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03 de septiembre de 2025

Un plan estratégico

San Martín: la pampa, la cordillera y el mar

Hace pocos días se cumplió un nuevo aniversario del fallecimiento del general San Martín, y de su histórico plan estratégico que llevó a consolidar la liberación de la Argentina, la libertad de Chile y de Perú.

El gobierno de Milei, sus cómplices y sus patrones yanquis e ingleses han hecho todo lo posible para enterrar el pensamiento de San Martín con su visión latinoamericana.

El embajador argentino en España, Wenceslao Bunge Saravia lanzó un «viva el rey» en un acto por San Martín.

Los yanquis armaron la Conferencia para el Atlántico Sur y mandaron de capo a Alvin Holsey, jefe militar yanqui para el Atlántico Sur.

El ministro Petri, que no tiene la más mínima idea de lo que es la defensa, destruye lo poco que queda, con negociados comprando un avión que no puede tener armas. Milei y Petri cumplen la orden de las potencias imperialistas como “castigo”, por haber recuperado nuestras queridas Islas Malvinas.

Frente a la ofensiva de Milei y Petri, recuperamos las enseñanzas que nos dejó San Martín.

 

Un plan estratégico

Cuando San Martín regresó lo hizo con un plan estratégico. Es conocida la campaña libertadora de San Martín en tierras argentinas, con combates como el de San Lorenzo, y la formación del Ejército de los Andes.

San Martín destacó la importancia estratégica de la campaña naval del Almirante Brown sobre Montevideo. En sus cartas, señaló que la toma de Montevideo es “lo más grande que hasta el momento ha hecho la Revolución Americana”.

Como consigna una nota de Perfil (El General San Martín y su olvidada relación con el mar), de Luis Fernando Furlan y publicada el 18 de agosto, el Libertador atravesó la Cordillera y derrotó a los españoles en las batallas de Chacabuco (1817) y Maipú (1818), claves para la independencia de Chile.

“Entre 1818 y 1820, el General San Martín desplegó en Chile una intensa actividad para constituir su poder naval: recibió gran apoyo político y económico de Chile y de las Provincias Unidas del Río de la Plata, y organizó misiones diplomáticas a Reino Unido y Estados Unidos para comprar buques y armamento y contratar comandantes y tripulaciones.

“Chile era muy importante para la estrategia naval, pues, en su opinión, constituía el “fomento del marinaje del Pacífico. Así logró formar una escuadra naval y una flota para transportar al Ejército Libertador e invadir el Virreinato del Perú. En Chile también impulsó la creación de la escuela naval, de la Comandancia de Marina y de unidades de infantería y artillería de marina.

“El 20 de agosto de 1820 la Escuadra Libertadora zarpó al Virreinato del Perú y el 8 de septiembre se concretó el desembarco en las playas de Pisco, en la bahía de Paracas. Dicha Escuadra controló el Pacífico, efectuó operaciones de bloqueo y apoyó el desembarco de tropas en distintos puntos del Virreinato del Perú.

“Entre 1820 y 1822, aquella Escuadra inspirada por San Martín contribuyó a la toma de Lima, a la declaración de la independencia del Perú, a la caída del bastión naval del Callao, y permitió realizar las campañas a la Sierra y a Puertos Intermedios, que minaron el poder hispano.

“Para fortalecer la joven independencia del Perú, entre 1821 y 1822 promovió la formación de su escuadra naval, la creación del Departamento de Marina del Callao y la redacción de un reglamento de corso para combatir al comercio marítimo español.

“Así, el general San Martín fue uno de los artífices de la Marina de Guerra del Perú y también de la Armada de Chile.

“En Mar de Ajó, el monumento El Libertador y el Mar muestra a San Martín sobre la proa de la goleta “Moctezuma”. Esa imagen condensa una verdad pocas veces destacada: el mar también fue parte de su lucha por la libertad americana, y el poder naval, una herramienta estratégica clave en la independencia de Hispanoamérica”.

 

Escribe Ricardo Fierro

hoy N° 2075 03/09/2025