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21 de octubre de 2015

1919: Huelgas en el campo pampeano

Crónicas proletarias

 La intensidad de la oleada de luchas de 1919 fue mucho más allá de los hechos de la Semana de Enero en la Capital Federal, y se extendió por todo el país. En La Pampa, por aquel entonces territorio nacional, se multiplicaban los conflictos.

 La intensidad de la oleada de luchas de 1919 fue mucho más allá de los hechos de la Semana de Enero en la Capital Federal, y se extendió por todo el país. En La Pampa, por aquel entonces territorio nacional, se multiplicaban los conflictos.
Si bien escapa a lo específico de estas columnas, debemos mencionar las luchas del gran aliado del proletariado, el campesinado. Se desarrollaba un conflicto de los pequeños campesinos nucleados en la Liga Agraria. En un manifiesto donde decían representar a 7.000 agricultores, denunciaron que los problemas en el campo derivaban de la “monopolización parasitaria de la tierra”, y reclamaban una reforma legislativa con cinco puntos: arrendamiento por cinco años, renovable por otros cuatro; inembargabilidad de los útiles de trabajo, caballos, semilla y alimentación; compensación por las mejoras; nacionalización del seguro, y anulación de toda cláusula contractual que obligara a restringir la producción. 
Si bien en mayo del 19 un sector de los propietarios cedió a los reclamos, desde el gobierno se mandó a la policía a reprimir. Un sector radical acusaba a los líderes de la Liga Agraria de “maximalistas”, y en nombre de la Ley de defensa social –en particular del artículo 25, que penaba con hasta tres años de prisión a los que “por medio de insultos, amenazas o violencia intentase inducir a una persona a tomar parte de una huelga o boicot”- muchos militantes fueron encarcelados, algunos con penas de dos años.
Ese mismo 1919 se desarrollaron luchas de los hachadores, hacheros o leñadores, que trabajaban en los montes del caldén proveyendo de maderas para los ferrocarriles, y en el desmonte de tierras para otros usos. Las condiciones de trabajo eran terribles, alojados en taperas y continuamente estafados por los propietarios de los obrajes, que tenían el sistema de proveedurías en el cual los obreros estaban obligados a adquirir las pocas mercancías a las que podían acceder con los vales provistos por el obraje. 
Un pliego de hachadores de Conhelo y Guatraché reclamaba que no se les descuenten las herramientas del pago, y que “el agua será suministrada exenta de pago”. En 1919 las huelgas de hachadores continuaron, incluso con enfrentamientos armados con la policía. Estos trabajadores peleaban por un mejor pago de la leña, y por un trato “más humano” por parte de los capataces y administradores. En la localidad de Anzoátegui hubo incluso acciones de sabotaje y la policía, con engaños, llevó a los dirigentes de la huelga a un tren en el que fueron trasladados a Santa Rosa, apresados.  n