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02 de octubre de 2010

Las clases dominantes no pueden calmar los ánimos en Bariloche y profundizan su línea de amedrentamiento hacia el pueblo para acallarlo.

Nada es igual en Bariloche

Hoy 1325 / Tras los asesinatos de Diego Bonnefoi, Nicolás Carrasco y Sergio Cárdenas

La semana del 28/06 la cámara Segunda de Bariloche separó al juez Lozada, quien procesó al policía Sergio Colombil por el homicidio de uno de los tres jóvenes asesinados el 17 de junio. Dio lugar así a la recusación presentada por el abogado defensor del policía por supuesta “parcialidad”, ya que Lozada se hizo presente en el domicilio del joven el mismo día de su asesinato. Este hecho implica que la causa vuelva a foja cero, nada de lo que se investigó y que fuera determinante en el procesamiento del policía será tenido en cuenta. La Cámara que da lugar a la recusación dispone que la causa pase al Juzgado de Instrucción a cargo del juez Gaimaro Pozzi.
Este juez es quien dejó en libertad por falta de mérito a dos hombres acusados de violar sistemáticamente durante años a dos de sus hijas y sobrinas, y a quienes Lozada les dictara prisión preventiva antes que la Cámara lo cuestionara por declar “el aborto no punible” a una de ellas. Sospechosamente esta misma semana se hizo público el supuesto resultado negativo que arrojara el estudio de ADN realizado al feto. La abogada de la madre de la joven pedirá la nulidad del examen de ADN por considerar que no se cumplieron los pasos adecuados.
Ambos acontecimientos reafirman el rol del aparato judicial al servicio de este Estado y de los gobiernos de turnos, quienes como Saiz no escatima esfuerzo para sacar de su función a un juez que falla a favor de los intereses del pueblo. De esta manera las clases dominantes intentan disciplinar al conjunto que lucha por justicia, al juez Lozada y todo aquel que ose desafiar sus propios intereses.
Recién a dos semanas de los asesinatos, el gobernador de Río Negro llegó a Bariloche rodeado de policías y del BORA. Un conjunto de organizaciones, junto a los familiares que se hicieron presentes con sus fotos y banderas exigiendo justicia, nos movilizamos hasta el lugar para exigir que el gobernador reciba a los familiares. Saiz, con la prepotencia que lo caracteriza pretendió ignorarnos. Ante esta actitud provocadora, decidimos quedarnos en el lugar hasta que los reciba.
Había un clima de mucha tensión, con los bombos, cantos acusatorios, insultos y advertencias. Saiz, que se encontraba encerrado en un recinto con una única puerta tenía pocas opciones: o reprimía profundizando la crisis institucional o recibía a los familiares; dicen que se vio a algunos de sus funcionarios con una sierra intentado sacar las rejas de las ventanas como opción de salida.
En este clima de alta tensión, mientras se desarrollaba la reunión de funcionarios provinciales y municipales, la policía que custodiaba el lugar al mando del jefe de seguridad de la comitiva, para impedir el ingreso de una periodista de Clarín a la conferencia de prensa le atascó la pierna con la puerta y luego de pegarle dos rodillazos en su pierna le provocó quebraduras en la misma frente a todos los presentes.
Luego de varias horas de permanecer concentrados en el lugar se logró que finalmente reciban a los familiares. Decidimos desconcentrar y convocar a una conferencia de prensa para denunciar la actitud de Saiz ante los mismos. El gobernador no sólo minimiza los acontecimientos, se burla cuando dice confiar en la justicia sabiendo que no necesita confiar porque la maneja; además se quita toda responsabilidad a sí mismo, al ministro Larreguy y al jefe de seguridad, afirmando ante los familiares que “la policía tenía que defender la comisaría por si la pretendían romper” con lo cual legitima el accionar asesino y reafirma que no se trata de un hecho de gatillo fácil sino de terrorismo de Estado.
Esa misma tarde nos enteramos a través de los familiares de Nino [Nicolás Carrasco, el segundo joven asesinado], que la noche anterior había sido destruida la sepultura del joven.
Las clases dominantes, creyéndose impunes, con prácticas mafiosas y asesinas, tienen un profundo desprecio hacia el pueblo y su sufrimiento. Pretenden acallar las voces de los familiares y del conjunto que nos dispusimos a luchar. Pero no comprenden que hay un lugar del que no se vuelve. Porque este pueblo que en el 2001 echó a un presidente en el país y a un intendente en Bariloche sigue con sus brasas encendidas y algún día haremos sonar el escarmiento, porque la sangre de los nuestros no se negocia.
Desde el PCR y la JCR, junto a más de 60 organizaciones de la Multisectorial contra la Represión en Bariloche llamamos a una jornada de lucha el jueves 8 de julio. Ese día sesionará la Legislatura de la provincia, y se ha convocado a Larreguy para ser “interpelado”.
Llamamos a la más amplia unidad para la lucha exigiendo: juicio, castigo y cárcel común para todos los responsables materiales e intelectuales; la inmediata renuncia del gobernador K Saiz, Larreguy y Cofree por ser responsables de terrorismo Estado.