La presidenta vetó una ley de protección de glaciares que había sido aprobada por unanimidad en el Congreso y prohibía la exploración y explotación minera o petrolífera donde se encuentren estas masas de hielo.
Es la ley 26.418, sancionada el 22 de octubre , y el veto argumenta que “el establecimiento de presupuestos mínimos no puede limitarse a la absoluta prohibición de actividades… En este sentido la prohibición de la exploración y explotación minera o petrolífera, incluyendo aquellas que se desarrollen en el ambiente periglacial saturado en hielo, daría preeminencia a los aspectos ambientales por encima de actividades que podrían autorizarse y desarrollarse en perfecto cuidado del medio ambiente”.
Una vez más, este gobierno muestra la hilacha detrás de su doble discurso, y, actuando como burgués intermediario que es, favorece los intereses de los grandes monopolios mineros, por sobre la conservación de los recursos naturales no renovables. En este caso particular, uno de los principales “beneficiados” por el veto es la Barrick Gold, que explota el yacimiento minero de Pascua Lama, en la provincia de San Juan, en la frontera con Chile.
02 de octubre de 2010
