Los 3.000 trabajadores de Terrabusi-Kraft con su Comisión Interna a la cabeza, hemos protagonizado una de las luchas más importantes en nuestra fábrica: fueron 45 días de lucha por aumento salarial y por la efectivización de los trabajadores temporarios y de agencias.
Fueron 5 semanas de quite de colaboración, un corte de la Panamericana, movilizaciones dentro de fábrica y un paro general de los tres turnos con permanencia. Hubo varias asambleas generales, donde miles de trabajadores fuimos los grandes protagonistas en medio de profundos debates. Así fuimos decidiendo democráticamente. Fue en esas asambleas donde resolvimos elegir delegados por sector para profundizar nuestra unidad y dar un salto en nuestra organización. Hacía mucho que no ocurría esto.
El aumento del costo de la vida que nos impuso el gobierno de Kirchner, se nos hizo insoportable. Cuando íbamos a un supermercado veíamos cómo nuestro salario se evaporaba. Mientras tanto, la empresa con el aval del gobierno, seguía batiendo récords de producción a costa de nuestra superexplotación. ¡Por eso nuestra lucha fue justa!
Esto ocurre en todas las fábricas de la alimentación. La dirección del sindicato hizo oídos sordos a nuestros reclamos en paritarias donde pedíamos un 30%. Y en medio de la Panamericana nos enteramos que Daer había firmado el 16,5% sin consultar a nadie. Ni hablar de la efectivización de los temporarios, si el mismo Daer fue quien firmó con las patronales este convenio basura. Por eso no quisieron firmar en el Ministerio de Trabajo nuestro reclamo contra los despidos.
Fue correcto haber unido la lucha por un salario justo, con la lucha por la efectivización de los compañeros contratados y de agencias. Dos reivindicaciones sentidas que nos unificó en toda la fábrica. Pero también hay que reconocer que ese fue el punto que intentó contraponer la patronal para dividirnos. Las presiones y las intrigas fueron muchas para romper nuestra unidad y quebrar nuestra firmeza en la lucha.
En el curso de los 45 días de lucha se produjo un cambio de la situación. Veníamos afectando la producción no haciendo extras, y cuando se profundiza la crisis energética la empresa ya no puede producir como antes y empieza a parar líneas de producción. Hoy lo vemos con nitidez, por las importantes líneas de producción paradas que hay.
Es en medio del cambio de esta situación que se convocó a asambleas generales para debatir cómo seguir. Fueron asambleas muy democráticas y masivas a la mañana y la noche. Pero lamentablemente no fue así a la tarde. La patronal, con amenazas y con la complicidad de algunos personeros del sindicato, lograron que muy pocos compañeros concurrieran a la asamblea. ¡Qué miedo le tienen a que los trabajadores nos unamos y decidamos democráticamente! Fue un error nuestro convocar a la asamblea en la mitad del horario de producción. Las amenazas y este error nos obligaron a discutir en los comedores, que no es lo que queríamos.
La gran mayoría de toda la fábrica acordó con la Interna que era conveniente levantar el quite, aceptar el aumento no remunerativo sobre el convenio, lo que lleva ese 16,5% al 31,5% de aumento, elegir los delegados por sector y reafirmar la defensa de todos los puestos de trabajo, para ir a una segunda vuelta en mejores condiciones.
Es un triunfo parcial por lo que le arrancamos a la empresa.
Sin embargo un gran número de compañeros, fundamentalmente jóvenes temporarios y de agencias que jugaron un gran papel para el triunfo, no acordaron y plantearon seguir. Cansados de recorrer fábricas donde los vienen traicionando y con confianza en la lucha, no vieron que se había producido un cambio de la situación con la crisis energética y que si seguíamos, la patronal y sus personeros nos podían dividir y fracturar. Cuando la garantía del triunfo estaba en la unidad de los 3.000 trabajadores para seguir la pelea en condiciones favorables para nosotros.
Este conflicto arrancó con casi 100 compañeros de agencias afuera y amenaza de más suspensiones. Ahora cerramos un acuerdo con todos adentro. Con un aumento que llega con las paritarias al 31,5% (insuficiente por los bajos salarios que tenemos), y la decisión de elegir delegados por sector. Al mismo tiempo, los compañeros efectivos deben reconocer que lo que conseguimos lo debemos en gran parte a la combatividad y rebeldía de estos jóvenes, que fueron claves en el corte de Panamericana y en toda la lucha. Y que nuestra fuerza estuvo en unir nuestro justo reclamo salarial con la defensa del puesto de trabajo de los compañeros temporarios y de agencias. Y los jóvenes tienen que reconocer que su lucha por la efectivización se potenció cuando se unieron con los compañeros efectivos.
Se demostró que era posible
Hoy tenemos una gran pulseada para avanzar en nuestra organización y recuperar nuestra unidad, que es garantizar los 30 delegados por sector y salirle al cruce de quienes se quieren montar en nuestra división para hacer pasar los despidos y salarios de hambre. El colmo es lo que hizo Daer, de “truchar” un acuerdo con la empresa, cuando nunca apareció por la fábrica ni se hizo cargo de los reclamos.
Se demostró que era posible recuperar el 30% en paritarias en el camino de la lucha por los $ 2.400 de básico, sobre la base de la unidad de los 3.000 trabajadores con esta Comisión Interna a la cabeza. También nos muestra que con esta dirección sindical traidora en manos de jerarcas empresarios, hoy procesados, no vamos a conseguir lo que necesitamos. Tenemos que seguir por este camino para recuperar nuestro sindicato, para poner nuestro gremio al servicio de sus verdaderos dueños: los trabajadores.
Felicitamos a todas las compañeras y compañeros de Terrabusi-Kraft por estas gloriosas jornadas que hemos vivido durante estos días. Y agradecemos a todos los que hicieron llegar su solidaridad: sindicatos, comisiones internas, organizaciones sociales, obreros de fila, etc., que ayudaron a la conquista de este triunfo parcial. Y llamamos a estar alertas ante cualquier maniobra de la empresa para dividirnos. Nos vamos a volver a plantar en defensa de los puestos de trabajo. Si tocan a uno nos tocan a todos.
¡Viva la justa lucha de los trabajadores de Terrabusi!