Para recordar a nuestras mujeres de Malvinas debemos retrotraernos a la historia.
La conquista de nuestra independencia fue un largo camino, construido a lo largo y ancho de toda América Latina de luchas por la igualdad de los pueblos, la participación democrática y la soberanía política.
Los ideales de libertad fueron la guía que nos conduce hasta hoy en la defensa de esas conquistas, fortaleciendo nuestra historia y nuestro presente marcando nuestro rumbo a futuro.
En este camino no podemos dejar de resaltar la importancia de las mujeres que también fueron parte en la lucha por nuestra independencia imprimiendo perspectiva de género en cada capítulo de nuestra historia.
Ellas desde su templanza, compromiso y valor patriótico van revelando sus nombres, visibilizadas por su reconocimiento en ejércitos y luchas populares, valientes, peleando a la par de militares y políticos, enfrentando al machismo y a los mandatos sociales convencionales de la época.
Nos referimos a María Remedios del Valle; Macacha Guemes; Juana Azurduy; Manuela Pedraza y tantas otras que son Historia y referencia para la construcción de una patria más justa, libre, igualitaria y soberana.
Hoy son estas mujeres de Malvinas verdaderas heroínas invisibilizadas, enfermeras; instrumentistas quirúrgicas que se dedicaron a la atención de los heridos y al apoyo y vínculo emocional de los soldados heridos; también radio operadoras algunas a bordo del rompehielos «Almirante Irizar». Muchas prestando servicio en Centros militares dando batalla sin portar armas.
40 años atrás no dudaron en colaborar en defensa de la soberanía sobre nuestras Malvinas y se convirtieron en guerreras en un tiempo en el que las mujeres no integraban las filas de las Fuerzas Armadas. Allí debieron combatir contra el clima, la tensión bélica y un enemigo invisible que aún hoy causa estragos y es la Violencia de género.
Este grupo de mujeres colaboró en diferentes áreas, desde la logística que implicaba el conflicto hasta arriesgadas maniobras de rescate de soldados heridos sintiéndose muy orgullosas de pertenecer a esta Gesta Patria colaborando en la defensa de nuestra soberanía de las islas.
Si bien hoy las mujeres estamos ganando espacios gracias a la lucha del Movimiento de Mujeres en todo el país, hoy a 40 años continúa la lucha de las mujeres veteranas de Malvinas que esperan el reconocimiento por su tarea ya que quieren y necesitan ser escuchadas para que no terminen apartadas de la memoria colectiva. No deben seguir siendo silenciadas, merecen ser reconocidas socialmente.
Hoy el mundo está teñido de violeta, hoy somos las mujeres quienes le hacemos frente a este sistema patriarcal que tanto nos condena y que nos quieren por fuera de todo lugar de poder y autonomía.
Aprendemos de las guerreras de Malvinas como así también de las gigantescas experiencias revolucionarias para incorporar activamente a las mujeres en la lucha liberadora de nuestros pueblos para así avanzar en la liberación definitiva de las mujeres.
Las Malvinas fueron, son y serán nuestras.
Escribe Laura Hochberg