“El arte de una dirección leninista está tanto en descubrir la esencia burguesa, o pequeñoburguesa, de determinadas opiniones que surgen en el Partido, como en evitar que las mismas se conviertan en tendencias y éstas en fracciones. Cuando esas opiniones devienen en opiniones antiproletarias de carácter antagónico, el arte de dirección está en garantizar que sean derrotadas por el conjunto del Partido”. Rosendo Irusta: ¿Qué fue la Revolución Cultural Proletaria China? Ed. Tercer Mundo, pág.20.
02 de octubre de 2010