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03 de octubre de 2010

Durante el Encuentro de pueblos y naciones originarias realizado en Rosario el 23 y 24 de junio, entrevistamos a Daniel, un joven qom.

Los jóvenes qom del Chaco

–¿Cuál es la situación de los jóvenes qom del Chaco?
–En las comunidades han aprendido muchas cosas con estas luchas. Los tobas del Chaco han comenzado a tener más orientación, a tomar las cosas en sus manos.
En el área de la juventud han decidido tomar su propia problemática. Juntarse más. Aprovechar los lugares de encuentro, como los picaditos de fútbol. Los encuentros de los fines de semana entre amigos. Ahí se delibera sobre la situación de la juventud. Es común que las comunidades tengan una canchita de fútbol. Ahí se juntan los obreros rurales, los que trabajan su propia tierra, los compañeros changarines, los que en la semana se van a trabajar a otro lado. Las chicas se organizan con las hermanas mayores, que son protagonistas importantes de esta lucha que se viene dando.
En el Chaco se viene transitando por un camino de lucha desde hace tiempo, en medio de las adversidades, superando los años electorales. Hay un espíritu ferviente de lucha. Con dificultades por la propaganda que vende que todo está bien, que se va por un camino de solución. No ha bajado el ánimo de seguir luchando de las comunidades. Siguen de pie.

–Contanos de sus problemas en el campo y en la ciudad.
–Como comunidades de originarios rurales la gran preocupación es el tema tierra. Uno sabe, porque creció en el campo, sus padres y sus abuelos crecieron en el campo, que la tierra es el futuro, es el trabajo genuino, el salario, el pan diario.
El origen de una falta de educación, de la deserción escolar tiene que ver con una desatención del Estado hacia los mayores que trabajan para que sus hijos puedan acceder a un estudio digno, una buena salud, una buena alimentación.
De ahí parte la discusión de seguir luchando por la tierra, por la dignidad. La comunidad crece, los jóvenes se independizan, y el problema se agudiza. Al no tener un espacio para seguir creciendo, la comunidad se apila. Al no haber un impulso del Estado, una iniciativa, que ayude a que las comunidades se arraiguen en sus territorios, hace que muchos tengan que emigrar a zonas urbanas, donde se encuentran con una doble opresión.
Ya no padecés solamente el hambre y la deserción escolar. Padecés la inseguridad, la drogadicción, el afano, el alcoholismo. La juventud en el campo tiene claro esto y no está resignada. Sigue luchando para conseguir tierra, poder acceder a un estudio, algunos optan por quedarse a trabajar la tierra a la par de los viejos y conseguir más tierra. Saben que van a ser padres y van a ser abuelos, que van a tener una generación atrás de ellos que va a padecer la misma situación de ellos si no se ponen de pie a luchar.

–Además del problema de la tierra, ¿han definido puntos específicos para los jóvenes del campo?
–Nos falta elaborar un poco más, estamos cosechando experiencias de otros lugares, como la de los hermanos campesinos del Paraguay. No hay un programa específico trazado. Siempre la juventud está dispuesta a la lucha, y al calor de ella vamos tomando cuestiones concretas, partiendo de que la tierra es el trabajo.
Es una zona rural donde no hay escuelas secundarias, los centros de salud no funcionan como deberían. Eso hace que los chicos no se arraiguen como quisieran. Quien tiene el alcance de financiar el estudio en una escuela secundaria en un pueblo, lo hace, pero son los menos.
La juventud ha sido desde el principio el baluarte de las luchas. Más allá de que se ha hecho un trabajo impresionante del sistema para sofocar su bronca, se ha podido avanzar en muchos lugares. Crece más la bronca. Es una costilla floja la juventud para este gobierno. No sólo el nacional, el provincial también, porque para los jóvenes, nada. De la tierra, no hablemos.
Ante esta situación los jóvenes tomamos los problemas de la tierra y los de la juventud en nuestras manos y tratamos de encender un mechero, abarcar muchos lugares, para que nos pongamos de pie en conjunto. Por eso es buena la iniciativa de este Encuentro para llevarnos las experiencias de otros lugares y contar la nuestra, y llevarnos una fecha para pelear en forma conjunta. No hay otra que el problema de la juventud lo tome la juventud en sus manos.