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29 de enero de 2020

Un artista al servicio del pueblo

Canciones y poemas de Rafael Amor

El 23 de enero se cumplió un mes del fallecimiento de Rafael Amor, un gran artista, un comunista revolucionario, que nos dejó a los 71 años. Reproducimos algunas de poesías y canciones, en las que reflejó los sufrimientos y alegrías del pueblo.

La madre de mayo (Ausencia)
Dejó los platos sin lavar,
se despidió con un beso sin hablar,
la vio cruzar la calle tras el vidrio,
correr para alcanzar el colectivo,
mientras él hacía miguitas con el pan
y alargaba los recuerdos con un vino.

Cerró los ojos y la vio,
linda como cuando la conoció
aquella tarde en el parque Retiro,
riendo con toda la juventud,
apretando el pochoclo y el rubor
y un sí para la cita del domingo.

La vio ponerse para él
toda la ternura que guarda una mujer,
la sensitiva, la eterna, la fragante flor
que aroma los desiertos y la fe,
que asombra de luz y sencillez
y conoció el milagro del amor.

La vio tejer un escarpín
más grande que el que muestra el figurín,
la vio reírse y destejer,
la vio agobiarse con su redondez,
parir y hasta la oyó cantar después
al hijo que acababa de nacer.
La vio las noches sin dormir,
si respira o no respira el chiquilín
o cuando tuvo la tos o el sarampión.
La intuyó rezando alguna vez,
siempre apuntalando su niñez,
dando siempre por él, el corazón.

La vio esperarlo,
rezongar a la llegada del baile, su primer trasnochar
y, después, tenerse que rendir
entre los brazos fuertes de aquel muchachón
que, con una burla y un beso, le robaba el perdón
y luego, amorosa, arroparlo al dormir.
La vio celosa combatir
cuando él trajo un beso diferente a los demás
y no se quiso enterar del nombre ni del rostro de aquella mujer
que a menudo llamaba preguntando por
él…
¡cuántas noches, cuántas, la sintió llorar!

Y después la resignación,
ella le dio un nieto y la llamó mamá.
La vida es casi siempre así.
La vio arrinconarse sin mostrar dolor
renunciando con tanto valor
con tal de que él fuera feliz.

El colectivo ya se va,
como todos los jueves hace años ya,
desde que de ellos no supieron más.
Con aquella foto linda donde están los tres
va a la Plaza de Mayo con aquel cartel
que dice: ¿Dónde están mis hijos?; ¿dónde están?

Corazón libre
Te han sitiado corazón y esperan tu renuncia,
los únicos vencidos corazón, son los que no luchan.
No los dejes corazón que maten la alegría,
remienda con un sueño corazón, tus alas malheridas.

No te entregues corazón libre, no te entregues.
No te entregues corazón libre, no te entregues.

Y recuerda corazón, la infancia sin fronteras,
el tacto de la vida corazón, carne de primaveras.
Se equivocan corazón, con frágiles cadenas,
más viento que raíces corazón, destrózalas y vuela.

No los oigas corazón, que sus voces no te aturdan,
serás cómplice y esclavo corazón, si es que los escuchas.

Adelante corazón, sin miedo a la derrota,
durar, no es estar vivo corazón, vivir es otra cosa.

 

No me llames extranjero
No me llames extranjero porque haya nacido lejos,
o porque tenga otro nombre la tierra de donde vengo.
No me llames extranjero porque fue distinto el seno
o porque acunó mi infancia otro idioma de los cuentos.
No me llames extranjero si en el amor de una madre
tuvimos la misma luz en el canto y en el beso
con que nos sueñan iguales las madres contra su pecho.

No me llames extranjero, ni pienses de dónde vengo,
mejor saber dónde vamos, adónde nos lleva el tiempo.
No me llames extranjero porque tu pan y tu fuego
calmen mi hambre y mi frío, y me cobije tu techo.
No me llames extranjero, tu trigo es como mi trigo,
tu mano como la mía, tu fuego como mi fuego,
y el hambre no avisa nunca, vive cambiando de dueño.

Y me llamas extranjero porque me trajo un camino,
porque nací en otro pueblo, porque conozco otros mares,
y un día zarpé de otro puerto,
si siempre quedan iguales en el adiós los pañuelos
y las pupilas borrosas de los que dejamos lejos,
y los amigos que nos nombran y son iguales los rezos
y el amor de la que sueña con el día del regreso.

No, no me llames extranjero, traemos el mismo grito,
el mismo cansancio viejo que viene arrastrando el hombre
desde el fondo de los tiempos, cuando no existían fronteras,
antes que vinieran ellos, los que dividen y matan,
los que roban, los que mienten, los que venden nuestros sueños,
ellos son, ellos son los que inventaron esta palabra: extranjero.

No me llames extranjero, que es una palabra triste,
que es una palabra helada, huele a olvido y a destierro.
No me llames extranjero, mira tu niño y el mío
cómo corren de la mano hasta el final del sendero,
no los llames extranjeros, ellos no saben de idiomas,
de límites, ni banderas, míralos, se van al cielo
por una risa paloma que los reúne en el vuelo.

No me llames extranjero, piensa en tu hermano y el mío,
el cuerpo lleno de balas besando de muerte el suelo,
ellos no eran extranjeros, se conocían de siempre
por la libertad eterna e igual de libres murieron.
No me llames extranjero, mírame bien a los ojos,
mucho más allá del odio, del egoísmo y el miedo,
y verás que soy un hombre, no puedo ser extranjero.

 

Olor a goma quemada
Olor a goma quemada, viene,
de los barrios de la hambruna.
Llama el bombo y el piquete,
corta la ruta.
Llamarada y humo negro, crecen,
y entre chispa y reverbero,
con perfiles de ceniza,
los piqueteros.
Una mujer piel y huesos, marcha
y en sus pechos consumidos,
va amamantando otro hambriento,
recién parido.
Para mi pueblo Argentino, salúd,
la libertad y el trabajo.
La dignidad de los libres del sur,
que tantas veces cantamos.
La dignidad de los libres del sur
que tantos han traicionado.
Yo en patas y hambreado
soy la violencia
y ellos armados hablan de paz…
Olor a goma quemada, temen,
que se chamusque la historia.
Dos cosas que les espantan,
pueblo y memoria.
Con un “meduele” de reuma, llegan,
hasta los hipermercados
a reclamar la comida,
los jubilados.
Y van al corte compadre, firmes,
frente a la gendarmería
y en las ollas populares
clama la vida.
Para mi pueblo Argentino, salúd,
la libertad y el trabajo.
La dignidad de los libres del sur,
que tantas veces cantamos.
La dignidad de los libres del sur
que tantos han traicionado.
Yo en patas y hambreado
soy la violencia
y ellos armados hablan de paz…

 

Hoy N° 1800 29/01/2020