En América del Sur, no sólo la Argentina vivió una extraordinaria jornada de lucha este 8 de marzo. En Brasil, miles y miles de mujeres salieron en muchas ciudades. En las manifestaciones el centro fue el rechazo a la política fascista de Bolsonaro. Junto a los reclamos por la desigualdad de derechos laborales, el crecimiento de los femicidios, el derecho al aborto legal y los derechos de la comunidad LGBT, se marcó el repudio a la reforma previsional que plantea el gobierno, elevando la edad jubilatoria de las mujeres. En San Pablo encabezó la protesta el lema “Es por la vida de las mujeres, somos todas Marielle”, por la joven diputada Marielle Franco, asesinada por la policía. En Belo Horizonte las compañeras del Movimiento Olga Benario impulsaron la ocupación del edificio del instituto previsional para denunciar el intento de reforma. En San Pablo se calculan en 50 mil las mujeres en la marcha.
En Chile se realizaron multitudinarias marchas en la capital, Santiago, y en muchas ciudades. Los propios medios burgueses destacaron el crecimiento de la participación de las mujeres, con cerca de 300 mil personas en Santiago y otras tantas en el centro del país, y que las consignas principales fueron en demanda de igualdad salarial y laboral y contra la violencia de género, entre otras. En Valparaíso hubo enfrentamientos con los carabineros, que reprimieron con chorros de agua y gases lacrimógenos.
En la capital de Ecuador, Quito, distintas organizaciones de mujeres (estudiantiles, feministas, campesinas e indígenas) y partidos políticos impulsaron una movilización, denunciando 642 mujeres, víctimas de femicidio, desde el 2014 a febrero del 2019, y reclamaron: Por trabajos seguros, estables y equitativos. Por salarios dignos, Por el acceso a la salud. Por el acceso a la educación. Contra todo tipo de violencia. Contra el capitalismo y patriarcado. Contra las concesiones y privatizaciones. Contra la corrupción. También se movilizaron en Guayaquil y otras localidades.
En México también fueron masivas las marchas contra el oscurantismo, los femicidios, la trata de personas, por jornada laboral sin flexibilización, aumento salarial, contrato colectivo. En el norte del país el 8 de marzo se impulsó una huelga que tuvo amplia repercusión. En Colom-bia, la Organización de Mujeres del Pueblo de Colombia convocó con las consignas Viva el 8 de Marzo combativo y unitario. Abajo el sistema discriminador y opresor de las mujeres del pueblo. Por la erradicación de la violencia de género en el trabajo. En República Dominicana, el Movimiento de Mujeres Trabajadoras homenajeó a mujeres trabajadoras fallecidas en una explosión de la fábrica Polyplas, como víctimas del trabajo inseguro.
En Uruguay, fueron muy masivas las marchas en Montevideo y otras localidades, y el movimiento se extendió a ciudades donde nunca se habían realizado marchas el 8M. El paro de mujeres se hizo sentir en el sector de la educación. Las compañeras del Taller por la Liberación de la Mujer Célica Gómez plantearon “los feminicidios son evitables, el gobierno es responsable”.
En Paraguay, las compañeras del Frente Mujer del Partido Paraguay Pyahurá pusieron una ofrenda en el Panteón de los Héroes a “todas las mujeres que lucharon y siguen luchando por una sociedad diferente”. Luego se sumaron a una multitudinaria marcha en Asunción en la que participaron muchas mujeres campesinas de otras localidades paraguayas.
Fueron muy grandes las marchas también en Bolivia, Perú y toda Centroamérica.
En todo el mundo
En España, bajo la consigna de ‘Paramos para cambiarlo todo. Ni un paso atrás’, cientos de miles de mujeres han desfilado por las principales ciudades. Cerca de 6 millones de personas, según CCOO y UGT, han secundado los paros laborales convocados contra las brechas de género, la precariedad laboral y las violencias machistas. La Universidad ha sido punta de lanza de la huelga feminista en la educación En Francia, miles de personas manifestaron en varias ciudades para denunciar la desigualdad salarial y la violencia de género. En Italia, la más multitudinaria fue la protesta de Roma, convocada por el colectivo “Non una di meno” (Ni una menos). Gritaron consignas contra el ministro del Interior y líder de la ultraderechista Liga, Matteo Salvini, que recientemente defendió la reapertura de los prostíbulos, cerrados con una ley de 1958. En Alemania aumentó la participación de las mujeres en las marchas, especialmente de las mujeres jóvenes y las niñas. En Berlín marcharon más de 20 mil mujeres, y allí confluyó una alianza de partidos de izquierda, sindicatos, organizaciones de mujeres, de refugiados y ambientales.
En Turquía, la policía usó gas lacrimógeno y balas de goma para dispersar una multitudinaria manifestación por el centro de Estambul. Pese a la represión, la marcha volvió a juntarse en otros sectores de la ciudad. También hubo movilizaciones en Ankara.
También hubo marchas en Portugal, Gran Bretaña, Noruega, Ucrania, Macedonia, Grecia y otros países.
En Argelia, las protestas las protagonizaron decenas de miles de mujeres que desbordaron las calles de Argel en una movilización que integró los reclamos del movimiento de mujeres con el creciente rechazo a la reelección del actual presidente. “Fuera la mafia que nos gobierna y nos roba” fue una de las consignas más coreadas.
En el continente asiático, fueron muy grandes las marchas, en la India, Corea del Sur, Vietnam, entre otros lugares.
En China, por lo poco que se conoce, hubo reclamos en distintos ámbitos de trabajadores y estudiantiles, porque el gobierno está fomentando, en contraposición al 8 de marzo, la “celebración del día de las niñas”, el 7 de marzo. Trabajadoras denunciaron que en varias empresas las obligan a mantenerse solteras y sin hijos, a riesgo de ser despedidas. En la Universidad de Ciencia Política y Derecho se reclamó por la desigualdad de género. El periódico inglés The Guardian (7/3/2019), publicó un informe titulado “El movimiento de mujeres de China no solo ha sobrevivido a una intensa represión, sino que también ha crecido”.
Hoy N° 1758 13/03/2019
