Entre el miércoles 28 y el viernes 30 de junio, se desarrollaron las jornadas convocadas para conmemorar el sesquicentenario de la aparición del primer tomo de la obra principal de Carlos Marx: El Capital. La Comisión Organizadora (que entre varios otros sectores integró nuestro Partido) desplegó en el período preparatorio una importante labor que significó el involucramiento de numerosos estudiosos y militantes. Las actividades se desarrollaron bajo el lema: “A 150 años de El Capital. Su vigencia para conocer y transformar el mundo”.
Estas Jornadas constituían todo un desafío. Distintas usinas internacionales con “terminales” en nuestro país, con la excusa de la “actualización” del marxismo le han dado nueva dimensión al viejo expediente de vaciarlo de su contenido. Ya nos decía Lenin respecto del tratamiento que le otorgan las clases dominantes “a las doctrinas de los pensadores revolucionarios y de los jefes de las clases oprimidas”. “Después de su muerte, se intenta convertirlos en santos inofensivos, canonizarlos, por decirlo así, rodear sus nombres de una cierta aureola de gloria para consolar y engañar a las clases oprimidas, castrando el contenido de su doctrina revolucionaria, mellando su filo revolucionario, envileciéndola”. Como no podía ser de otra manera, algo de esto estuvo presente. Tanto en lo referido a determinadas ponencias como a algunas de las participaciones en los debates. Pero no fue lo que predominó. Lo cierto fue que en numerosas intervenciones campeó el espíritu de defender el marxismo y muy particularmente El Capital como una doctrina viva, que en las manos de los oprimidos es una herramienta imprescindible para batallar por nuestro futuro.
En el panel de cierre de las Jornadas (viernes 30, Centro Cultural San Martín), Eugenio Gastiazoro, en nombre del PCR, realizó un certero alegato para destacar la relevancia de El Capital, así como la de los posteriores aportes enriquecedores de Lenin y Mao. Finalizó, resumiendo: “El Capital es una síntesis de conocimientos que, como todos los descubrimientos de Marx y Engels y los de sus sucesores, tienen por base histórica las luchas revolucionarias de la clase obrera en las que ellos mismos fueron protagonistas, como comunistas, asumiendo el punto de vista de esa clase social portadora del proyecto histórico de la sociedad sin clases. A sus obras se recurre en busca de una síntesis teórica de la experiencia de la clase obrera, en busca de puntos de apoyo para resolver interrogantes que plantea la lucha de clases en concreto”.