto a seguir el destino de esas masas.

Esto, de las masas a las masas, es una de las cuestiones importantes sobre el papel del Partido. Mao Tsetung, allá por el año 1943, está en el Tomo 3, dice: “Esto significa recoger las ideas dispersas y no sistemáticas de las masas y sintetizarlas, transformarlas mediante el estudio, en ideas sintetizadas y sistematizadas para luego llevarlas a las masas y explicarlas de modo que las masas las hagan suyas, perseveren en ellas y las traduzcan en acción. Y comprobar en la acción de las masas la justeza de esas ideas. Luego hay que volver a recoger y sintetizar las ideas de las masas y llevarlas a las masas para que perseveren en ellas, y así indefinidamente, de modo que las ideas se tornen cada vez más justas, más vivas y más ricas en contenido. Tal es la teoría del conocimiento”. Eso es lo que aporta el maoísmo al trabajo de los partidos, entiendo que en todo el mundo.

Sobre esto nosotros hemos tenido y tenemos muchas discusiones. Eso es bueno. Partimos de que tenemos que poner al partido y la juventud de cara a la pelea por la dirección política de los organismos de masa, principalmente en los centros de concentración.

Para esa pelea, en el Comité Central, en una dirección de zona o provincia, en una célula o círculo, de lo que nos tenemos que convencer es que, para ser maestros, primero tenemos que ser alumnos de esas masas, y tenemos que aprender de ellas. Escuchar mucho, sobre todo a los que menos hablan. Y argumentar.

Porque si no, cuando vamos a ver a las masas, daría la impresión de que lo único que nosotros tenemos que hacer es explicar porque la gente no entiende, y lo que queda claro es que muchas veces hasta entender la realidad de una fábrica, de un barrio, de una zona agraria nos lleva mucho tiempo. Es difícil. Por lo tanto, aprendemos. Es una batalla que tenemos que dar para avanzar. Porque no es lo que practicamos permanentemente.

Una célula o un círculo deben tener objetivos claros, avanzar en conocer en profundidad las opiniones del conjunto de la masa del lugar. Tiene que compartir su lucha, sus alegrías y tristezas y, a la luz de la línea del Partido, orientarlas, resumir su experiencia de lucha, para volver a las masas. Digo esto, porque si queremos ser vanguardia reconocida hay que ganárselo con la línea y con el lomo. Es decir: ser vanguardia reconocida lo tenemos que ganar con la línea y con el ejemplo.

 

hoy N° 2061 28/05/2025