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02 de octubre de 2010

Hoy 1331 / Violencia contra las mujeres

 En uno u otro lugar, de una forma u otra, las mujeres somos víctimas de violencia. La opresión que sufrimos se expresa en diferentes maneras (psicológica, económica, laboral, por medio de golpes, abuso sexual, explotación sexual) llegando a veces hasta la muerte.
Esta temática atravesó el heterogéneo movimiento de mujeres y con la lucha se lograron sanciones de leyes nacionales y provinciales que ordenan, por ejemplo, medidas cautelares inmediatas a fin de excluir del hogar al violento; ordenar restricciones, etc.
La presidenta Cristina Kirchner reglamentó el 19 de julio la Ley Nacional 26.485 de “Protección Integral para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra las Mujeres en los ámbitos en que desarrollen sus relaciones interpersonales”. En diferentes medios se difundió dicha reglamentación haciendo hincapié en las acciones que deberán llevarse a cabo a fin de proteger la salud física, psicológica, sexual y económica de las mujeres, pero no se menciona cuál será el presupuesto destinado para su implementación efectiva, ni de dónde saldrán estos fondos.
Son llamativas las declaraciones publicadas en un matutino quilmeño donde la presidenta del Consejo Nacional de las Mujeres, Lidia Mondelo, expresa que la Asignación Universal por hijo impacta decididamente en las mujeres en situación de violencia, ya que “esta medida les da la oportunidad a muchas mujeres de salir del círculo de la violencia en el que a veces se ven encerradas dentro del ámbito familiar o patrimonial. Poder contar con esta asistencia económica para el sustento de sus hijos y para ellas mismas no es algo menor. No es precisamente lo que genera la solución al problema de la violencia, pero sí ayuda a la mujer a salir adelante”. Es realmente alarmante pensar que esta asignación (insuficiente y que no cumple con la condición de universal) pueda ayudar a salir del círculo de violencia a las miles de mujeres que padecen situaciones terribles dentro de sus familias. Estas expresiones no hacen más que desligar al Estado de brindar la solución efectiva y de alguna manera responsabiliza a las mujeres de salir o no de esta situación.
Cómo terminar con la violencia si, entre otras cosas, no existen refugios para mujeres y niños en nuestra zona, si pocos son los lugares de asistencia preparados para estos casos y los que hay no dan abasto.
Se debe contar con presupuesto adecuado para llevar a cabo la asistencia integral, como así también las campañas de prevención en todos los niveles educativos en forma urgente. Sólo así podremos decir que se está abordando esta problemática de manera seria y beneficio de las mujeres.