El 26 de junio, a lo largo de estos años producto de la lucha y la unidad entre sectores de la iglesia y las organizaciones sociales, se fue convirtiendo en una jornada nacional de lucha contra la droga, por las necesidades de los pibes y de las pibas y por la emergencia en adicciones.
A lo largo de la semana muchos compañeros y compañeras fueron protagonistas de marchas, caravanas, ollas populares, encuentros, asambleas de discusión, exhibiciones deportivas, festivales, concentraciones y misas.
Desde Jujuy hasta Tierra del Fuego, cientos de jóvenes a lo largo del país se vienen organizando hace tiempo, desde las mesas de adicciones, mesas territoriales y multisectoriales para salir a la calle en esta fecha, movidos por la solidaridad y la fuerza con la que se levantan todos los días, para mantener abiertas las casas de atención y acompañamiento, pese a la precarización del programa, para prender el fuego del comedor, encontrase en algún taller deportivo, compartir un mate o simplemente charlar un rato.
Cientos de compañeros, compañeras, pibes y pibas salieron a la calle, con la bronca entre los dientes, con el nudo en la garganta que genera la situación que se vive todos los días en los barrios. Más de un millón de niños y niñas se van a dormir sin cenar todos los días, los pibes y pibas son empujados al descarte. Bullrich pretende avanzar en criminalizar a la juventud bajando la edad de punibilidad a los 13 años.
Con la crueldad que lo caracteriza, el gobierno nacional ajusta sin piedad, elimina todas los programas que le permitían a miles subsistir. Mientras aumenta el hambre, se siente en los barrios el abandono de las obras de urbanización, la criminalización, la persecución hacia nuestros compañeros.
Con esta política sólo unos pocos se benefician, incluido el narcotráfico, que encuentra terreno fértil en el blanqueo de capitales y los llamados «dólares del colchón».
Tal como dijo la Conferencia Episcopal de la Argentina “Vemos con preocupación y dolor que la retirada del Estado de esos ámbitos abre paso al avance del narcotráfico, que ocupa ese lugar vacío y se convierte en una suerte de Estado paralelo, donde los narcos ofrecen a los jóvenes una vida corta pero aparentemente mejor, a cambio de su dignidad, su libertad y, muchas veces, su vida”.
Por eso continuamos este camino de unidad y lucha, porque entendemos que la salida es colectiva y que tenemos que seguir luchando por hacer posible lo necesario. Nos organizamos en todo el país y luchamos para transformar la realidad de nuestros pibes y pibas, contra la droga y por techo, tierra, trabajo, educación, cultura y deporte para todos y todas.
La Matanza
Desde el Movimiento Ni un Pibe y Piba menos por la Droga – Matanza, participamos de la iniciativa promovida por el Obispado de San Justo y el Obispado de Laferrere, que tuvo lugar en la peatonal y calles aledañas de dicha localidad.
Los compañeros y compañeras de cada CAAC (Casa de Atención y Acompañamiento Comunitario), realizamos volanteadas con nuestros talleres y servicios, colocamos afiches y banderas alusivos al tema, instalamos una posta de salud con enfermeras y montamos una exhibición de boxeo.
Realizamos una radio abierta en donde se leyeron varios saludos y adhesiones a la jornada, como el del PCR Matanza, el Comedor Ojos de Cielo del barrio Dr. Néstor “Chino” Oliveri de la CCC, Cáritas, entre otras, a la vez que hablaron un referente por cada CAAC y varios pibes y pibas de diferentes espacios de contención de adicciones.
En clara muestra de unidad, marchamos en conjunto a los sectores eclesiásticos por la peatonal de Laferrere y sus calles aledañas, para culminar la jornada en el marco de una misa frente a la estación de tren.
Corresponsal
hoy N° 2066 02/07/2025