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13 de agosto de 2014

La 11ª Conferencia se realizó con la participación de 20 organizaciones y partidos, y recibió saludos de partidos que no pudieron participar por falta de visa o por la situación de sus países.

11ª Conferencia Internacional

Organizaciones Marxistas–Leninistas y Pensamiento de Mao Tsetung

Los partidos y organizaciones participantes fueron: Organización ML (OML)  de Afganistán; Partido Comunista Revolucionario (PCR) de Argentina; Partido Comunista de Bangladesh; Organización Revolucionaria (RO) de Congo; Partido Marxista- Leninista (MLPD) de Alemania; Partido Comunista –Maoísta (PCC-M) de Colombia; Organización Comunista-ML, Vía Proletaria de Francia; Partido Comunista (CPP) de Filipinas; Partido Comunista ML (CPI-ML) de India; Partido Ranjbarán (PR)  de Irán; Organización Comunista (KOL)  de Luxemburgo; Grupo ML (GML/ Amanecer Rojo)  de Holanda; Organización Línea Proletaria ML  (OLP ML)  de Marruecos; Partido Comunista (Mashal)-NCP, de Nepal; Partido Comunista ML (PC ML) de Perú; Partido Comunista ML (TKP/ML)  de Turquía; Partido Bolchevique de Kurdistán del Norte-Turquía, (BP NK-T); Partido Comunista Revolucionario (PCR) del Uruguay; Grupo Ray O. Light (ROL)  de USA; Partido Comunista ML (PC ML)  de Sudáfrica.
Se recibieron, entre otros, saludos del Partido Paraguay Pyahura y del Partido Maoísta de Rusia.
Se presentó un análisis de cada uno de los países, donde se expresan de diferente manera las características de la actual crisis del sistema capitalista imperialista, y las respuestas de la clase obrera y los pueblos oprimidos a ésta. Este intercambio permite conocer lo que los grandes medios de comunicación de masas ocultan, especialmente todas las expresiones de lucha y resistencia.
En un debate democrático y basado en el consenso se acordaron resoluciones sobre:
1) El desarrollo de la crisis económica capitalista mundial y los desafíos actuales al movimiento marxista-leninista y obrero internacional para una estrategia y táctica revolucionarias.
2) La cuestión ambiental y las tareas de los marxistas-leninistas.
3) Las tareas de los marxistas-leninistas en la lucha por la liberación de la mujer y el proceso de la Conferencia Mundial de Mujeres de Base y el movimiento internacional de mujeres.
 
Resoluciones de solidaridad
Afganistán: Desde hace casi trece largos años el imperialismo mundial, bajo la dirección de los Estados Unidos de América, derrama la sangre del pueblo oprimido de Afganistán, so pretexto de luchar contra el terrorismo y construir una democracia, causando innumerables víctimas día a día.
En coincidencia con la línea directriz del leninismo, las fuerzas revolucionarias del mundo, y los comunistas en particular, deberían dar al pueblo afgano un apoyo en todo aspecto, en su lucha contra los imperialistas y los invasores de los respectivos países. Deberían considerar este amplio apoyo a la lucha del pueblo afgano por la liberación nacional, como parte de los planes y programas de su propia lucha. Tropas invasoras  ¡Fuera de Afganistán!
También se resolvieron resoluciones de solidaridad con presos políticos en distintas partes del mundo. 
 
100 º aniversario de la Revolución Socialista de Octubre
La Conferencia Internacional de Partidos y Organizaciones Marxista-Leninistas realizará actividades con motivo del 100 º aniversario de la Revolución de Octubre, de Rusia, en 2017.
 
Algunos puntos de la Resolución Nº 1
Continúa desarrollándose la más larga y profunda crisis económica y financiera mundial después de la Segunda Guerra Mundial. Hay que tener en cuenta los cambios en las relaciones de poder imperialista a escala mundial para la estrategia y táctica revolucionaria.
El eje de la economía mundial se desplazó de Europa/EEUU a Asia.
Se agudiza la disputa entre los distintos sectores monopolistas en las diferentes potencias imperialistas por quien surge en mejores condiciones de la prolongada crisis económica mundial. Esto ocurre tanto en el plano interno de los países como en el plano internacional y se manifiesta también en crisis políticas.
La sobre-acumulación crónica de capital produce nuevas burbujas especulativas, características del modo de producción capitalista.
Se acelera el desarrollo desigual de los países capitalistas.
 Tanto en los países imperialistas como en los países oprimidos ha aumentado la superexplotación de la clase obrera, la pobreza, el desempleo, especialmente en los jóvenes, las mujeres y los migrantes, y los recortes de presupuesto en salud, educación y bienestar social que incrementaron los sufrimientos de las grandes masas populares. Se ha agudizado la doble explotación de la masa de las mujeres, tanto como la opresión específica de la mujer. 
La crisis provoca una agudización de las contradicciones entre los países imperialistas de las cuales son ejemplo Libia, Siria y Ucrania, también las intervenciones imperialistas directas como la de Francia en Mali (con el apoyo logístico decisivo de EEUU) para garantizarse el control de materia primas. Esta situación crea inestabilidad política. 
China imperialista desafía seriamente -económica y políticamente- a los EEUU en la lucha interimperialista por la hegemonía mundial.
Rusia está recuperándose e intenta desarrollar su influencia. China desarrolla su influencia económica y política en Latinoamérica y África. EEUU persigue una política agresiva para no perder su autoridad, tal como en Afganistán, Irak, Libia, Siria, etc. La UE acompaña a EEUU en esta agresión.
Las contradicciones entre EEUU, fuerzas reaccionarias regionales y China se agudizarán y se ampliarán incluyendo a Rusia.
En el mundo entero se desarrollan importantes luchas obreras y populares. Las luchas contra la descarga de la crisis en las espaldas de la clase obrera y de los pueblos se transforman en luchas políticas contra los gobiernos y los estados ejecutores de las políticas de ajuste, como en Brasil, Colombia, Uruguay, Argentina, Grecia, Bulgaria, Bosnia Herzegovina, Sudáfrica, países asiáticos como Bangladesh, etc.
Se desarrollan luchas más allá de las fronteras nacionales contra organismos imperialistas como el FMI, UE, el Banco Mundial, OMC. 
 La ofensiva contra los trabajadores va acompañada de leyes represivas. Leyes antiterroristas, fascistización del aparato estatal, surgimiento de organizaciones racistas, xenófobas y fascistas. Las clases dominantes promueven campañas de propaganda tendientes a que se acepten las condiciones de superexplotación en función de mantener las fuentes de trabajo. Se promueve el anticomunismo moderno.