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02 de octubre de 2010

A 200 años de la Revolución de Mayo el gobierno nacional usa las reservas para un “fondo del bicentenario” para pagar la deuda a los usureros imperialistas.

2010: Vamos por la segunda independencia

Hoy 1298 / La hora política

1. El Ministerio de Colonias
Hace algún tiempo se acostumbraba a llamar al Departamento de Estado yanqui: Ministerio de Colonias; y a su encargado de Asuntos Latinoamericanos: ministro de Colonias en América Latina. Se los recibía con barricadas. Eran buenas costumbres de respeto a la declaración de 1816: “libres de España y de toda otra dominación extranjera”; y de sano antiimperialismo.
Arturo Valenzuela, ministro de Colonias de Obama, ofendió a la Nación Argentina con su prepotente intromisión en los asuntos internos. El gobierno kirchnerista actuó bien al rechazar esa intromisión.
El gesto del gobierno argentino marcó el fin del romance (político) no correspondido de Cristina K con Obama. Entre otras cosas pesa que el gobierno norteamericano mantiene una posición dura en el FMI sobre la Argentina.
Mientras Valenzuela estaba en la Argentina, el gobierno K reprimió una movilización en las puertas de la Kraft. Este monopolio imperialista yanqui repudió el acta que había firmado y la instancia administrativa del Ministerio. Y avanza con causas judiciales para quitar los fueros gremiales de los ex delegados y despedirlos; y contra cerca de cien detenidos durante la represión del 25/9, en la que se violaron todos los principios del derecho penal argentino: uso de la fábrica como comisaría y juzgado, subordinación de la policía a la dirección de la empresa, se negó el derecho de los detenidos a ser asesorados por defensores, etc. La Kraft actuó y sigue actuando como un territorio yanqui dentro del territorio argentino. Lo puede hacer porque el gobierno argentino se lo permite.
Cuando la Kraft yanqui golpea a trabajadores violando las leyes argentinas, el gobierno los deja hacer. Los Kirchner no son proyanquis, pero tampoco son antiyanquis.
Valenzuela se reunió con Aníbal Fernández, Cobos, De Narváez y Macri. Dijo bien Pino Solanas: “Es una vergüenza. El funcionario de Estados Unidos que legitimó el golpe en Honduras nos viene a decir que en los años ‘90 estábamos mejor; merece mi mayor repudio”. Defendieron a Valenzuela: Pinedo (PRO), Jesús Rodríguez (UCR), Solá (PJ disidente), entre otros. Las derechas argentinas han perdido hasta la vergüenza.

2. El año de la crisis
El IndeK acaba de reconocer que el país “estuvo” en crisis. “Descubrió” que el Producto Bruto Interno cayó durante el segundo y el tercer trimestre de este año. Pero asegura que ahora está repuntando, por lo que el 2009, dice el IndeK, en su conjunto, “crecimos” (¡!).
Paolo Rocca, cabeza de Techint, declaró que en el 2008, la facturación de ese monopolio cayó, de enero a agosto, “entre un 45 y un 50%”, y “el grupo cerrará el año con un 35% menos de ingresos”. Eskenazi dice que los ingresos de YPF bajaron a la mitad. La cosecha de trigo fue la peor en 111 años; y las de maíz y girasol fueron otros desastres. La ganadería cae en picada. Los Kirchner lograron liquidar la diversidad de producciones agrarias y reemplazarla por el monocultivo de soja.
Por la crisis, la caja K recaudaría $ 25.000 millones menos de lo que había planificado. El gobierno “compensa” esa caída metiéndole la mano a los fondos de los jubilados en el ANSES. El déficit de las provincias ronda los $ 8.000 millones. La decisión del gobierno de usar reservas del Banco Central para pagar deuda, demuestra que no está en condiciones de afrontar los vencimientos del 2010 (que se estiman en 15.000 millones de dólares, La Nación, 19/12).
Las consecuencias sociales de la crisis se están sintiendo cada vez más en el pueblo. Una parte de la economía sigue funcionando con respirador artificial: alrededor de 120.000 subsidios de $ 600 para suspendidos, más los gigantescos fondos destinados a empresas del grupo K y el capitalismo de amigos. Un ejemplo “Entre 2004 y 2009, los trenes, los subtes y los colectivos del área metropolitana recibieron casi 21.000 millones de pesos” (Luis Majul, “El dueño”, pág. 278). Cristina K trató reemplazarlos por un tarifazo, y fracasó; volverá a la carga ahora que se le achicó “la caja K”.
El hambre, la pobreza, los salarios y jubilaciones miserables, la crítica situación de campesinos y chacareros y de sectores de las capas medias urbanas, el ahogo presupuestario de la salud y la educación populares, los desastres medioambientales, etc., han creado un polvorín de bronca popular.

3. Un año de feroces peleas por arriba
La crisis económica y social, y la derrota electoral del kirchnerismo provocaron la fractura del bloque dominante en la Argentina.
Todo el gobierno estuvo en el acto de Moyano en Vélez, pero solo hubo dos gobernadores y casi ningún intendente bonaerense. En Caseros, se realizó el Congreso del PJ de Buenos Aires, en medio de fuertes tensiones entre Kirchner y Balestrini y los intendentes. Kirchner logró la aprobación de la Junta Electoral y la Comisión de ética partidaria, amenazando a sus rivales. Pero faltaron más de 250 congresales y 20 de los 30 intendentes del Conurbano. Solo una parte aplaudió a Néstor K, muchos callados.
Sigue la guerra por los multimedios. Kirchner ordenó volver atrás con la unificación de Multicanal y Cablevisión, en otro golpe al grupo Clarín; pero un juez suspendió esa medida. Otro juez, Carbone, suspendió los artículos claves de la ley de medios. “Mátenlo”, habría sido la orden de Néstor K (dice Morales Solá, La Nación, 20/12). Otro juez, en Salta, también paralizó la aplicación de artículos claves de la ley de medios. Mientras tanto, el kirchnerismo prepara su multimedios, con 10 canales de TV de aire y 40 repetidoras a todo el país.
Feroz disputa por el control del Senado. Los K buscan la revancha de su derrota en Diputados, y la oposición trata de consolidar esa victoria. Durísima pelea por la comisión bicameral que debe revisar los decretos de necesidad y urgencia.
El fallo positivo de la Corte Suprema que extiende los fueros gremiales a dirigentes obreros de organizaciones inscriptas, provocó duros cuestionamientos del gobierno. Aníbal Fernández impidió que la policía cumpliera el fallo del juez Sudera en las elecciones del gremio de aeronavegantes. Estos hechos, sumados a los dos fallos contra la ley de medios, muestran el agravamiento de las tensiones entre el Poder Ejecutivo y la Justicia. A esto se suman las presentaciones de Córdoba, Santa Fe, San Luis, Corrientes, Catamarca y La Pampa, a la Corte Suprema, por los fondos coparticipables. Las apoyan 35 senadores, que con el los pampeanos se llegaría, para este tema, a los 37 votos que conforman la mayoría del Senado.
Cristina K vetó artículos de la reforma política cerrando el camino a la formación de nuevos partidos (eliminó el plazo de dos años para adaptarse a las nuevas reglas), una medida reaccionaria que golpeó, sobre todo, a la izquierda y al centroizquierda.

4. Un año de grandes luchas
Fue un año de grandes luchas obreras. La mayoría de ellas ocultadas o ensuciadas por la prensa del sistema. Incontables. La histórica huelga de Kraft mostró el camino para enfrentar la crisis y colocarse en el centro de una amplia unidad multisectorial, obrera, campesina y popular, democrática y antiimperialista.
Aníbal Fernández decidió “poner en caja” a los piqueteros. No se equivoca el gobierno, desde el 2001 a hoy, las organizaciones de desocupados, también las de jubilados, en particular los de la CCC, han luchado incansablemente. Pelearon por sus reclamos frente al hambre y la desocupación, y masificaron el combate solidario de los obreros ocupados, con la lucha democrática y patriótica.
Fue un año de brotes de luchas estudiantiles que han abierto el camino para el combate de masas, junto a los docentes, por el presupuesto.
La Mesa de Enlace agraria trató de llevar a las masas del campo al callejón sin salida del parlamentarismo. Pero la lucha agraria continuó, con grandes movilizaciones de campesinos pobres y medios, originarios y chacareros. La marcha y el acampe en el Chaco de la naciente Federación Nacional Campesina, y el Encuentro Nacional de Originarios en Jujuy, crearon nuevas condiciones para la lucha de los de más abajo. Y el fracaso de la política parlamentarista ha llevado a nuevos reclamos de un paro agrario.
Fue un año de grandes luchas democráticas en las que se conquistó el sobreseimiento de numerosos luchadores populares, y de grandes movilizaciones cada vez que el gobierno reprimió, manteniendo enarboladas la lucha contra la impunidad de ayer y de hoy.
El homenaje del gobierno K al bicentenario de la Revolución de Mayo es un fondo para pagar la deuda. Por eso, este fue un año de luchas antiimperialistas, por la recuperación del patrimonio nacional, contra el saqueo de los recursos naturales y el envenenamiento de los monopolios imperialistas. Un año de enfrentamiento patriótico a la ofensiva imperialista sobre el Atlántico Sur, el petróleo y demás recursos de esas aguas, y la Antártida.
El 2010 será de gran inestabilidad.
Se agravarán las feroces peleas de los de arriba
. No hay que desguarnecerse frente a las derechas, sean los planes febriles K de Estado de Sitio o las amenazas fascistas como las recientes a la presidenta en un vuelo de helicóptero.
Y habrá grandes tormentas sociales y políticas de los de abajo, frente al kirchnerismo que seguirá descargando la crisis sobre el pueblo, echando leña al polvorín de la bronca obrera, campesina y popular.
El Argentinazo del 2001 mostró el camino. La rebelión agraria y federal del 2008 lo enriqueció. Y la heroica lucha de Kraft resolvió, el histórico lunes 28 de setiembre, en la planta y en las rutas de todo el país, la política con la que la clase obrera puede hegemonizar la lucha liberadora, para conquistar un gobierno de unidad popular, patriótico y democrático, y avanzar hacia el futuro que nos merecemos.