Los éxitos de la colecta están relacionados a una correcta articulación, primero con el cierre de la campaña por el voto bronca, que fue desigual; y luego, con llevar el balance electoral del Comité Central, enfrentando así la política K y de la oposición derechizada, de ganar tiempo con el diálogo para ir descargando la crisis sobre la clase obrera y el pueblo, que fue más homogénea.
La colecta la hicimos al calor de triunfos obreros como el de petroquímicos de Bahía Blanca y azucareros de Salta, de las marchas metalúrgicas que marcaron a fuego la dirección de la UOM. De la heroica marcha de los campesinos pobres, originarios y desocupados sobre Resistencia. De las marchas y acampes contra el hambre de los desocupados y jubilados, y las luchas populares por paliar los efectos de la epidemia de gripe A.
La necesidad de adecuarse a la situación de la epidemia, obligó a postergar varias iniciativas de masas, y a alargar la colecta hasta estos primeros días de agosto.
En las fábricas, unimos las actividades con volantes y alcancías en la puerta, o rifas donde hay condiciones, con un esfuerzo por incrementar las entrevistas individuales y en las casas. También se han realizado diversas charlas, asados, cenas, con grupos de amigos de pequeñas empresas, profesionales y otros sectores de capas medias.
Las actividades barriales, locros, bingos, fiestas juveniles, son las que más se resintieron o postergaron con la gripe. Las cifras del termómetro reflejarán las disparidades y el grado de éxito final. Es muy importante hacer un balance minucioso de los éxitos y las dificultades, para fortalecer el trabajo financiero permanente del Partido, ya que se abre un período en que nuestras responsabilidades políticas se elevarán.
En lo inmediato nos ayudará concentrar el esfuerzo en rastrillar hasta el último peso comprometido y girar los porcentajes que corresponden al Comité Central.
02 de octubre de 2010
