La charla contó con la presencia de más de 150 personas, entre ellas muchos compañeros de lucha de estos 20 años de la CEPA, no sólo de Capital Federal sino también de La Plata, Rosario, Patagonia, Chaco y Mendoza, entre otros. Además, Gustavo Carrizo del Partido Proyecto Sur y Gustavo Funes y Martín Bustamante del PCR-PTP. En la introducción se realizó un minuto de aplauso en homenaje a Patricia Tosi, a Kosteki y Santillán (en esos días se cumplían nuevos aniversarios de los asesinatos de los tres), y a Mártires López. En los relatos, se recordó el papel y los aportes fundamentales de Norma Nassif, “Normita”, en los orígenes y desarrollo de la corriente.
Por la universidad del pueblo liberado
Santiago Slonimsqui, primer coordinador nacional de la CEPA (1991-1998), comenzó planteando que “cuando decidimos fundar la CEPA teníamos un escenario muy complejo. En el ‘89 fue la caída del Muro y en el ‘91, la Guerra del Golfo. En el ‘91 también, Menem ya había dado vuelta el programa, fundamentaba que habían muerto las ideologías y se lanzaba con todo a las privatizaciones.
“Nosotros en ese momento dijimos: ‘acá hay una historia, tenemos que tomar lo mejor de los ‘60 y los ‘70, por ejemplo el CNC de la FUA del año ‘68 donde se plantea la consigna de la Universidad del Pueblo Liberado’. Consigna que incluye, como planteó muchas veces Jorge Rocha, una concepción sobre qué tipo de Universidad es ésta, como parte del aparato y la maquinaria estatal. Porque si no enfrentamos y derrotamos a este Estado que sostiene esta Universidad es imposible una Universidad que permita el acceso de los hijos de obreros y campesinos.
“También tomamos el concepto de ‘capa estudiantil’, para entender qué es el estudiantado en una sociedad como la nuestra, y cómo la gran mayoría del movimiento estudiantil es posible de ganar en un país dependiente como el nuestro, para el proceso liberador, para la revolución.
“A partir de estas dos cuestiones nos planteamos ¿cómo hacemos para crear un instrumento que nos sirva para abordar a la masa estudiantil? Y esa definición está en el nombre: cuando nosotros decimos ‘Popular y Antiimperialista’, en realidad estamos definiendo qué corriente en la masa pensamos que hay que poner en movimiento para poder ganar a la mayoría y que sea parte de un torrente obrero y popular en la Argentina, condición sin la cual es imposible que el proceso liberador avance.
“Con el Santiagueñazo y el levantamiento de Chiapas en el ‘93-‘94 las cosas empezaron a cambiar. Nosotros en el ‘91 creamos un instrumento que nos permitió llegar al ‘93, a ese momento donde se ponen las cosas en marcha, empalmando con esa corriente y ayudando a que se desarrollara en todos lados. Teníamos desde ya compañeros como Norma Nassif, que a nosotros nos ayudaron a ver este fenómeno de que había una corriente en la masas, más allá de si estaba organizada o no, que había que poner en movimiento.”
A partir de esto, Santiago desarrolló el proceso que llevó a la primera Marcha Federal en 1994 y la lucha contra la Ley de Educación Superior menemista en el ‘95. Cerró diciendo que “hoy esos proyectos de dependencia que expresan el kirchnerismo con un signo y el conjunto de la reacción hay que enfrentarlos, y para eso hay que crear las condiciones, la mística y la política para ganar a la mayoría. Y para eso hay que ganar a la corriente más avanzada, si no te la gana otro”.
La cepa estudiantil es parte del pueblo
Guillermo Rocha, coordinador de La Corriente CEPA de la UBA en 1994-2000, arrancó haciendo mención a otros compañeros que estuvieron entre los fundadores de la CEPA, entre ellos “el compañero Giussi en La Plata, los mellizos Paillole en Santa Fe, y después el Flaco Roberto en Patagonia”.
Luego planteó que: “la CEPA tiene un carácter: la capa estudiantil es parte del pueblo, en una sociedad dividida entre el pueblo y los enemigos del pueblo. Ubicamos al estudiantado en esa polaridad. Es un enfoque político del estudiantado. Otro punto es el tema del camino. El nuestro es a partir de la lucha, desde el desborde de lo institucional, desde el protagonismo de masas y con un método que es la línea de masas.
“Desde este enfoque político podemos pensar la lucha del ‘95 y la toma de Exactas, que detonó la gran pelea contra la Ley de Educación Superior. La toma arrancó contra un recorte del 2% de la Secretaría de Deporte. Evidentemente, no fue sólo ése el problema. Fue un estudiantado que dijo: ‘Menem va a ser reelecto, si las autoridades ya vienen así autoajustando, después de que gane Menem van a seguir y seguir’. Nosotros analizamos que había una necesidad política, que era dar un salto cualitativo en la lucha contra el menemismo. Vimos lo siguiente: ‘solo con las marchas no entusiasmamos, si queremos que sea de masas necesitamos una forma superadora y más hiriente’. El razonamiento reformista probablemente sería ‘si querés que vengan más tenés que moderarte’ y acá fue al revés: ‘si querés que vengan más tenés que hacer algo más pesado’. Fue un razonamiento partiendo de un análisis político.
“En este sentido viene el tercer elemento, además del carácter y el camino, que es el método: la línea de masas. El proceso liberador solo puede triunfar si es protagonizado por las masas, pero las masas sin dirección no pueden triunfar. La línea de masas es el método para resolver esa dialéctica ‘dirección – masas’. Y apuntar a dirigir las masas te lleva directo a la disputa y el esfuerzo por ganar la dirección de los organismos de masas que son los Centros de Estudiantes”. En relación a este punto, Santiago agregó que “nosotros siempre partimos de las necesidades de las masas, y a la vez un problema central de la línea de masas está en el golpe y el eje político en cada momento para que el movimiento pueda avanzar“.
A continuación, Guillermo reseñó cómo se fue generalizando la lucha contra la LES y el menemismo. Cómo Franja Morada, una vez desbordada, fue empujada a nacionalizar la lucha en el 95, lo que contribuyó a masificarla. Luego, cómo la CEPA, al calor de ese proceso, ganó los Centros de Estudiantes de Ingeniería y Exactas de la UBA. Para finalizar abordó la realización de la segunda Marcha Federal y las puebladas del ’97, y la disputa por el movimiento estudiantil al constituirse la Alianza.
Para concluir planteó que “nosotros partimos de las necesidades de las masas, hacemos un análisis del cuadro de situación política, tratamos de aprovechar todo lo aprovechable, todo con una perspectiva política de poder, hacia la liberación nacional y social. Con esa cabeza política, pensamos, proponemos e impulsamos las medidas e iniciativas. Porque quizá una medida es una desproporción en cuanto a por ejemplo un recorte de la Secretaría de Deporte, pero mirado en el contexto político es la acertada, como en el 95, donde se abrió un proceso que impidió el arancelamiento de la Universidad durante años”.
Sobre el final, intervinieron también Rodolfo Kempf y Guillermo Caporaletti, coordinadores nacionales de la CEPA en 1999-2003 y 2004-2009 respectivamente.
Rodolfo recordó la disputa por la masa estudiantil una vez constituida la Alianza. Ya con De la Rúa en el gobierno, “gran parte del período consistió en batallar contra la idea muy arraigada durante el menemismo de la ‘comunidad universitaria’, con rectores y decanos no parados ya para ‘defender la educación pública’ sino para garantizar la aplicación de le LES. Y con la FUA apuntalando a esos decanos y rectores”. En este marco comentó cómo se abrió un nuevo momento en la disputa por el movimiento estudiantil con Franja Morada, acentuado cuando sectores de ésta aparecieron vinculados a malversación de planes sociales y mientras más se avecinaba la caída de De la Rúa.
Guillermo Caporaletti señaló el proceso por el cual “la Franja se derrumbó, en particular en la UBA, aunque siguió siendo la primer fuerza a nivel nacional”. También cómo “la crisis política que se generó con el Argentinazo tuvo su reflejo en la Universidad y también el cuestionamiento de las instituciones de cogobierno tema que hasta hoy preocupa a Cristina”. Por último planteó algunos elementos sobre la disputa con el gobierno de los Kirchner en estos años, en particular en torno al tema presupuestario y la Coneau.
La charla cerró con gran entusiasmo de todos los presentes y con el compromiso de concretar nuevas iniciativas de cara al Plenario Nacional a realizarse próximamente en Capital Federal.