El 18 de junio se produjo un paro de actividades en los yacimientos y en la refinería de Mendoza ante los despidos y baja de contratos. La medida fue convocada por los sindicatos de Petroleros Privados, Jerárquicos y Camioneros ante el proceso de retirada de YPF de la explotación de pozos convencionales y el traspaso a nuevas operadoras.
Como denunció Gabriel Barroso, secretario de Petroleros y Gas Privado de Cuyo: “hay centenares de compañeros despedidos, sin pagos y sin indemnizaciones”. Se calculan que son 500 trabajadores en esta situación.
El paro fue importante en yacimientos y tuvo carácter activo en sectores de la refinería. A la vez, camioneros no trasladaron combustible a las estaciones de servicio por los distintos bloqueos. La medida coincidió con la gran movilización nacional contra la proscripción a CFK y las políticas de persecución y represión.
Esta situación se venía arrastrando desde el año pasado cuando YPF decidió deslindarse de los yacimientos maduros y concentrarse en la explotación de petróleo no convencional. El denominado Plan Andes ha dejado a miles de trabajadores despedidos en el país y a un gran abanico de empresas vinculadas y contratistas en situación crítica.
En el caso de la provincia, los tres grandes bloques han sido adjudicados por Petroleros Sudamericanos en zona norte, a Petroquímica Comodoro Rivadavia la zona de Llancanelo y una UTE integrada por varias compañías entre ellas de capitales estadounidenses, se quedó con la zona sur, la más productiva.
Estas zonas, divididas en diversas áreas tienen miles de pozos. Las empresas adjudicatarias presionan para achicar la explotación a los pozos más productivos y desprenderse de los restantes. A la vez, presionan para obtener beneficios y exenciones impositivas. En este marco las empresas presionan para desprenderse de los trabajadores que vienen peleando por sus fuentes de trabajo desde el año pasado.
Ya el gobernador Suárez (anterior a Cornejo) había reducido a la mitad las regalías del 14 al 7% para supuestamente incentivar la inversión. Pero la realidad ha demostrado lo contrario: menos producción, menos regalías y pocas inversiones. Ahora Cornejo planteó en EEUU regalías cero para incentivar la producción convencional. Se calcula que se han perdido 500 millones de dólares por la baja de la producción y la reducción de las regalías a las arcas del Estado.
El proceso de adjudicación ha estado plagado de denuncias. Entre otras cosas, el gobierno de Mendoza no obligó a YPF a responsabilizarse por los pasivos ambientales de los pozos maduros, a diferencia de Santa Cruz. Jimena Latorre, la Ministra de Ambiente y Energía que tenía que evaluar está situación, en ese momento pertenecía también al directorio de YPF, demostrando no solo conflictos de intereses, sino intereses preferenciales por las petroleras.
El giro de YPF, enmarcado en la política de Milei, busca una YPF que aumente su producción para la exportación, sin importar el mercado interno y el autoabastecimiento, o mejor dicho avanzando en la política de atar el precio de los combustibles al mercado internacional. En esa política sobran trabajadores petroleros y sobran empresas contratistas nacionales.
La lucha de los trabajadores petroleros muestra el camino para enfrentar este desguace productivo, defender la soberanía energética y los puestos de trabajo. Hay que profundizar este camino.
Corresponsal
hoy N° 2065 25/06/2025
