El miércoles 3, en horas del mediodía, una patota identificada con la conducción nacional de Atilra vinculada a la CGT, trató de irrumpir violentamente en el acto que se realizaba frente a la sede de la delegación local del sindicato.
El mismo había sido convocado por Atilra Rosario, alineado a la CTA, junto a numerosos sindicatos, organizaciones políticas y sociales, en repudio al ataque sufrido por trabajadores de Sancor el jueves anterior. Los agresores, munidos de palos y cadenas, comenzaron a golpear salvajemente a los presentes, provocando la inmediata reacción del sector local.
La refriega duró aproximadamente 45 minutos ante la manifiesta pasividad de la policía provincial, acusada de liberar la zona, y que recién intervino cuando se prendió fuego una 4×4 estacionada. La guardia de infantería disparó sobre el grupo de Atilra nacional, para permitir el ingreso del camión de bomberos. La policía hizo retroceder una cuadra al grupo agresor, obligándolo a retirarse.
Producto de los enfrentamientos, murió asesinado de un disparo en el pecho Hugo Cornejo, un trabajador cordobés identificado con el sector nacional. Además, tres integrantes de ese sector recibieron heridas de bala y uno de ellos sigue con pronóstico reservado, en tanto los heridos de ambas partes sumaron dieciocho.
Desde Atilra Rosario se brindó una versión que daba cuenta que Cornejo había sido asesinado en Rioja y Cafferata (a tres cuadras del lugar), cuando un grupo de barras bravas de Rosario Central contratados por el sector nacional intentaban cobrar por los “servicios prestados” y ante la negativa de estos a “cumplir con lo pactado” comenzaron a “disparar a mansalva”.
En cambio desde fuentes judiciales se dejó trascender que el disparo habría provenido del sector atacado. La jueza que entiende en la causa, María Pérez Vara, ordenó la detención de Raúl Cazón, alias Tyson, un patovica acusado por la justicia de haber ejecutado el disparo que terminó con la vida de Cornejo. El mismo se entregó y quedó detenido el sábado al mediodía, negándose a realizar declaraciones.
Varios interrogantes
Con relación a lo sucedido habría que decir que quedaron instalados varios interrogantes, algunos políticos y otros metodológicos. Políticamente porque este hecho se produce en una zona liberada por la policía provincial y cuando en Santa Fe ha alcanzado un nivel de máxima intensidad la disputa entre socialistas y justicialistas. Y metodológicamente ya que está claro que el sindicato local decidió enfrentar la inadmisible agresión “aparato contra aparato” y no con el paro y la movilización de los trabajadores para repudiar la agresión sufrida en la empresa Sancor.
Se afirma que Reutemann habría sellado un acuerdo con Kirchner y encabezaría junto a Agustín Rossi las listas del FPV de la provincia. Luego de este acuerdo se pudo observar una ofensiva desde todos los frentes contra el gobierno provincial, ofensiva que comenzó cuando el justicialismo impidió la aprobación de la reforma tributaria de Binner. Posteriormente se sucedieron una serie de violentas acusaciones mutuas sobre el estado de las cuentas de la provincia, la deuda social, etc.
En este marco habría que preguntarse: ¿Binner conocía que se iba a “liberar” una zona, la de la Comisaría VI, y que podría producirse un hecho de sangre por lo que decidió esa misma mañana acusar al ex gobernador Reutemann de los siete asesinatos de diciembre de 2001? Al respecto convendría aclarar que estas sorprendentes declaraciones no se encuadran ni en la línea política ni en el método del gobernador. Como contrapartida, ya entró en la Legislatura provincial un pedido de informe sobre el asesinato de Cornejo. Desde el justicialismo se dice que Binner tiene su “muerto” de 2008. Sin dudas, la disputa política provincial está detrás de este hecho.
Con relación a la disputa gremial, admitiendo como real la versión de Atilra Rosario sobre el asesinato de Cornejo, cabría preguntarse si fue justa la decisión de enfrentar “aparato contra aparato” al matonismo interventor, máxime sin explicar detalles a los aliados que concurrieron desprevenidamente al acto que no fue tal, para respaldar a los trabajadores de Sancor. Se trató de un serio error, ya que el paro y la movilización son el único camino que tiene el movimiento obrero para afrontar este tipo de situaciones.
Sin dudas, tratando de avanzar en la unidad de los trabajadores para derrotar las políticas vigentes, los hechos ameritan debates y autocríticas.
02 de octubre de 2010