El ataque de Israel a Irán del pasado 13 de junio, que provocó más de 78 muertos y 320 heridos, la muerte de altos mandos militares y destacados científicos vinculados al programa nuclear iraní, significa una escalada en Medio Oriente que agrava las tensiones en el mundo y los peligros de una tercera guerra mundial.
Israel atacó tres instalaciones nucleares en Irán, a pesar de las advertencias urgentes del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) contra cualquier ataque a estas instalaciones.
El gobierno fascista de Netanyahu justificó el ataque como una medida para frenar el desarrollo de armas atómicas por parte de Irán, aunque en los hechos interrumpió las negociaciones en curso del gobierno de Trump por el control del desarrollo del programa nuclear iraní.
El ministro de Defensa israelí, Israel Katz, declaró que “todo Teherán arderá” si Irán no cede. Israel dio a los brutales ataques el título de “León ascendente”.
Netanyahu, que tiene un aislamiento creciente en el mundo y en su propio país por el genocidio en Gaza, emprende esta acción como un recurso desesperado para sostenerse en el gobierno.
La “comunidad internacional” está dividida. El gobierno fascista israelí, en última instancia, cuenta con el respaldo de los Estados Unidos, pero también de los imperialistas de muchos de los países europeos, que mientras advierten hipócritamente contra una “escalada” en Oriente Medio, justifican la agresión israelí como “defensa propia”, con el argumento que el gobierno iraní ha prometido destruir el Estado de Israel.
Irán ya ha anunciado que también atacará las bases militares regionales de los aliados de Israel, lo que podría generar la generalización del conflicto.
En esta situación, la política del gobierno de Milei, ratificando su alineamiento incondicional con Israel, Estados Unidos e Inglaterra, pone a nuestra patria en uno de los bandos de la disputa imperialista y expone gravemente a nuestro país a ataques como los ocurridos contra la embajada de Israel y la AMIA.
hoy N° 2064 18/06/2025
