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16 de julio de 2025

De una charla de Jacinto Roldán, secretario general del PCR fallecido el 30 de abril

El ejemplo de la Revolución China

Culminamos con la reproducción de extractos de una charla de nuestro camarada Jacinto Roldán, secretario general del PCR recientemente fallecido, en el 70 aniversario de la Revolución China, en la ciudad de Santa Rosa, La Pampa, el 19 de octubre de 2019.

Creo que es necesario el estudio de todo este proceso de cómo fue y cuáles fueron los caminos para el triunfo de esta gloriosa revolución en China. Porque cuando la guerra comenzó, dice Mao en 1927, ‘no teníamos ninguna experiencia, aprendimos a hacer la guerra combatiendo’. Llevó mucho tiempo al Partido Comunista de China (PCCh) ganar la confianza de las masas campesinas. Todo fue en medio de una gran lucha de líneas dentro del PCCh. Mao decía: no basta con dar alguna ayuda a los campesinos para que depositen su confianza en nosotros, hay que fundirse con esas masas campesinas. ¿Por lo tanto quién cambia? ¿Cambiaban los campesinos o cambiaban los cuadros del Partido que iban al campo? Cambiaron los cuadros del Partido, por eso se pudieron fundir.

También cambiaron esas masas campesinas. Campesinos pobres, que comían corteza de árbol, que no sabían escribir, se transformaron en los principales combatientes del ejército revolucionario y accedieron al marxismo-leninismo; transformaron al PCCh en un partido de masas, dirigido por esos marxistas-leninistas, que aprendieron a leer y escribir dentro del Partido. Con eso hicieron la revolución.

Dice Mao: “En nuestra lucha por la liberación del pueblo chino hay varios frentes, dos de los cuales constituyen el de la pluma y el de las bayonetas, es decir el frente cultural y el frente militar. Para derrotar al enemigo tenemos que apoyarnos en primer lugar en las tropas con fusiles en las manos. Pero esas tropas no bastan por sí solas; necesitamos también un ejército cultural, que es absolutamente indispensable para unir a nuestras propias filas y derrotar al enemigo”.

Con relación a la política con la burguesía nacional en China en todo este período Mao la resumía diciendo: “cuando nos unimos no olvidar que va a traicionar, cuando traiciona no olvidar que nos vamos a tener que volver a unir”. Esto es lo que pasó con el Kuomintang en China.

 

Logros de la Revolución China

A partir de 1948, el Ejército Rojo fue avanzando. En cada nueva región liberada se movilizaba a las masas campesinas para realizar la reforma agraria. Con el avance de la Revolución de Nueva Democracia en las zonas liberadas el objetivo pasó a ser avanzar en todo el país, llevar la revolución hasta el fin.

Mao Tsetung sostenía que la revolución en China era ininterrumpida y por etapas y era necesario comprender bien la diferencia y la relación entre la etapa de Nueva Democracia y la etapa socialista.

Ganar el corazón de las masas ¡gran enseñanza si hablamos de línea de masas! Ganar el corazón de las masas ¿para qué? Para hacer la revolución. Después de cuatro años de lucha armada, con una justa línea política de frente único, pudieron ganar el corazón del pueblo chino, para derribar la dominación reaccionaria del Kuomintang y conquistar el poder.

Para el gobierno popular revolucionario, resolver la comida para 500 millones de chinos era el problema principal a resolver. Pero también había que resolver el vestido para 500 millones, el techo para 500 millones; tenían que lograr que los hijos de los campesinos y los hijos de los obreros tuvieran acceso al estudio, en un país donde el 90% de la población no tenía acceso a la cultura ni había recibido ninguna educación. Tenían que resolver el problema de la salud donde miles y miles morían por tuberculosis y otras enfermedades de la pobreza. Para toda China había sólo 12 mil médicos y 71 mil camas de hospital.

Nosotros entendemos que siguen vigentes las enseñanzas de la revolución que terminó con el imperialismo y los terratenientes, que demostró que era posible terminar con el hambre, con el analfabetismo, que era posible resolver la salud, el vestido, la educación de una cuarta parte de la humanidad y demostró también que no hay ninguna rama de la técnica, de la ciencia y del arte que no puedan dominar los campesinos pobres y medios, si cuentan con el instrumento del poder. Esta revolución, con su revolución cultural y los aportes de Mao Tsetung que la guiaron marcó el punto más avanzado en la historia de la humanidad. Y entendemos que es un punto de referencia ineludible para todos los explotados y oprimidos del mundo.

Sintetizando la experiencia de lucha entre las dos líneas en el seno del partido Mao hizo un llamamiento a practicar tres principios básicos. Para distinguir entre la línea correcta y la errónea, practicar el marxismo y no el revisionismo, trabajar por la unidad y no por la escisión; actuar de forma honrada y no urdir intrigas ni maquinaciones.

Mao Tsetung ubicó que: “la lucha por impedir la restauración capitalista era una lucha por el poder. Una lucha por el poder en las condiciones de la dictadura del proletariado y se libraba principalmente en el Comité Central del PCCh. Una lucha entre los seguidores del camino capitalista y los defensores de la dictadura del proletariado. Y estos últimos sólo podrían ganarla sobre la base de la más amplia movilización de la clase obrera, las masas populares, incluidas las FFAA”.

Una parte de los dirigentes del PCCh, con Liu Sao Chi y Teng Siao Ping a la cabeza pasaron a oponerse cada vez más abiertamente a las comunas populares, alentaban las ocupaciones auxiliares, individuales y atacaban la lucha por la producción colectiva en el campo. Señalaban que el principio maoísta de poner la política al mando impulsado por el CC del PCCh en toda China entorpecía el trabajo y que la movilización de las masas era un obstáculo para aumentar la producción y la modernización. Renegaban del camino socialista.

 

La Revolución Cultural Proletaria

Con 73 años, Mao lanza la Gran Revolución Cultural Proletaria. La Revolución Cultural fue la movilización más grande de la historia de la humanidad. Millones se movilizaron y pasaron a discutir las ideas más profundas sobre la cultura, el arte, y la ideología en la gran lucha política por el poder que se desató en China.

Fue una lucha por el poder en las condiciones de la Dictadura del Proletariado. Millones de mujeres y hombres impusieron la democracia grande. Millones de jóvenes, los Guardias Rojos recorrían China. En medio de esas turbulencias y torbellinos de masas en movimientos se discutía todo. Se discutía lo cotidiano y los grandes temas de la política. Aparecieron los murales, los “datzibao”, grandes carteles murales, que nosotros vimos en las fábricas y en las comunas donde los obreros en las fábricas, los comuneros en el campo, los estudiantes en los colegios y universidades, los soldados en el Ejército expresaban públicamente sus opiniones, sobre la dirección de su lugar y el país.

El centro de la disputa con los seguidores del camino capitalista, abiertos o embozados, fue alrededor de la conformación y el sostenimiento de las Comunas Populares. Para la línea de Mao Tsetung, las comunas, eran los organismo básicos de poder donde se llevó adelante una política que apuntaba a achicar las diferencias que existían en la sociedad china entre el trabajo manual e intelectual, entre la ciudad y el campo y entre el hombre y la mujer.

Ese camino de la democracia grande que mostró la Gran Revolución Cultural Proletaria deja una gran enseñanza, para todos los que luchamos contra la explotación y por una sociedad sin explotadores ni explotados.

Sin esa democracia grande, sin la movilización de las amplias masas no habrá socialismo ni comunismo en ningún país del mundo.

 

La restauración capitalista

La Gran Revolución Cultural Proletaria postergó por más de diez años la restauración capitalista en China. En ese complejo y difícil proceso las muertes sucesivas de Ton Pi Wu, Chu Te, Chou En Lai, Kang Chen y fundamentalmente con la muerte de Mao Tsetung, cambió la correlación de fuerzas. Se debilitó la corriente defensora de la Dictadura del proletariado en la dirección del PCCh.

El grupo conocido como “La banda de los cuatro”, encabezado por Chiang Ching y Chang Chun Chiao, que habían jugado un papel importante en la Gran Revolución Cultural Proletaria, equivocaron el blanco. Y toda la política llevada adelante por Mao, de proteger a la izquierda y atraer al centro para enfrentar a la derecha se quebró.

Dividido el frente maoísta, esa derecha pudo reagrupar fuerzas y avanzar en su lucha por el poder.

En 1978, en el Tercer Pleno del 11° Congreso del PCCh los enemigos del maoísmo, con Teng Siao Ping como líder, triunfaron en China, manteniendo la máscara socialista.

Tras una compleja e inmensa lucha “los seguidores del campo capitalista” se apoderaron del poder. La nueva burguesía tomó en sus manos las palancas claves del Partido, del Ejército y del Estado. Los comunistas seguidores del pensamiento de Mao Tsetung fueron destituidos, reprimidos, perseguidos en todos los niveles. Muchos de ellos fueron presos y fusilados.

Con la restauración capitalista en China el proletariado perdió el poder que, con la dirección del PCCh dirigido por Mao Tsetung había conquistado en 1949.

 

hoy N° 2068 16/07/2025