Según el Departamento de Trabajo de Estados Unidos, en mayo la desocupación en ese país aumentó a 9,1 por ciento: unos 14 millones de personas. Significa que casi uno de cada 10 integrantes de la “población económicamente activa” estadounidense no tiene trabajo.
Según el Departamento de Trabajo de Estados Unidos, en mayo la desocupación en ese país aumentó a 9,1 por ciento: unos 14 millones de personas. Significa que casi uno de cada 10 integrantes de la “población económicamente activa” estadounidense no tiene trabajo.
Pese a que todas las semanas se publican declaraciones de banqueros, industriales, economistas y funcionarios sobre una supuesta reactivación tras la fuerte crisis iniciada con el estallido de las quiebras hipotecarias en 2008, la tremenda cifra muestra que la crisis sigue en pie, y que los bancos y empresas que se “reactivan” lo hacen sobre la base del billonario “rescate” estatal y sin contratar nuevos trabajadores.
Sólo en mayo los gobiernos estaduales y municipales despidieron a 28.000 empleados, la mayor cifra desde noviembre pasado. Casi 18 mil de esos despidos fueron en el sector de la enseñanza.
Desde septiembre de 2008, como parte del “ajuste” con que la burguesía monopolista yanqui descarga la crisis sobre el pueblo, las ciudades y condados norteamericanos eliminaron 446.000 puestos de trabajo.
Pese a las grandes movilizaciones de estudiantes, obreros, empleados estatales y vecinos realizados en estados como Wisconsin, las empresas, municipios y el propio gobierno de Barack Obama están decididos a los sectores populares sean los que paguen la crisis que no generaron: el presupuesto recientemente aprobado aumentó las partidas para sostener las invasiones en Iraq y Afganistán, incluye lo que Obama llamó “dolorosos recortes” en áreas como la salud y la educación públicas.
Es decir: seguirán los despidos estatales y patronales, a menos que “indignados” locales les tuerzan el brazo.