Hace 40 años, el 6 de enero de 1968 se fundó el Partido Comunista Revolucionario de la Argentina, en ruptura con la dirección del todavía llamado Partido Comunista Argentino, que ya en esa época había traicionado la teoría revolucionaria de Marx y Lenin y la había reemplazado por el revisionismo; había abandonado la línea de hegemonía proletaria por el oportunismo político; había abandonado las banderas del clasismo revolucionario y negaba la lucha armada como vía para la revolución; había injuriado al Che Guevara y fue cómplice de las fuerzas que lo abandonaron en 1967, cuando fue a Bolivia para organizar la lucha armada" (Programa del PCR, 10 Congreso, julio de 2004).
En estos 40 años, con la guía del marxismo-leninismo-maoísmo y la línea de hegemonía proletaria en la revolución, avanzamos en fundirnos con las masas oprimidas y explotadas. Esa unidad, en particular con las masas peronistas, se ha forjado también con lazos de sangre de comunistas revolucionarios asesinados, detenidos desaparecidos, secuestrados, torturados y encarcelados. Ellos forman parte de quienes, a lo largo de la historia argentina han ofrendado su vida en defensa de los intereses de la clase obrera, del pueblo y de la patria.
El texto que aquí publicamos es la segunda parte de la charla de Otto Vargas, secretario general del PCR desde su fundación, expuesta en una escuela de la JCR en el verano de 1975, en el período de la lucha antigolpista, cuya primera parte publicamos en el Cuaderno N° 160.
02 de octubre de 2010