Darío Santillán (21 años) y Maximiliano Kosteki (24) fueron asesinados a balazos el 26 de junio de 2002 durante una represión encabezada por efectivos de la Policía Bonaerense, en la Estación Avellaneda. Maxi y Darío participaban de un corte de ruta en el Puente Pueyrredón en reclamo de planes sociales, lo que se conoció como “La masacre de Avellaneda”.
Tras una larga lucha, el 9 de enero de 2006, el Tribunal Oral 7 condenó a prisión perpetua al excomisario inspector Alfredo Fanchiotti y al ex cabo primero Alejandro Acosta. También dictó penas de cuatro años de prisión efectiva a otros tres efectivos de la Bonaerense, Félix Vega, Carlos Quevedo y Héctor De la Fuente, por el delito de encubrimiento agravado. Diez años después, en 2016, la Corte Suprema ratificó los fallos.
El año pasado, la Cámara de Apelaciones de Lomas de Zamora otorgó la libertad condicional a Acosta, lo que fue repudiado por familiares y organizaciones populares.
En medio de la ofensiva del gobierno de Milei contra los derechos democráticos y avalando el gatillo fácil, seguimos peleando para que se cumplan todas las sentencias en la cárcel, y sean juzgados los responsables políticos del asesinato de Darío y Maxi, cuando era presidente Eduardo Duhalde y gobernador de Buenos Aires Felipe Solá.
hoy N° 2065 25/06/2025