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02 de octubre de 2010

Manuel “Quebracho” Guerra

Hoy 1240 / 31 años de su secuestro

Quebracho dio su vida en la lucha por la revolución, el socialismo y el comunismo. Un ejemplo de joven comunista revolucionario. Un 1º de noviembre de 1977, de tarde, alrededor de las 17 hs., en una esquina de Buenos Aires, Las Heras y Pueyrredón, hombres armados forcejean y secuestran a un joven de 26 años: Manuel “Quebracho” Guerra.
“Soy Manuel Guerra, me están secuestrando” fueron el grito y la prueba de su desaparición, conocido posteriormente por testimonios recogidos por su compañera Teresita, en ese duro y doloroso peregrinar en la búsqueda de Quebracho; así como testimonios de su paso por el centro de detención “El Atlético”, ubicado en las avenidas San Juan y Paseo Colón.
 Quebracho, santiagueño de Frías, hijo de padre minero y madre originaria, en 1968 ya está en Córdoba estudiando la escuela técnica, y conmovido por la oleada de esos años, comienza a andar el camino revolucionario. El resurgimiento del clasismo revolucionario con el Smata cordobés, dirigido por Salamanca, lo encuentra trabajando en la Comisión juvenil del sindicato. La radicalización de las masas juveniles plantea a nuestro PCR abordarlas con métodos de trabajo y organización acorde a esas particularidades juveniles.
Y es así, que a principios de 1974, Quebracho llega a Buenos Aires, para asumir la tarea de secretario de Organización de la incipiente Juventud Comunista Revolucionaria. Su historia está ligada a la construcción orgánica e ideológica de la Jota. Su Primer Congreso, en diciembre del ‘74, lo tuvo como uno de sus principales impulsores y organizador.
Quebracho fue uno de los grandes impulsores de la línea antigolpista trazada por nuestro Partido, y ya en la dictadura, un pilar en la resistencia obrera y popular a la misma.
 “Eran épocas en las que charlábamos con Quebracho sobre el comportamiento de un joven comunista si era detenido. ‘No dar ninguna información al enemigo a costa de la propia vida’ nos decía”, recuerda Ricardo Fierro, por entonces secretario de la JCR. Quebracho era un joven de carne y hueso, enamorado de la vida y con un odio implacable contra la injusticia y la opresión; un joven comunista revolucionario, que dio su vida en la lucha por la revolución, el socialismo y el comunismo. Un ejemplo para las nuevas y viejas generaciones.