Esta fue una de las verdades que se repitió en Wilde estos días, en las movilizaciones de vecinos a la comisaría, luego del asesinato de la arquitecta Renata Toscano. Con reclamos mezclados, unos pidiendo la consabida “seguridad”, y los más denunciando la “corrupción” de la policía, centenares de personas se movilizaron varios días seguidos. De “Protesta social”, lo calificó el oligárquico La Nación con su fino olfato.
Porque lo que preocupa, tanto al gobierno como a otros sectores de las clases dominantes, es que Wilde muestra que no prendió mayoritariamente el discurso tipo Blumberg, y hasta las propias hermanas de la víctima salieron a declarar que no había que meter a todos los jóvenes en la misma bolsa. “Hay que hacer algo por estos chicos”, dijo Carla Toscano.
Les preocupa que una mujer le diga en la cara al comisario y al intendente: “A todos los políticos les chupa un huevo lo que pasa. A vos no te tengo confianza, tenés más cara de corrupto que todos. La presidenta y su séquito de pelotudos tienen que venir a ver qué pasa y dejar de hablar de la sensación de inseguridad”.
El crimen de la arquitecta, llevado a cabo para robarle el auto, es el primer eslabón de la cadena de reventa de repuestos, que está dominado por mafias con protección estatal. Y ese conocimiento es hoy de masas.
Por eso cada vez son más los barrios que se organizan por su cuenta, concientes de la complicidad de las policías (llámese Federal o de provincias), con las redes del delito. Con el ejemplo de los silbatazos de las mujeres contra la violencia sexual, y de la organización en el Gran Buenos Aires en el 2001, surgen nuevas formas de coordinación entre vecinos. Hay que alentarlas en el camino de tomar en las propias manos la lucha contra las causas de fondo del crecimiento del delito, que están en la podredumbre mafiosa de este Estado, que es el principal socio de los narcotraficantes y ladrones a gran escala, mientras busca usar como “mano de obra” a miles de pibes a los que envenena con paco y les cierra el camino al futuro.
02 de octubre de 2010