El sábado 12, centenares de compañeros de la CCC, del PCR y de distintas organizaciones, acompañaron a los familiares de Luis Cubilla (Francisco Gelso) hasta el cementerio de Grand Bourg, donde se lo despidió con un homenaje.
Cubilla tenía 57 años y era hijo de una salteña y un italiano, tornero de profesión, como nos recordaba su hijo. Aprendió ese oficio, y la solidaridad de clase, en empresas de Capital Federal y Gran Buenos Aires, y fue protagonista en la toma de Ford de 1985.
“El piquetero más popular”, tituló la noticia de su fallecimiento El Diario de Pilar. Cubilla era eso y más, como recordaban muchos de los que marcharon más de 50 cuadras, desde la casa velatoria hasta el cementerio de Grand Bourg, dando ejemplos de los comedores, guarderías y la escuela de fútbol que lo tuvieron como fundador, aún antes del surgimiento del movimiento de desocupados, allá por el 2000.
Una gran columna, en la que se entremezclaban banderas de la CCC, el PCR, la Cooperativa Malvinas, expresó su dolor en las calles que tantas veces lo tuvieron al Negro como protagonista de luchas y reclamos. Allí estaban su hijo, sus hijas y familiares, junto a delegaciones de la CCC y el PCR del Conurbano bonaerense, la Capital Federal y La Plata, Neuquén y Tucumán. Allí marchó una delegación del Comité Central del PCR encabezada por su secretario general, Otto Vargas. Estuvieron también amigos y organizaciones solidarias.
Fueron muchísimas las condolencias recibidas, desde el mismo momento de conocerse la dolorosa noticia. Al velatorio llegaron coronas de los intendentes de Pilar y Malvinas Argentinas, y pasaron representantes de organizaciones políticas como el MST, CTA-Pilar, Suteba Pilar, ATE Vicente López, ATE-Tigre, Partido Humanista, los centros comerciales de Tortuguitas y Pilar, funcionarios de los municipios de Pilar, Malvinas Argentinas y Tigre, entre otros.
En el cementerio se le realizó un emotivo homenaje. Allí se leyeron adhesiones llegadas de todo el país, de la presidenta del Foro Patriótico y Popular Virginia del Valle Martínez de Philippeaux, de Convergencia de Izquierda, el Centro de Civiles Veteranos “Operativo Malvinas”, la Comisión Interna de trabajadores de Terrabusi, de Antonio Espasa, viudo de Sonia Colman, asesinada por la policía, de Convergencia de Izquierda; del Comité Central de la JCR, y los zonales del PCR y la JCR de Tucumán, Córdoba, Chubut, y Jujuy.
Despidieron al Negro Cubilla su hijo Cristian; Yamila, por los jóvenes de la CCC de la zona; Liliana, por la CCC zonal; Ramón Bogado por la Mesa Federal de la CCC; y Leandro Segovia, por el Comité Central del PCR. (ver discursos aparte).
Con los puños en alto y lágrimas en los rostros, cantando el himno nacional, culminamos el homenaje al camarada Cubilla, enterrado envuelto con las banderas de su patria y de su partido.
Leandro Segovia, por el CC del PCR
“Una pérdida enorme para la causa revolucionaria”
Hoy, en nombre del Comité Central del PCR, y de su secretario, Otto Vargas, venimos a despedir, con mucho dolor, al querido compañero Cubilla, Francisco para quienes lo conocemos hace mucho tiempo. Estamos junto a su hijo, sus hijas y familiares. Junto a sus amigos y sus queridos compañeros de la CCC y de su partido, el PCR.
La muerte del Negro Cubilla es una pérdida enorme para la causa revolucionaria de los trabajadores, de los más humildes, y para nuestra Patria. Fue parte de un contingente de obreros de Ford que en 1985 hicieron conmover a la Argentina con esos 18 días de toma de fábrica contra los despidos de la patronal yanqui. El fue, junto a otro compañero, encargado del comedor en el que durante esos 18 días comieron más de 4.000 obreros. Ahí fue donde tomó como suyas las banderas revolucionarias, y se incorporó al PCR. Luego hizo suya la organización de los desocupados, junto a su compañera Graciela. Fue el período cuando el hambre y la desocupación golpeaba en las puertas de las casas de los más humildes de la zona norte, como acá en Pilar y Malvinas.
Concibió siempre que la defensa de su clase estaba unida a la de la patria, y que era necesaria una nueva independencia, esta vez del imperialismo. Así fue que todos los 2 de Abril era quien encabezaba la lucha y la movilización para estar junto a los patriotas de Malvinas, y recordar esta justa gesta contra el imperialismo. Apoyó fervientemente el Foro Patriótico y Popular, y recibió al teniente coronel Philippeaux, ese militar que en 1955 se enfrentó al golpe de Estado y se puso del lado del pueblo, en la ciudad de Pilar. Fue un apasionado de la gesta revolucionaria de Mayo, de esa multisectorial que fue la Primera Junta.
Fue perseguido por el gobierno, y juzgado por reclamar en la Panamericana, junto a 5.000 compañeros. Luego lo volvieron a enjuiciar por reclamar en la Quinta de Olivos.
En el último período su gran preocupación era el futuro de los jóvenes. Contra una política que lo único que ofrece es la marginación y la droga, para que los jóvenes no se rebelen contra la injusticia. Permanentemente llamaba a los jóvenes a seguir el camino de la lucha, que la felicidad está en la lucha. Y que tenemos que recordar a nuestros patriotas, y seguir su ejemplo.
Cubilla fue dirigente nacional de la CCC, miembro de la dirección de zona del PCR, y suplente de su Comité Central. Fue parte de quienes luchamos para que nuestra clase obrera y nuestro pueblo logre llevar al triunfo la lucha por la liberación nacional y social, y al socialismo en nuestra patria.
Querido Negro: te vamos a extrañar mucho. Estarás junto con nosotros en cada lucha, en cada marcha. Te vamos a llevar junto con tu Graciela, en nuestros corazones. Los vamos a recordar siempre.
Al mismo tiempo, nos vamos a esforzar por transformar nuestro dolor en fuerza, y junto a todos tus compañeros mantendremos en alto las gloriosas banderas que levantaste, las de la CCC y el PCR.
¡Querido Cubilla, hasta la victoria siempre!
Ramón Bogado, por la Mesa Federal de la CCC
“Su enseñanza de vida es el trabajo y la lucha”
Hoy nos toca despedir, con todos ustedes, compañeros de Capital Federal, del Gran Buenos Aires, de todas las provincias –he visto compañeros de Neuquén–, compañeros de Terrabusi, compañeros jubilados, lo que muestra lo que sentimos todos por Luis Cubilla.
Nos toca despedirlo a nosotros, que venimos de la camada que ingresó a la Ford en 1980, cuando ya Cubilla estaba en la fábrica. Una cantidad de jóvenes que entramos en ese momento, con Cubilla recibiéndonos y planteando lo difícil que era en ese momento, en medio de esa dictadura tan terrible, que continuaba a pesar de que se le había hecho ya el primer gran paro nacional a la dictadura en el 79. Desde ahí empezamos a ver lo que era Cubilla, cuando entramos a la línea. El compañero nos decía “acá está muy fuerte la dictadura. Tenemos el campo de concentración que estaba con todo el ejército en los quinchos”. Por lo tanto lo primero que nos planteó era cómo íbamos a trabajar, cuando él ya estaba en las cabinas de pintura.
Un compañero trabajador nato, líder nato. A las 5 de la mañana ya se encontraba en la línea preparando su herramienta, conversando con los compañeros sobre cómo nos íbamos a preparar para enfrentar la terrible explotación que había en ese momento en la Ford, sin delegados, con 450 efectivos del ejército dentro de la planta, en los tres turnos. Impresionante la superexplotación.
El compañero estuvo presente, y nos fue ayudando hasta poder llegar a lo que fue “la loma”. Cuatro años tuvieron que pasar de organizaciones clandestinas, porque no se comió el verso del 83, de que con la democracia se vive, se come y se educa, como decía Alfonsín en ese momento cuando le había entregado el mando presidencial la dictadura militar. Era muy duro enfrentar y organizarse. Ahí fue enseñando a los más jóvenes. Organizaba el fútbol. Y ahí le preguntábamos “Cubilla ¿por qué sacaste a ese zurdo habilidoso?”, “compañeros, lo importante es el equipo, no que haya un referente y tengas que jugar para él”. Podías agarrar el concepto o no, pero mostraba una actitud. Mostraba lo que era como organizador.
Y era el fútbol, y eran los asados, conversar la política, y cómo hacíamos dentro de la fábrica para poder llegar a armar ese cuerpo de delegados para poder enfrentar a esa patronal terrible, y al gobierno también, por nuestras necesidades. Así llegamos a la loma, ese gran paro que nos permitió organizarnos en toda la fábrica con la Agrupación Salamanquista 1° de Mayo, donde se fueron proyectando los cuadros que después dirigieron la fábrica a través de su Comisión Interna y su Cuerpo de Delegados. Y ahí estuvo presente siempre el compañero, ayudando. Desde ahí lo fuimos conociendo a Cubilla. Y fue muy importante en el armado de la Lista Naranja, que nos permitió, después de lo que fue el Smata Córdoba, organizar una lista nacional y disputarle el sindicato palmo a palmo a José Rodríguez. Fue una gran enseñanza de organización que nos permitió después tomar la fábrica.
Gracias a eso fuimos conociendo a nuestro partido, al que estamos afiliados hoy, que también nos ayudó a organizarnos. Después tomamos la fábrica, vino la represión, nos tuvo que venir a sacar el ejército, y la lucha continuó, como dijo él.
Esa fue su permanente enseñanza de vida. El trabajo. Como le decía a los desocupados: somos desocupados, pero no olvidamos que venimos de las fábricas, y a las fábricas tenemos que ir todos. Tenemos que luchar contra los distintos gobiernos que van cerrando las fábricas.
Y abrazó ahí, cuando cerró la fábrica donde él trabajaba, la organización de los desocupados. Aprendió mucho de La Matanza, fue a La Matanza, y acá en la zona armó semejante organización de desocupados, que es lo que rescatan los medios de la zona, que era Luis Cubilla el piquetero que más movía, con todos ustedes, en la zona norte.
Y el compañero fue a Terrabusi en el 2006, con todos los desocupados, a plantear que había que armar la multisectorial. Caminamos por la Panamericana los desocupados, los ocupados, jubilados, Terrabusi, Fate, hasta Puente Saavedra, levantando cada uno sus reivindicaciones.
El con todos ustedes fue a Terrabusi, a Ford, en cada conflicto rodearon las fábricas, demostrando lo que es, desde los desocupados, tener una política hacia los ocupados y hacia todos los sectores.
Y por eso lo quisieron meter en cana, y luchó por su desprocesamiento. No tenía miedo el compañero. Decía “no tenga miedo”, tenemos la verdad, y la confianza que vamos a derrotar la política de este gobierno. No tenemos nada que perder, decía, salvo nuestras cadenas.
Por eso es un ejemplo de vida, y por la lucha de todos ustedes, no lo pudieron meter en cana. También estuvo en la lucha contra mi juicio, con todos ustedes, peleando constantemente. Eso es lo que tenemos que recordar del compañero Cubilla. Es una pérdida muy grande para toda la zona y para todo el país. Por eso desde todo el país están mandando mensajes recordando al compañero.
Ahora más que nunca todos juntos, más fuerte con la CCC. No abandonar. Necesitamos unirnos más. Necesitamos más Cubilla, para enfrentar esta política que permanentemente golpea a los desocupados, a los jubilados y a nuestro pueblo. Y ahí compañeros recordarlo permanentemente. En la calle. No tener miedo, como decía él. Fortalecer nuestra organización, la CCC y mi Partido para poder llegar a lo que todos soñamos, que es la lucha revolucionaria y terminar con toda la explotación.
Seguimos recordándolo, en la calle, como él quería, y también llamamos a todos sus familiares a incorporarse a esta lucha.
Liliana, por la CCC de la zona
“Un luchador incansable”
Hoy, 12 de junio, un día lleno de dolor para todos los humildes, me toca en medio de un gran dolor despedir a mi camarada, compañero y amigo Luis Cubilla, un gran dirigente de masas, preocupado siempre por los más humildes, un dirigente generoso que ayudó con línea, paciencia y perseverancia a forjar cuadros, porque ése era su sueño, y por eso peleó desde que abrazó el camino de la lucha. El quería formar a miles de dirigentes para que dirijan a millones.
Aparte de ser un dirigente social y político, era una gran persona, solidaria, sensible a las necesidades y el dolor de los demás, como decía un amigo suyo, una persona con códigos, o como decía su doctora, un tipo re piola, que fue capaz de mostrarme a mí, que nunca creí en la política, este camino, que a veces se hace tan duro, pero principalmente me enseñó que el camino era la lucha y organizar los más humildes y hacerles ver por qué somos pobres, por qué no nos tenemos que dejar usar, por qué debemos confiar en nuestra organización y en nuestra lucha. Un luchador incansable con ideas claras, con una gran capacidad e inteligencia.
Pero como era él, nos ha dejado tareas, porque más allá de este golpe al corazón, debemos seguir unidos para lograr los objetivos que él compartía junto a nosotros. Seguramente nos será más difícil, pero cuando los cumplamos ¡toda su lucha habrá valido la pena!
No me queda más que agradecerles a todos y cada uno de ustedes que nos han acompañado y la solidaridad de todos los sectores.
¡Luis Cubilla, hasta la victoria siempre!