Raúl presidió el Centro de Estudiantes de Arquitectura en dos períodos consecutivos (1973-75) y, siendo secretario gremial de la FUC (Federación Universitaria de Córdoba), denunció los planes golpistas a fines de 1975. Era un impulsor y referente del Taller Total, experiencia única en la comunidad universitaria, que se prolongó durante cinco años y marcó un verdadero camino para la enseñanza superior, de entrelazar los aprendizajes del aula con la práctica concreta en los sectores más necesitados del pueblo.
Como se supo años después, Raúl fue llevado al centro clandestino de detención La Perla, donde fue asesinado a golpes.
En estos tiempos de tanto manoseo de la causa de los derechos humanos, y cuando se pretende imponer un “punto final biológico” de hecho, reafirmamos nuestro compromiso de seguir adelante con las banderas de lucha por las que Raúl Molina dio su vida, exigiendo el juicio y castigo a los culpables de su secuestro, y de los 30.000 detenidos desaparecidos.