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01 de abril de 2021

Declaración del Movimiento de Naciones y Pueblos Originarios en Lucha

2/4. A 39 años de la recuperación de las Islas Malvinas

Las naciones y pueblos originarios que habitamos este país, consideramos que la Recuperación de Malvinas fue un hecho justo, y esto dio paso a una guerra justa, porque la Argentina que es un país oprimido por distintas potencias tiene además una parte de su territorio ocupado por el colonialismo inglés.

Esa opresión sobre la nación argentina y sobre todas las naciones y pueblos originarios que habitamos este suelo, siempre estuvo enlazada en sociedad con terratenientes y grandes burgueses intermediarios, que hegemonizan a las clases dominantes y controlan lo fundamental del Estado argentino, que nos oprime.

La guerra que nos declarara una potencia como Gran Bretaña y sus aliados de la OTAN, cambió, como en otros momentos de la historia, a quién debíamos enfrentar en esa encrucijada.

Que en ese momento gobernara una dictadura, no nos pudo nublar el pensamiento como para no entender la justicia de esta causa.  En primer lugar, porque es un territorio originario, en el que habitamos miles de años previamente a la existencia de la opresión española y luego de la creación de las Provincias Unidas del Río de la Plata.  Ya habíamos enfrentado al Imperio español desde el 1500, también a Magallanes y a su sucesor en San Julián. Dio cuenta de esto el tratado de Quilín en 1643 que nos dio legitimidad y legalidad en el Derecho Internacional.

Hay un antecedente fundamental con la reunión en 1823 de la Cacique General Aoniken de toda la Patagonia, conocida como María la Grande o la Reina María, con Vernet en lo que hoy se denomina Península Valdés.  Como así también el posterior viaje de la gobernanta de la Patagonia durante 15 días a Malvinas, con el representante de las Provincias Unidas donde legitima la posesión de ese territorio al gobierno Originario.

Por lo tanto, cuando el Imperio inglés usurpa las Islas en 1833, no solo es un acto ilegal contra las Provincias Unidas del Río de la Plata, sino y principalmente contra las naciones Originarias que teníamos en nuestras manos el tratado de Quilín, con el reino de España.

El Imperio inglés sabía muy bien lo que significaba la invasión de estas tierras, de lo que hoy es Argentina, ya en 1806 y 1807. En esos acontecimientos el gran lonko Rankulche Carripilun movilizó alrededor de 3000 lanzas que rodearon Buenos Aires, en cumplimiento del tratado que se había firmado con el gobernador del Virreinato en Córdoba, Marqués de Sobremonte por orden del Virrey, después de su derrota frente a la Nación Rankulche. Un ejército que fue decisivo en la estrategia para derrotar humillantemente a los ingleses.

Por eso nuestro pensamiento no se extravió, al tener que cambiar de enemigo principal a partir del 2 de abril en lo que consideramos una causa justa. Esto no es un problema sencillo ni nuevo.  En 1810 tuvimos que decidir unir fuerzas contra el imperio español, en el ejército del Norte, y lo hicimos dando pruebas irrefutables en Jujuy, Salta, Tucumán y el Alto Perú, de nuestra posición en la guerra justa contra el Imperio español. Por lo que acordamos con San Martín, O’Higgins para liberar a Chile y nuestro territorio, luego Perú. Dimos pruebas cuando tuvimos que decidir si enfrentábamos al Imperio de Brasil que nos invadía y lo hicimos activamente en 1827 derrotándolos en el Combate del Cerro de la Caballada en Carmen de Patagones.

También en 1860 tuvimos que decidir si participábamos de la guerra de la Triple Alianza contra la Nación paraguaya, y no lo hicimos. Ninguna de las cuatro grandes Confederaciones Originarias aportó un solo guerrero a esa guerra injusta.  Solo un puñado de traidores se sumó a Mitre. Por el contrario, libramos muchas batallas contra ese ejército argentino que estaba embarcado en una guerra desigual e injusta contra la Nación hermana de Paraguay.

Fuimos parte y fundadores de la Fortaleza Protectora Argentina en Bahía Blanca con el liderazgo de Cacique Venancio Coñoepan, para preparar la resistencia a Brasil. Esta fue una guerra justa y allí estuvimos.

En cambio, cuando las dictaduras de Videla en Argentina y de Pinochet en Chile se preparaban para una guerra injusta y fratricida entre ambos países, nuestros pueblos sufrieron mucho esos preparativos, con deportaciones y humillaciones, sin embargo, no nos confundimos y aún con la represión organizamos, incluso, con iglesias evangélicas, sectores de la iglesia católica, una resistencia muy fuerte a la posibilidad de que se diera esa guerra en 1978, y se logró pararla.

Hoy decimos, el 2 de abril moviliza nuestros pensamientos y nuestros corazones, se hace presente la enorme valentía de nuestros soldados, suboficiales y una gran parte de oficiales, y heroicas mujeres enfermeras de las tres armas que pusieron todo para librar la guerra. 649 quedaron en Malvinas y en el mar, de los cuales 365 eran hermanos originarios, de distintas naciones y pueblos, Kollas, Qom, Wichi, Mapuches, Guaraníes. Esa sangre derramada será homenajeada, recordada para siempre junto a María la Grande y al gaucho Rivero. Solo serán borrados de la historia los oficiales indignos y cobardes que en Malvinas se borraron.

Este 2 de abril para las Naciones y Pueblos Originarios tiene un doble significado, pues estamos junto a amplios sectores del pueblo argentino peleando por la soberanía, frente al saqueo de nuestros recursos y la producción, que sangra por las barrancas del Río Paraná y la llamada Hidrovía.

Queremos que se termine con la entrega que hizo Menem, con las privatizaciones y las concesiones,  por eso hoy, con el vencimiento de la concesión de quienes tienen su control, debemos recuperar el Paraná.

La entrega fue profundizada especialmente en los cuatro años de gobierno de Macri, amigo del pirata inglés Lewis, que tiene cientos de miles de hectáreas en la Patagonia.

Con Macri, los terratenientes y grandes monopolios amasaron enormes fortunas, empujando a miles de hermanos originarios al hambre y la expulsión de nuestras tierras. Durante su gobierno se profundizó la dependencia, con el crecimiento de la deuda externa, con el préstamo del FMI, de 55.000 millones de dólares utilizados para fugar capitales, la deuda se torna impagable y es utilizada para chantajearnos y oprimirnos aún más.

Queremos como dijo el presidente Alberto Fernández, que primero vuelva el control al Estado argentino. Como lo dijimos en el acto de Rosario, para los originarios ese territorio ha sido fuente de vida durante siglos y milenios.

Ya nuestro hermano Andrés Guaycurari, desde la Liga de los Pueblos Libres que inclusive declararon el 29 de junio de 1815 la independencia del rey de España, todas las provincias ribereñas del Paraná, por lo tanto, hoy no es un problema más, la soberanía sobre el Paraná es una causa justa al igual que la recuperación de Malvinas.

Hoy la discusión es clara, o este país controla los ríos y puertos y lo que sale y entra, o lo hacen los que nos roban a todos, sabemos que este estado opresor de este país dependiente del imperialismo, opresor de las naciones originarias, no es garantía en su control. Pero no equivocamos el lugar donde debemos estar las naciones y pueblos originarios, junto a los trabajadores y el pueblo de la Nación argentina, exigiendo se derogue el decreto 949/20 y nos unamos todos por una hidrovía, sociedad del estado, que controle todo, donde los pueblos originarios seamos parte con consulta previa, libre, informada y vinculante, en acuerdo a nuestros derechos Constitucionales.

Antieco Simón, Millapi Oscar, Quilahueque Isaías, Guanca Patricio Curima José, Vilca Condori, Farfán, Chaile, Lamas….

En ellos nombramos a los 649, caídos en Malvinas.

Gloria eterna a nuestros héroes de Malvinas

Por todos los hermanos caídos ¡ Presente! ¡Ahora y Siempre!

 

Movimiento de Naciones y Pueblos Originarios en Lucha