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03 de octubre de 2010

En su paso por Buenos Aires conversamos con Mirta Tejerina, hermana de Romina, sobre las perspectivas de la causa y la vida dentro del penal.

18/3/08> Entrevista a Mirta Tejerina

Al cumplirse 5 años de la detención de Romina Tejerina su hermana Mirta viajó a Buenos Aires acompañando la movilización que pidió a la Corte Suprema por su libertad y la celeridad del fallo sobre el pedido de apelación a la condena en primer instancia de 14 años de prisión.
Además de las entrevistas con funcionarios de la Corte Suprema, Mirta recibió la visita de León Gieco quien se solidarizó una vez más con Romina Tejerina y la casa de la mujer María Conti de San Pedro (ciudad donde vivía Romina). Este refugio para mujeres, con el apoyo del músico, nació por el movimiento de mujeres que pelea la libertad de Romina y contra la violencia a la mujer.
“Una vez más aquí en Buenos Aires, recibiendo el cariño y afecto de las compañeras que acompañan la causa, también quiero hacer honor a los hombres que bajo la lluvia participaron de la movilización”, comienza Mirta apenas se enciende el grabador, como quien no quiere olvidarse de algo importante.

-Se cumplieron 5 años…
La historia continúa y la esperanza sigue firme. También está firme la convicción de la causa que convoca a Romina no sólo como parte de nuestra familia, sino como parte de todas las familias que han sido enlutadas por este tipo de situaciones. De ahí el significado que tiene la causa.
¡Todo lo que significa Romina a partir de algo tan trágico! Si bien es un día de tristeza y mucho dolor, también está la esperanza que la historia de la mujer culmine este estado de violencia que condena constantemente a las mujeres, las revictimiza, las sospecha, no les da oportunidad de ser feliz. Un futuro mejor donde ellas puedan elegir.

-¿Cómo fueron las entrevistas con los jueces de la Corte?
-Una vez más hemos tratado de contactarnos con cada uno de los vocales de la Corte Suprema. En algunos casos, como el Dr. Zaffaroni, no estaban presentes pero nos recibió una de sus secretarias (sabemos que el Dr. Zaffaroni ya votó), no así el Dr. Fay y el Dr. Lorenzetti que no nos han recibido. Espero que se de prontamente el pedido de audiencia que dejamos. Por la tarde nos recibió la Dra. Hiton de Nolazco. Sin abordar el expediente se comprometió a resolver lo más pronto posible. Desde la cuestión humana, uno no se puede abstraer del dolor y están presentes constantemente estos 5 años que pasaron en la vida de Romina.
Me voy con la esperanza que los jueces se expidan prontamente. Que esto signifique la libertad de Romina y de las miles de Rominas que están pendientes de esta resolución. Y por otro lado, que tengamos la posibilidad de volver a creer en esta justicia. Si esta justicia obra lacrando una causa como la de Romina, ratificando la sentencia, estarían diciendo: la mujer no tiene derechos. Creo que este posicionamiento no es fácil de sostener ante todo el movimiento que se ha generado alrededor de ella. No se trata de una o dos personas. Miles y miles de mujeres vigilan el acto por el cual los jueces se expedirán.

-¿Cómo está Romina en estos momentos?
-Romina sigue resistiendo. Ella alberga la esperanza que su situación mañana cambie. En su misma carta ella pide una oportunidad. Ya pasaron cinco largos años, de diferentes situaciones día a día: el sufrimiento en sí que significó la violación, la tragedia, el encierro, el estar internada en el hospital neurosiquiátrico, el tormento de algún personal penitenciario, la negación a que tenga asistencia psicológica que luego se dio a través de la lucha y el clamor del pueblo. Todo esto confluye, ella también hizo un proceso.
Hoy está serena, pero con esperanza. De alguna forma asistiendo a otras compañeras de allí que la rodean. Como es una de las que tiene más antigüedad, ante cualquier duda la consultan. Días pasados me decía “yo no sé qué voy a estudiar: para ser abogada o psicóloga; porque también soy consejera acá”.
¡Cómo uno va tratando de mitigar el dolor ayudando al otro! Esto tendría que ser imitado por la sociedad, pero a veces nos encontramos con algunos sectores totalmente reaccionarios que lo único que hacen es lapidar y condenar fríamente sin ponerse en la piel del otro, sin buscar comprenderlo.
La Romina que fue y que es se hace presente ayudando a las personas y muy pronto va a ser la madrina de un niño de un poco más de un año. Ella trata de contener a la madre y a la criatura. A la madre le llegó en diciembre la sentencia de 15 años, fueron momentos muy difíciles y Romina la acompaña, cuida al niño cuando está en crisis…
Es acá una gran demostración para algunos que se arrogan como defensores de la vida, pero lo que saben es destruir. Siempre recuerdo a la fiscal que tan duramente la juzgó y decía más o menos que era un monstruo. Hay muchas chicas que están por infanticio y que pasaron por la misma situación.

-¿Cómo es vivir en el penal?
-Nos duele ver que las cárceles siguen estando dirigidas como modelo de castigo, de opresión. Casos como el de Romina sólo encuentran más tormento y dolor al que ya tienen. La única vía de escape es el suicidio. Llama la atención los actos que se fueron produciendo donde muchos internos han intentado suicidarse a modo de réplica.
Esta institución carcelaria no está atendiendo, conteniendo; todo lo contrario. Sorprende cuán desprovistos están estos lugares, por ende no brindan oportunidades a las personas que están allí. Entonces te encontrás con chicos totalmente descuidados, donde el sistema de salud y de educación no funcionan correctamente.
Vamos a ver qué pasa con Romina. Este camino lo está haciendo con otros. Necesitamos una sociedad que le tienda los brazos al otro, no estos sectores que lo único que hacen es condenar y lapidarlo. No nos quejemos que la muerte siga siendo la constante, cuando no hicimos nada para crear vida, para crear esperanza.