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08 de junio de 2011

El 27 de mayo se reunieron en Montevideo, Uruguay, partidos y organizaciones antiimperialistas y revolucionarias de América del Sur que acordaron la declaración que extractamos a continuación.
 

8º Encuentro antiimperialisa y revolucionario

Hoy 1372 / América del Sur

Realizamos este 8° Encuentro, persistiendo en un camino de unidad y solidaridad de los partidos y organizaciones, antiimperialistas y revolucionarias de América del Sur, que nos ha permitido aprender de las grandes luchas que han venido librando la clase obrera, el campesinado, los pueblos y nacionalidades indígenas y la juventud del continente en cada país, durante el auge de estos años. Luchas que han ido forjando a nuestros partidos y organizaciones como destacamentos de combate del proletariado.

Realizamos este 8° Encuentro, persistiendo en un camino de unidad y solidaridad de los partidos y organizaciones, antiimperialistas y revolucionarias de América del Sur, que nos ha permitido aprender de las grandes luchas que han venido librando la clase obrera, el campesinado, los pueblos y nacionalidades indígenas y la juventud del continente en cada país, durante el auge de estos años. Luchas que han ido forjando a nuestros partidos y organizaciones como destacamentos de combate del proletariado.
La situación mundial está signada por la gigantesca, profunda y prolongada crisis económica internacional, la agudización de las contradicciones del sistema imperialista capitalista, el desenvolvimiento de la lucha de los trabajadores y los pueblos e importantes cambios en la situación política del mundo. Esto ha tenido grandes repercusiones en nuestro continente y generado nuevas condiciones para la lucha de la clase obrera, los pueblos y los revolucionarios contra la profundización de la dependencia, el saqueo de los recursos naturales, la opresión y explotación de las clases trabajadoras , que intentan los países imperialistas para encontrar una salida favorable a la crisis.

 

La crisis económica mundial
La crisis económica internacional iniciada en abril del 2007 en los EEUU es la mayor crisis económica del sistema capitalista imperialista en su historia. Es una crisis cíclica de sobreproducción relativa de una gran magnitud y profundidad que viene conmoviendo la economía de los monopolios y los países imperialistas, aunque en forma desigual, que afecta a los estados dependientes y a los trabajadores en todo el mundo.
La crisis expresa la contradicción existente entre el carácter social de la producción y la apropiación privada de los bienes y riquezas producidas, contradicción fundamental del modo de producción capitalista-imperialista.
La caída de Lehman Brothers en septiembre de 2008 obligó al gobierno de Bush a apelar a los dineros públicos, a un mayor endeudamiento del estado para evitar la quiebra de los grandes bancos y monopolios como ocurrió en 1930, incrementando en grandes magnitudes el déficit fiscal.
 Esto se continuó por el gobierno de Obama y produjo una fenomenal emisión de títulos del Tesoro (y de dólares en consecuencia). También obligó a todos los países imperialistas, en acuerdo del G8, a tomar medidas semejantes: millones de millones (billones) de dólares fueron volcados a la banca privada y los monopolios para frenar su caída, a costa de un aumento fenomenal del déficit y del endeudamiento de los estados y sus bancos centrales. También China tomó medidas semejantes en grandes dimensiones.
De esta forma se socializaron las pérdidas, mientras la burguesía monopolista se quedó con gigantescas ganancias. Se produjeron recuperaciones relativas que dependen de fondos públicos. Pero estos rescates han generado un gran endeudamiento estatal y han incrementado a nuevos límites la deuda pública de muchos países. En EEUU, el déficit público está cerca de superar al PBI. Japón está en una situación similar. En Europa varios países imperialistas están afectados seriamente, y varios países están al borde de la quiebra. Europa trata de defenderse cerrando sus mercados. En esta fase de la crisis EEUU utiliza el predominio internacional del dólar para descargar su crisis sobre otros países. Europa, defiende su moneda y cierra mercados. China, ante la restricción de los mercados para la exportación de sus productos realizó primero un ajuste con despidos masivos que provocó grandes huelgas y rebeliones. Luego volcó fondos para el consumo interno, y afronta el incremento de la inflación.
Como resultado de la inyección masiva de fondos públicos hacia fines de 2009 las economías de algunos países imperialistas comenzaron a mostrar una leve recuperación, como en los EE.UU, Alemania y Francia, basada en la superexplotación obrera, sin que implicara una disminución de la desocupación; el consumo sigue deprimido y el crédito escaso. Millones de personas no encuentran trabajo y millones más se suman a los que viven en la pobreza extrema en todo el mundo.
Esta situación es inestable y lo es aún más la situación de Grecia, Irlanda y Portugal a pesar de que recibieron gigantescos financiamientos internacionales.
El alza del precio de las materias primas en América Latina y el flujo de capitales en varios países produjo una cierta reactivación, reactivación que no impidió la caída del 2009, y que está supeditada a factores internacionales, incluida la especulación. Esto impacta particularmente en nuestros países en el incremento incesante de los precios de los alimentos.
Al igual que en el pasado, la burguesía monopolista descarga el peso de la crisis sobre los hombros de los trabajadores y los pueblos para lograr la recuperación económica del sistema y de sus empresas. Vivo ejemplo de ello son las medidas de ajuste planteadas por el Fondo Monetario Internacional, el Banco Central de la Unión Europea y los gobiernos de Grecia, Portugal, Irlanda, Rumania, y España que golpearon con dureza a los trabajadores de esos países. Más, los pueblos no concilian con esas medidas: las combaten. En Europa la clase obrera juega un papel fundamental en la resistencia y se moviliza bajo la consiga “Que la crisis la paguen los capitalistas que son los responsables y no los trabajadores”. A la resistencia del pueblo griego, de los trabajadores ingleses, de los jóvenes franceses se suman ahora “los in- dignados” españoles.
Los EEUU, América Latina y el Caribe, Asia y África también son escenario de combates populares en contra de la crisis y de sus beneficiarios.
Por su magnitud e intensidad ésta es la crisis más grave en la historia del capitalismo, sin embargo no por ello el sistema se derrumbará por sí solo. La experiencia histórica nos muestra que tiene capacidad de recuperación, pero es evidente que los efectos negativos de la crisis provocan además de la resistencia, la desconfianza de los pueblos en el capitalismo crezca, lo que genera mejores condiciones para el trabajo revolucionario, para que las masas entiendan que no hay salida en el marco de este sistema decadente, que son necesarias las revoluciones de liberación nacional y social que rompan la dependencia con el imperialismo y asuman que el socialismo es el futuro necesario para la humanidad.
Sin duda, esta crisis es una oportunidad para que las fuerzas revolucionarias avancen.

La agudización de las contradicciones
Continuamos en la época del imperialismo y la revolución proletaria. Esta crisis agrava las contradicciones fundamentales del sistema: la contradicción entre la clase obrera y la burguesía, la contradicción de los pueblos y las naciones oprimidas con el imperialismo, y las contradicciones interimperialistas.

 

Los cambios de la situación política mundial
Hay grandes cambios en el plano internacional. El imperialismo yanqui que sigue siendo la principal potencia económica y militar en un mundo multipolar, y principal enemigo de la clase obrera y los pueblos de A. Latina, está en plena crisis económica. Viene perdiendo terreno ante el avance de China, Europa, la mayor presencia de Rusia, que ha recuperado peso político, y la mayor incidencia de la India y también de Brasil. A la vez, sufre el empantanamiento en las guerras de agresión en Irak y Afganistán, interviene a Libia en colusión con Francia e Inglaterra. En complicidad con el estado genocida de Israel agrede al pueblo palestino.
Los levantamientos populares y democráticos de los pueblos árabes han derribado gobiernos reaccionarios y proimperialistas, como en Egipto y Túnez. En las grandes movilizaciones han jugado un nuevo e importante papel la clase obrera, las mujeres y la juventud. Los imperialistas yanquis y europeos tratan de aprovechar las justas rebeliones populares para incidir en el desenlace.
En Asia se destacan el desarrollo de la lucha de la clase obrera en China, en Corea del Sur y Japón, los combates del campesinado, y la lucha democrática en Myanmar, Tailandia y Paquistán, la guerra popular en la India y Filipinas y la experiencia revolucionaria en curso en Nepal.
En América Latina, la clase obrera, el campesinado, los pueblos y nacionalidades indígenas, las mujeres, y la juventud, vienen librando importantes combates por sus derechos, por la libertad, la democracia y contra la dominación imperialista, que produjeron en varios países el derrocamiento de gobiernos corruptos y reaccionarios y en otros el surgimiento a través de las elecciones de gobiernos democráticos, que exhibían posturas antinorteamericanas. Permitió la creación de la ALBA y la Unasur. En la actualidad algunos de esos gobiernos están revirtiendo su curso. El imperialismo yanqui, aún debilitado por su crisis, por el auge de las luchas populares, por el surgimiento de gobiernos antiyanquis y la mayor presencia de sus rivales imperialistas europeos, rusos y chinos, actúa para mantener lo que considera su “patio trasero”. Promovió el golpe de Estado en Honduras, impuso siete bases militares en Colombia, envío de miles de efectivos militares a Haití, después de muchos años puso en operaciones la 4ª Flota, continúa el bloqueo contra Cuba y vuelve a amenazar a Venezuela.
¡La lucha continúa! La liberación de los trabajadores y los pueblos, la ruptura de las cadenas de la dependencia imperialista es y será obra de ellos mismos y responsabilidad irrenunciable de nuestras organizaciones y partidos.

 

Acciones comunes y solidaridad a desarrollar:
• Solidaridad con el pueblo de Haití. Exigimos el retiro de todas las tropas extranjeras.
• Libertad para todos los luchadores sociales y revolucionarios, presos políticos en América Latina y el mundo.
• Basta de criminalización de la protesta social y política, y de la persecución, tortura y asesinato de los luchadores sociales, y revolucionarios. Derogación de las “leyes antiterroristas” que fueron impulsadas por el imperialismo yanqui.
• Solidaridad con la lucha de los pueblos indígenas. Contra la represión y el asesinato.
• Solidaridad con el pueblo uruguayo y su lucha contra la ley de impunidad y por el juicio y castigo de los culpables de los crímenes de la Dictadura.
• Libertad para los cinco patriotas cubanos presos en EEUU. Basta de bloqueo a Cuba.
• Contra las amenazas y provocaciones del imperialismo yanqui a Venezuela.
• Contra la intervención militar del imperialismo yanqui y sus aliados en Irak, Afganistán y Libia.
• Solidaridad con la justa lucha del pueblo palestino y la rebelión de los pueblos árabes.
• Libertad para los campesinos ecuatorianos y al estudiante Marcelo Ferreira, condenados por “terroristas” por el gobierno de Correa.
• Por la anulación de las imputaciones judiciales a los 600 campesinos paraguayos en lucha por la tierra.
• Libertad a los presos políticos Mapuches y fin la ley “antiterrorista” en Chile.
• Solidaridad con las luchas de la clase obrera. Que la crisis la paguen los monopolios y el imperialismo.
• Apoyo al Seminario Internacional Problemas de la Revolución en América Latina a desarrollarse en Quito, Ecuador del 11 al 15 de Julio de 2011. n

• Partido Comunista Revolucionario de la Argentina – PCR
• Partido Comunista (Acción Proletaria) de Chile – PC (AP)
• Partido Comunista de Colombia –Maoísta -PCC-M
• Partido Comunista Marxista Leninista Del Ecuador – Pcmle
• Movimiento Popular Revolucionario Paraguay Pyahurá – Mprpp
• Partido Comunista Marxista Leninista De Venezuela – Pcmlv
• Partido Comunista Revolucionario Del Uruguay – PCR