El 24 de agosto se cumplieron seis meses de la invasión imperialista rusa a Ucrania. El presidente ruso Putin lo había considerado un paseo, dada la superioridad militar de Rusia, pero no contó con la férrea voluntad del pueblo ucraniano de defender su patria.
Los rusos se tuvieron que retirar del intento de conquistar Kiev, a la que nunca llegaron, y solo controlan regiones del este de Ucrania, donde aplican una política de rusificación.
Han comenzado a recibir duros golpes en los puertos cercanos a Odessa e incluso en la península de Crimea, anexionada en el 2014.
Han sido innumerables los crímenes de guerra y las violaciones y abusos de los derechos humanos y del derecho internacional humanitario, especialmente en las zonas cercanas a Kiev, donde se encontraron fosas comunes con signos de tortura.
Millones de ucranianos han perdido sus hogares, convirtiéndose en desplazados internos o refugiados en otros países. Según las Naciones Unidas hay 5.614 muertos y 7.946 heridos como víctimas civiles verificadas, entre ellos 972 niños, de los cuales 362 murieron y 610 heridos.
Ucrania comenzó a recibir ayuda militar de la OTAN, pero esta alianza militar presidida por el imperialismo yanqui nunca aceptó el cierre de su espacio aéreo, permitiendo los bombardeos rusos.
Putin en varias oportunidades atacó a Lenin, por su política de permitir la libre adhesión de cada república a la entonces Unión Soviética. Su héroe es el zar Pedro el Grande.
En este momento existe una gran preocupación por la central nuclear de Zaporiyia, la mayor de Europa, controlada por los rusos. El presidente de Ucrania ha emplazado a la OIEA, Organismo Internacional de Energía Atómica a que llegue lo antes posible a controlarla para evitar nuevos riesgos.
Somos solidarios con la lucha del pueblo ucraniano contra la invasión del imperialismo ruso, así como rechazamos la injerencia de la OTAN en Ucrania.
Hoy N° 1928 31/08/2022