1. El 24 en las calles
Desde Jujuy a Tierra del Fuego, en todo el país se realizaron grandes movilizaciones y actos el 24 de marzo, repudiando el golpe de Estado genocida y entreguista de 1976, y denunciando la judicialización de la protesta popular que ya suma 5.000 dirigentes enjuiciados por el kirchnerismo o con su complicidad.
En la Capital Federal y el Conurbano Bonaerense, más de 300 organizaciones se agruparon en el Encuentro Memoria, Verdad y Justicia marcharon de Congreso a Plaza de Mayo.
El gobierno K pretendió adueñarse de la jornada. Realizó su acto en la ESMA. Luego, algunas organizaciones ultra K bloquearon la avenida de Mayo buscando impedir el acceso de Memoria, Verdad y Justicia a la Plaza. Al mismo tiempo, un festival impulsado desde la Casa Rosada, usaba los sentimientos de artistas y concurrentes para copar la plaza, y Hebe de Bonafini pronunció un discurso de campaña electoral por Cristina y Néstor K, incluyendo el llamado a “no equivocar el voto”, como si estuviéramos en el 2011. Fracasaron.
Con Memoria, Verdad y Justicia participaron María del Rosario Cerruti, Cristina Cabib y otras Madres, y se movilizaron decenas de miles de personas, como se viene haciendo desde hace 14 años; y luego de participar en otro acto se incorporó Adolfo Pérez Esquivel. Sin el aparato estatal usado por el kirchnerismo, en la movilización unitaria y opositora confluyeron, con esfuerzos, desde el Gran Buenos Aires y la Capital Federal, y leyeron el documento acordado por las 300 organizaciones.
2. El ajuste inflacionario
El intento del kirchnerismo de copar el 24 de marzo mostró la desesperación del gobierno para colocarse como progresista y crear una cortina de humo que cubra los graves problemas que provoca su política de descargar la crisis sobre las masas obreras y populares: la inflación galopante y los manotazos a los fondos públicos para pagar la deuda, que agravan los sufrimientos del pueblo, y el fracaso de la política kirchnerista frente a la nueva agresión inglesa en Malvinas.
La inflación no existe en los discursos K. La niegan para ocultar que con el aumento de los precios de lo que consume el pueblo, están realizando un brutal ajuste. Se dicen “progresistas” y la política inflacionaria golpea más a los que menos tienen. Un millón y medio de nuevos desocupados se han sumado a los que vienen de antes. Crece el hambre en sus familias, y el aumento de los alimentos básicos ha sido un hachazo a los planes sociales congelados desde el 2002, cuando no son eliminados de a miles desde las oficinas del gobierno; y se va devorando aceleradamente la asignación por hijo.
Con la inflación, el kirchnerismo está haciendo un brutal ajuste. Ni siquiera este gobierno que se dice distribuidor de la riqueza es capaz de eliminar el IVA a los alimentos básicos. El IVA es el impuesto que más recauda, y lo paga hasta el desocupado sin plan cada vez que compra algo.
3. Estalla la lucha salarial de paritarias
Crece el trabajo en negro que está casi todo por debajo del índice de pobreza. Los salarios en blanco también son, en su mayoría, de pobreza. Por eso comenzaron a estallar las paritarias.
Miles de trabajadores reclamaron un aumento del 100% en dólares, bloquearon puertos de Rosario y tomaron las planteas de las cerealeras y aceiteras de Bunge, General Deheza, Toepfer, Nidera, Dreyfuss, Noble y la minera La Alumbrera.
Las mineras y las cerealeras fueron grandes ganadores del 2009, cuando la crisis, con la política kirchnerista provocaba el despido de más de 1.500.000 trabajadores.
Las cerealeras que niegan los aumentos, en el año 2009, en medio de la crisis, “tuvieron una rentabilidad promedio del 18%”. Las mineras tienen un régimen legal que “se encuadra entre los más atractivos del mundo”, y en medio de la crisis, “tuvieron una rentabilidad del 28%” (La Nación, 29/3). Estamos hablando del año en el que los bancos de Wall Street, y monopolios como General Motors, tuvieron que ser salvados de la quiebra con billones de dólares. Acá, con la política kirchnerista, esos monopolios se llenaron los bolsillos. Para tener una idea de lo que nos roban, una “rentabilidad” del 28% es siete veces la que obtienen en un año bueno en Estados Unidos.
Sigue la gran lucha de los docentes fueguinos, pese al aislamiento que le impone el prokirchnerismo de la dirección de CTERA. También sigue la protesta de los trabajadores de la salud santiagueños. Son luchas que enfrentan la sordera de gobernadores K, y que deben tener el apoyo de todas las fuerzas clasistas y combativas.
La alimentación y otros gremios van a la lucha. En las asambleas hay bronca y voluntad de pelea; amenazando con desbordar a los jerarcas sindicales que pacten por debajo de lo que se devora la inflación. La realidad de la canasta familiar a $ 5.000 (y más en las provincias patagónicas y Tierra del Fuego), es el punto de referencia. El triunfo de los obreros del Astillero Río Santiago, con $ 4.300 para el inicial, tonifica la lucha de las paritarias.
4. El entrevero de los de arriba
Tanto el kirchnerismo como los grupos de poder rivales interpretaron mal el resultado electoral de junio del año pasado. Unos y otros escondieron la mayoría de no votantes, o que votaron en blanco o nulo. El malestar, la bronca y las grandes luchas obreras, como la de Kraft, y populares, las puebladas que estallan, fueron mostrando que los dos bandos en que se ha fracturado el bloque dominante, sufren el deterioro político.
El kirchnerismo tomó su decisión: “Nos quedamos”, dijeron. Los grupos de poder rivales, consideraron que el gobierno estaba derrotado, actuaron de bomberos de las luchas populares, sobre todo en el campo, creyendo que tenían “vía libre” hacia un recambio, con propuestas más o menos “destituyentes”, según el caso.
En los hechos, los Kirchner no remontaron del pantano en que cayeron: en las recientes elecciones en la ciudad de Mendoza, donde ellos gobiernan la provincia, salieron quintos. Y las “ofertas” de los grupos de poder rivales fueron mostrando la hilacha: pagar la deuda ilegítima y fraudulenta, más ajuste, más represión, silencio frente a la nueva agresión inglesa. La nueva “oferta” de Duhalde, de un plebiscito para una “reconciliación” de “los que quieren a Videla y los que no”, es decir, una reconciliación con el procesismo genocida y entreguista; lo que muestra hacia adónde apuntan esos grupos con sus vinculaciones militares. Macri, que se ilusionó con que su candidato fuese segundo en Mendoza, salió cuarto. Es el retroceso de los grupos de poder rivales del kirchnerismo lo que le ha permitido al gobierno maniobrar. Y que unos y otros empantanaran la política en el Congreso y la Justicia; “instituciones” que han profundizado el pozo de credibilidad en el que ya estaban.
5. La tercera fuerza avanza
Las grandes movilizaciones y actos del 24 de marzo, en todo el país, han demostrado que la tercera fuerza existe.
Las grandes luchas de los trabajadores que va haciendo estallar el reclamo salarial en paritarias, van volviendo a colocar a la clase obrera en el centro de la escena política. Lo que muestra la posibilidad práctica de que sea el proletariado el que organice y hegemonice la confluencia multisectorial obrera y popular, patriótica y democrática, que abra otro camino.
El extraordinario Congreso de la Federación Nacional Campesina que se acaba de realizar en Tucumán, mostró la bronca y la voluntad de lucha, por sus reivindicaciones y por la tierra, de lo más de abajo del campo; y para una línea de confluencia multisectorial. La FNC ha crecido en la lucha, multiplicando sus fuerzas, abre nuevas perspectivas para la lucha agraria, para la unidad obrera, campesina y popular.
El gran acto del 30 de marzo es un paso de avance en el camino de la unidad popular y antiimperialista, uniendo el reclamo de no pago de la deuda ilegítima y fraudulenta con la defensa de la soberanía nacional frente a la nueva agresión inglesa. También, son pasos de avance los actos que se programan en todo el país, el 2 de abril, en los cenotafios y plazas.
El camino se va abriendo en esa inmensa corriente que esboza la tercera fuerza: el voto bronca en junio del 2009, las grandes luchas obreras como la de Kraft y la jornada del 29/9, y el combate salarial en las paritarias, la del Congreso de la FNC y el acto de FAA en Chabás, la que estuvo en las calles el 24/3, la que defenderá la soberanía frente a los usureros y los piratas 30/3 y el 2/4.
El camino que se va abriendo no es ni será fácil, ni lineal, pero avanza. Otra política y otro gobierno no solo son posibles, sino también necesarios. Más aún cuando cada semana estalla una nueva pueblada, como ocurrió ahora en Carlos Casares; mientras sigue la movilización que exige la destitución del intendente K en Baradero. Siguen las tormentas que hacen tronar los escarmientos.