Hay momentos en los que se producen grandes virajes en la historia. Refiriéndose a la reciente lucha agraria escribió Beba Balvé (directora de Cicso): “Si la economía marcha a todo vapor y uno de los beneficiarios es el productor rural –no importa tamaño– ¿Por qué reaccionaron? ¿Por qué se unificaron todos? ¿Cómo lograron articular una alianza entre ellos y fracciones de burguesía y pequeña burguesía urbana? /…/ Es lo más parecido a los hechos de 1969 (rosariazo-cordobazo-rosariazo) /…/porque tiene la virtud de producir una torsión en la lucha de clases emergiendo la cuestión nacional”.
Muchas veces los protagonistas de momentos como el actual, muy semejante por la alianza de clases a los hechos del 2001, no lo entienden así. Con la derrota de la Resolución 125 en el Senado terminó una etapa en la Argentina posterior al argentinazo. Surgió algo muy profundo de la sociedad argentina. Emergió la cuestión nacional, el federalismo y, al igual que con el establecimiento del Estado de Sitio en 2001, emergió ante la represión en Entre Ríos la cuestión democrática. Cristina Kirchner ya no pudo gobernar como antes lo hizo su esposo. Pero ellos, durante un período relativamente prolongado, e incluso muchos pseudo izquierdistas –que en el 2001 estaban golpeados por los resultados electorales de octubre de ese año y en el 2008 no entendieron nada de lo que sucedía– no se dieron por notificados. No comprendieron que algo muy grande había cambiado.
02 de octubre de 2010