Noticias

05 de noviembre de 2025

Tandil: Repudio a las masivas absoluciones en juicio a los genocidas de la dictadura

Sentencia del “Juicio La Huerta”

El 24 de octubre se leyó la sentencia del denominado “Juicio La Huerta”, uno de los 14 centros clandestinos de detención del centro de la provincia de Buenos Aires. A pesar de que la sentencia dice haberse basado en que “los delitos fueron de lesa humanidad, ocurridos en el marco de un plan sistemático de represión ilegal”, fue notable la enorme cantidad de absoluciones y las escasas cadenas perpetuas.

La lectura se hizo en el Aula Magna de la Unicen totalmente colmada por familiares de desaparecidos de Tandil, Azul, Olavarría y otros lugares, organizaciones de derechos humanos, funcionarios de la provincia y del municipio, dirigentes políticos, gremiales, sociales y estudiantiles.

Tras conocerse los fundamentos, los asistentes expresaron su disconformidad en la calle, levantando los pañuelos “Nunca más” y cantando bajo la lluvia en forma vibrante “Como a los nazis, les va a pasar, adonde vayan los iremos a buscar”. Las organizaciones de derechos humanos se entrevistaron con el Tribunal expresando su oposición a la sentencia y ratificando su decisión de apelarla.

 

La “subzona 12”

La “subzona 12” abarcó 38 partidos del centro de la provincia de Buenos Aires, entre ellos Tandil, Azul, Olavarría, Ayacucho, Las Flores, Rauch y otros. Sus jefes fueron sucesivamente los generales Edmundo Ojeda, Arturo Corbetta, Alfredo Saint Jean, Edgardo Calvi y Jorge Arguindegui. Particularmente Tandil quedó enmarcada en el “Área 121”, a cargo del comandante de la Brigada de Caballería Blindada, con asiento en la ciudad.

La maquinaria genocida instaló 14 centros clandestinos de detención, secuestro, torturas y asesinatos. En Tandil: “La Huerta”; las Comisarías 1ra y 2da; el ex Instituto Superior de Educación Rural; la Quinta de los Méndez; la Base Aérea; el Destacamento policial de Villa Italia; la Blanqueada y Laguna El Rebenque. En Azul: la UP N° 7 y el Jardín Maternal. En Las Flores: la Comisaría. En Olavarría: la UP N° 2 de Sierra Chica y “Monte Pelloni” y la Comisaría.

A pesar de los reiterados reclamos de los organismos de Derechos Humanos para que el “Juicio La Huerta” se realice en Tandil, éste se desarrolló en Mar del Plata. Duró casi 3 años, tuvo 35 imputados, abarcó 162 víctimas y recibió 200 testimonios.

De los 35 imputados, 27 fueron absueltos y 8 condenados: 4 a prisión perpetua y 4 a condenas que van de 5 a 10 años y 6 meses. Los condenados a perpetua fueron: Alejandro Guillermo Duret, ex oficial de Inteligencia de la Unidad Batería Comando; Osvaldo Héctor Repetto, ex oficial de Logística del “Área 121”; y Román Valdecantos y Héctor Martínez Salgado, ex jefes de Operaciones e Inteligencia de la Base Aérea de Tandil.

 

Entrevista con Petra Marzocca, dirigente de “Memoria por la vida en democracia” de Tandil

La compañera Petra Marzocca es una gran luchadora que a sus 84 años sigue la pelea por sus desaparecidos y por todos los desaparecidos y en defensa de todos los derechos populares. Petra es integrante de “Memoria Por la Vida en Democracia” y la “Mesa por el Juicio de la Huerta”.

Marzocca comienza contando que “Este juicio se anuncia a fines de 2021 y se desarrolla a partir de 2022 en el Tribunal Oral Federal de Mar del Plata. Desde ese momento recorrimos todos los espacios de nuestra Ciudad, sindicales, profesionales, políticos, para informar a la población y convocar a su participación.

Este juicio abarca una zona muy extensa. Hace años, cuando en 1996 se conforma “Memoria Por la Vida en Democracia”, ya articulábamos con Azul y Olavarría y realizábamos una reunión mensual en cada localidad para poder escuchar las voces de las víctimas de cada lugar. O sea que hubo un trabajo previo de muchos años. También la Universidad ha jugado un importante papel de acompañamiento y nos ha cedido el lugar permanentemente.

 

-¿Qué actitud tuvieron los genocidas acusados durante el juicio?

-Los alegatos, y menciono uno especialmente, el de Duret, fue el más vergonzoso. Ya tiene otras perpetuas. El cinismo, el desprecio por su país, por la comunidad, por la ciudadanía que expresaban todos era tan alto que uno sentía malestar al escucharlos: parecían santos varones, que no se sabía por qué estaban ahí siendo juzgados.

 

-¿Qué significado tiene este juicio para nuestro pueblo?

-Como todo espacio, en los juicios por lesa humanidad hay un sector importante al que le interesa, que tiene conocimiento y otro sector que pasa la hoja o cambia de canal. Nosotros siempre apuntamos a un conocimiento de lo sucedido a través de la memoria, no sólo de éstas sino de todas las violaciones a los derechos humanos a lo largo de nuestra historia.

Ese conocimiento sirve como base para que las generaciones nuevas tengan herramientas para afrontar cuando se transgreden las libertades individuales, de expresión, de asociación, como pasó en tantas oportunidades y gravemente bajo la dictadura, que sumó las desapariciones, que las hubo en otros periodos, pero en forma selectiva. Hay personajes como el general Saint Jean que sostenían que primero había que eliminar a los comprometidos, a los militantes, luego a los adherentes y luego hasta el último “perejil”, para eliminar esta “mala hierba”, como le llaman a toda la gente que luche por los derechos y quiera expresarse.

 

-Son notables los 24 de Marzo, que son muy grandes en Tandil…

– Hay etapas. Yo marco el año 1996 como un hito a nivel nacional. La sociedad necesitó 20 años de procesamiento para salir a la calle en todo el país. Tandil no fue la excepción, fue una movida muy importante, muy convocante y por primera vez se pusieron en escena los espacios clandestinos de detención, de los que se hablaba, pero que no se conocían.

Hubo amenazas concretas, muy serias, a todos los militantes de derechos humanos. Hay una pintada que nos hicieron en el Dique luego de esa marcha tan importante y la plantación de árboles, que decía “zurdos asesinos fuera de Tandil. Patria o Muerte, venceremos. FAMUS”. Tuvimos amenazas telefónicas, intervino la Justicia. La llamada “Logia San Ignacio”, que como toda Logia es difícil de detectar, fue parte de estas provocaciones. Hubo mucha movilización, intervino la Cámara de Diputados de la Provincia, recién ahí se guardaron a silencio.

Tenemos también los archivos de la Dipba (Dirección de Inteligencia de la Policía de la Provincia de Buenos Aires), allí estamos también, tener en cuenta que los servicios siempre siguen actuando…

 

– ¿Nos podés hacer una síntesis de la sentencia y cómo seguir la lucha?

-Llegamos a esta sentencia logrando que el Tribunal comprendiera la importancia de la localía, vinieron muchos compañeros de la región afectados. Nos dejó un sabor amargo, se generó en la sala un clima de desmoronamiento cuando escuchamos las absoluciones de la enorme mayoría. Porque qué es lo que pasa: esos segundos mandos que fueron absueltos, los vecinos se los cruzan en cualquier momento, y así sucedió el día de las elecciones.

A pesar de ese desánimo, al terminar la audiencia interpelamos a la Fiscalía. Iría a Casación, lamentablemente sabemos que los tiempos de la Justicia son muy lentos, pero lo que tiene de fuerza es que no nos quedamos con esa sentencia de un Tribunal no muy comprometido, porque no son jueces que hayan actuado en otros juicios de lesa humanidad.

No sólo como víctimas sino como ciudadanos, estamos dispuestos a apelar esa sentencia, ya como un legado de justicia hacia generaciones futuras, porque el tiempo transcurre para nosotros las víctimas y para los represores también. O sea que es una propuesta de educación a futuro, una propuesta de no bajar los brazos a futuro, más que un tema de términos legales. Ojalá se expidan pronto, pero no sabemos.

 

– Esto tiene enorme importancia, porque estamos bajo un gobierno negacionista ¿no es cierto?

– Sí, así como algunos negaban el Holocausto, este gobierno niega lo que fue la dictadura y las secuelas de las víctimas. Por eso, el hecho de poder mantener una memoria activa en forma persistente es el compromiso como militantes, ahora y a futuro. Lo que sí nos preocupa es la capacidad de destrucción que tienen, no sólo del Banco de Datos Genéticos para ubicar a las niñeces desaparecidas, sino de los archivos, de los sitios emblemáticos de la memoria como la ESMA, el Olimpo, todo lo logrado con la lucha. Quedará la palabra, quedará el testimonio y quedará el ejemplo.

Petra Marzocca

 

Corresponsal

hoy N° 2084 05/11/2025