Cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghái en Tianjin
En la cumbre de la OCS celebrada los días 31 de agosto y 1 de septiembre en Tianjin, los jefes de Estado participantes aprobaron una Declaración y una Estrategia de Desarrollo hasta 2035, con llamado a un orden multipolar más “justo, equitativo y representativo”, a reformas que “den mayor voz al mundo en desarrollo”, a rechazar “sanciones arancelarias unilaterales” yanquis por ser contrarias al derecho internacional y a la OMC y a favorecer liquidaciones en monedas locales.
El texto manifestó, además, “preocupación por los conflictos en curso” -incluida la necesidad de un alto el fuego en Gaza- y “condenó los ataques estadounidenses e israelíes sobre Irán”. En la declaración final, se reafirmó “un rumbo a 10 años para afianzar la multipolaridad y profundizar la cooperación integral en términos políticos, de seguridad, económicos, y de ciencia, técnica y educación”.
Xi Jinping presentó un paquete con montos y herramientas: 2.000 millones de yuanes en ayudas para 2025 y 10.000 millones en préstamos a tres años para el Consorcio Interbancario de la OCS; impulso a la aceleración de un banco de desarrollo del bloque que opere en yuanes; una plataforma de cooperación energética; y la apertura de BeiDou como servicio satelital alternativo al GPS para los miembros.
China reforzó en la OCS una alianza política y económica con países indo-asiáticos como Rusia, Irán, Pakistán, Malasia, Camboya, Myanmar, Indonesia y Laos con la que logra, al menos, contrapesar el cerco pro estadounidense en la región, formado por Corea del Sur, Japón, Australia, Filipinas, Tailandia y Singapur. De la cumbre participaron también países como India, Turquía y Vietnam que “pivotean” convenientemente en la disputa interimperialista, principalmente entre Estados Unidos y China.
La reivindicación del “multipolarismo” como la respuesta a la política imperialista de la principal superpotencia a nivel global, Estados Unidos, es crecientemente utilizada por China y Rusia, como se ve en la reciente declaración de la OCS. Pretenden enmascarar sus esencias imperialistas y su política de intentar subordinar las luchas de los pueblos para avanzar en la disputa con los yanquis por el control de recursos y zonas estratégicas en países dependientes, coloniales y semicoloniales.
También se ha transformado en un eufemismo de quienes identifican -con absoluta razón- la política yanqui como la principal enemiga de la liberación y el desarrollo independiente de los pueblos oprimidos del mundo y, acto seguido, reivindican al eje China-Rusia como su contraparte. Especialmente ante la ausencia actual de revoluciones que abran procesos de liberación nacional y social.
Demostración del poderío militar chino
El 3 de septiembre, en Beijing, los jefes del socialimperialismo chino utilizaron el desfile por el 80.º aniversario de la victoria de China sobre Japón para exhibir el proceso de modernización del Ejército Popular de Liberación. Xi afirmó que “la revitalización de la nación china es imparable” y que “la humanidad vuelve a enfrentar la elección entre paz o guerra, diálogo o confrontación”.
En el desfile, las Fuerzas Armadas chinas mostraron su capacidad de guerra multidominio con caza-bombarderos, drones aéreos y acuáticos, blindados, artillería, submarinos no tripulados, instrumentos de guerra satelital y electrónica, y del arsenal de misiles intercontinentales de última generación DongFeng-5C, que cuentan con “alcance global”.
En ese marco y rodeado de numerosos jefes de Estado, Xi Jinping se mostró especialmente con dos aliados que tienen “el botón rojo” del armamento nuclear: el presidente ruso Vladimir Putin y el líder supremo norcoreano Kim Jong-Un. Fue la primera vez que se mostraron los tres juntos, en una histórica foto que representó un desafiante mensaje a Washington.
Reuniones bilaterales
Tras la cumbre de la OCS y previo al desfile, Xi Jinping y Vladimir Putin mantuvieron una reunión bilateral en Beijing. Al terminar el presidente ruso dijo que “la comunicación estrecha refleja la naturaleza estratégica de las relaciones ruso-chinas, que actualmente están en un nivel sin precedentes” y que “siempre estuvimos juntos antes y permanecemos juntos ahora”.
Por su parte, Xi afirmó que “la relación entre ambos países ha resistido la prueba de los cambios internacionales” y aseguró que su país está dispuesto a colaborar con Moscú para “promover la construcción de un sistema de gobernanza global más justo y razonable”.
Hay que tener en cuenta que China no ha condenado la invasión rusa a Ucrania ni ha pedido el retiro de sus tropas.
La participación del presidente indio Narendra Modi en la cumbre de la OCS fue particularmente relevante, dado el peso de India a nivel regional y global y, especialmente, por su pendular política diplomática entre Estados Unidos, Rusia y China. India viene de tener serios incidentes con China en 2020 y con Pakistán este año. Luego de la cumbre, mantuvo reuniones bilaterales con Xi y Putin.
La prepotencia trumpista
“Que el presidente Xi y el maravilloso pueblo chino tengan un gran y duradero día de celebración. Les pido que transmitan mis más cálidos saludos a Vladimir Putin y Kim Jong‑Un, mientras conspiran contra Estados Unidos de América”, escribió en sus redes sociales el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, desde el otro polo del tablero imperialista mundial.
Agregó que hablará por teléfono con Putin en los próximos días y, en tono amenazante, afirmó: “No tengo ningún mensaje particular para el presidente ruso. Él sabe cuál es mi postura y tomará una decisión. Estaremos contentos o no. Si estamos descontentos, verán que sucederán cosas”.
Se acelera la disputa
Tanto la reunión de la OCS como el desfile militar en Beijing se dan en medio de la creciente disputa entre las principales potencias imperialistas. La OCS ofrece alianzas claves alrededor del océano indo-pacífico, acuerdos comerciales y financiamiento. Y el desfile agrega poder de disuasión y una asociación político-militar, con Moscú, Teherán y Pyongyang, entre otros, en vistas a una cada vez más posible Tercera Guerra Mundial.
Esto ha provocado la alerta del gobierno imperialista yanqui, que busca ganar terreno en el Indo-Pacífico y en todo el mundo, como se ve por su política en toda América y en nuestro país, con Milei subordinado a sus objetivos.
Putin, Xi Jinping y Kim Jong‑Un
Escribe Ernesto Migone
Foto de portada: Gran desfile militar en Beijing
hoy N° 2076 10/09/2025