1. La reunión del G 20 y la crisis mundial
Con el triunfo del seleccionado argentino y la derrota del inglés, crecieron los festejos y las expectativas para el sábado venidero. Entre goles, errores de los árbitros y cantos, afuera y adentro del país tratan de tapar cosas que pasan.
Hubo más de quinientos encarcelados en las manifestaciones de repudio a las reuniones del Grupo de los 8 (G 8), y el Grupo de los 20 (G 20). En éste último participó Cristina K y no pidió la libertad de esos 500 presos políticos.
La resolución del “G 20” demostró que el lugar en el que “se cocinan” las decisiones, es el “G 8”. Reconociendo que la situación de la economía mundial es “frágil y vulnerable”, ratificaron la receta de “reducir a la mitad los déficit (…) y estabilizar o reducir las deudas estatales”. El “G 8” le sumó la exigencia de cumplimiento de las sanciones a Irán.
Una crisis profunda y prolongada
Desde el inicio de esta crisis mundial, el PCR señaló que no había que abordarla esquemáticamente porque tenía características inéditas. Analizó que su origen estaba en la derrota mundial del proletariado con las restauraciones del capitalismo en el tercio de la humanidad que había conquistado el socialismo; esa derrota, en un proceso complejo, llevó a la unificación del mercado capitalista mundial. Esto fue unido a un enorme crecimiento del movimiento obrero, que pasó de 1.500 millones de trabajadores a 3.000 millones. Gran parte de los nuevos trabajadores se concentran en Asia, sobre todo en China, con salarios de 150 dólares mensuales, o menos. En estas condiciones, la crisis adquiere dimensiones solo comparables con la que se inició en 1929, por su profundidad y prolongación.
Cuando la crisis se precipitó, la burguesía usó las enseñanzas de 1929, y dispuso billones de dólares, euros, yenes y yuanes, para el salvataje de sus sistemas financieros. Ese endeudamiento de los Estados creó gigantescas burbujas: Japón debe el doble de su PBI. Ahora llegan los ajustes para que los pueblos y los países oprimidos paguen las deudas de los Estados para esos salvatajes.
Según el director de la OIT, buscan empleo y no encuentran 210 millones de personas en el mundo: un récord histórico (pese a que esa cifra es ridícula, ya que no cuentan los que dejaron de buscar trabajo, ni la desocupación agraria, ni los 25 millones de trabajadores chinos que fueron enviados de vuelta a sus zonas rurales). El desempleo juvenil es brutal. Volvió a crecer el número de trabajadores que viven con menos de 1,25 dólares diarios. Crece aceleradamente el trabajo “en negro”. En estas condiciones de superexplotación, se producen los ajustes en Europa y otros lugares, que devalúan sus monedas (primero fue el dólar, después el euro, y ahora el yuan) para facilitar la penetración de sus exportaciones en los países oprimidos, a costa de la ruina de las producciones de nuestros países.
Irán en la mira
Las burguesías imperialistas también tratan de usar el Mundial para otro trabajo sucio.
Una gran flota de Estados Unidos e Israel marcha al Golfo Pérsico para ejecutar el bloqueo a Irán dispuesto por el Consejo de Seguridad de la ONU (ver pág. 15). Un artículo de Fidel Castro señala: “No albergo la menor duda de que tan pronto las naves de guerra de Estados Unidos e Israel ocupen sus puestos –junto al resto de las embarcaciones militares norteamericanas ubicadas en las proximidades de las costas iraníes– e intenten inspeccionar el primer buque mercante de ese país, se desatará una lluvia de proyectiles en una y otra dirección. No es posible prever cuántas naves se hundirán ni de qué bandera”. Y agrega que el conflicto podría extenderse a otros puntos calientes, como el de Corea, con consecuencias imprevisibles (www.gramma.cu).
Hay que tener en cuenta que las crisis generan factores de guerra, y que Estados Unidos usó siempre las guerras para zafar de sus crisis.
2. El despertar del proletariado chino
Las burguesías imperialistas quieran zafar de la crisis con el aumento de la superexplotación y los ajustes, pero esa batalla está en curso.
A partir de la heroica lucha de los trabajadores y el pueblo griegos, Europa se fue conmocionando con huelgas y movilizaciones, muchas de ellas con formas muy combativas.
Pero el hecho que “sorprendió” al mundo capitalista, es el despertar de la más grande fuerza del proletariado mundial: la del movimiento obrero chino. Miles y miles de nuevos activistas, en gran medida jóvenes, organizan sus sindicatos, llevan adelante sus huelgas, y van conquistando mejoras: 500 fábricas estaban en huelga la semana pasada. En algunas de ellas, lograron duplicar sus salarios. Es una generación de jóvenes obreros que ya no aceptan ser destruidos en la producción para enriquecer a la burguesía imperialista y fascista gobernante, y a los monopolios imperialistas radicados allí.
Ese despertar del mayor contingente mundial del proletariado, va unido a cientos de rebeliones campesinas, y a un gran movimiento de masas de lectura de las obras de Mao Tsetung.
3. El “modelo” Bariloche
En la reunión del G 20, Cristina K presentó el paraíso argentino como “modelo” frente a la crisis. Un paraíso “arreglado” con las cuentas del IndeK, para el cual la carestía del último mes fue del 0,7%. Para ese mismo mes, el relevamiento de Adelco dio estos aumentos: el 48% en fideos secos, 29% pollo, 20% huevos, 19% tomate, 34% papel higiénico, 26% jabón y 18% nalga para milanesa. Crecen el hambre y la pobreza.
No dijo Cristina K que lo fundamental de las exportaciones argentinas van a Europa, China, Brasil y Estados Unidos. Es falso que China abrió la importación de aceite de soja argentino: están dibujando un escenario mentiroso. El apriete chino es claro: abrir la Argentina a sus exportaciones (que liquidarían ramas enteras de lo que queda de la industria nacional), o mantendrán cerrada la importación de aceite (ya se abastecieron en Estados Unidos. Europa está como está. Brasil le vende a China y a Europa.
Néstor K respondió al reclamo de llevar las jubilaciones al 82% móvil: “A todos nos gustaría que se pudiera implementar; pero le costaría al Estado $ 145.000 millones, $ 5.000 millones menos que todo el Fondo de Sustentabilidad de la Anses”, (Ambito Financiero, 28/6). Primero que no es “todo” el fondo del Anses, sino que lo que va quedando después de usar esa plata para pagar deuda ilegítima, prestarle a General Motors, y los negociados de Aerolíneas Argentinas.
¿Quién paga la crisis?
A partir del carácter profundo y prolongado de esta crisis, hay que ver la realidad argentina sin esquematismos, en la que hay ramas que se han reactivado, en particular soja y automotores, pero que dependen de lo que pase en el mundo.
También en la Argentina la clave va a ser la pulseada por quién paga la crisis. La ruptura del tope salarial en la alimentación, como ocurre en el mundo, tiene mucho que ver con la irrupción del proletariado joven, y con el hecho de que ese proletariado, pese a haber conquistado el 35% de aumento, sigue la lucha contra el revanchismo patronal de los despidos en Córdoba, y los juicios contra la Comisión Interna de Kraft que dirigió la histórica lucha. Se acaba de derrotar a la Kraft en el juicio por despido contra Bogado.
El asesinato de tres jóvenes en Bariloche por la policía del gobernador K Saiz, y la pueblada en respuesta, muestran bien el estado de ánimo de las masas, al igual que las luchas obreras, campesinas y populares en curso, como el gran acto exigiendo el castigo a los responsables de los asesinatos de Maximiliano Kosteki y Darío Santillán, y la jornada de los Desocupados de la CCC. La política K queda al desnudo con esos asesinatos, la miseria de “el otro Bariloche” que quieren controlar a tiros de Itaka, los más de 3.000 kilos de cocaína embarcada en Río Negro (que reafirma a la Argentina como ruta de la droga hacia Europa), el ministro de gobierno rionegrino organizando movilizaciones de apoyo a la policía, y el gobernador enviando a la Legislatura el proyecto de ley para la reforma constitucional que habilite su reelección.